El corte de energía eléctrica que hemos sufrido en casi toda España al igual que otros países de Europa, una vez descartada, en principio, la hipótesis de que haya sido un atentado, solo nos queda admitir que se ha producido por una avería en la red de distribución de electricidad, pues tampoco ha sido ocasionado por un ciberataque, como alguien sospechaba.
En este caso es necesario que se lleve a cabo una indagación seria y que se realicen las pesquisas que haya de menester pare señalar responsables de este caos en el que España estuvo sumida por, en algunos lugares, cerca de las veinticuatro horas sin suministro con los consiguientes, perjuicios económicos y personales que ha ocasionado. Entre ellos se pueden contar la paralización de todas las industrias españolas, sin que se salvasen las cadenas de alimentación, los grandes comercios, el transporte, los bancos y las farmacias, entre otros. Durante las seis primeras horas de este, nadie del Gobierno dijo “esta boca es mía”. Ninguno de los políticos que nos rigen, tuvo la valentía de decirnos qué había pasado, las consecuencias que tan grave accidente podría tener, ni dirigir unas palabras de aliento a los españoles que estábamos sumidos en una incertidumbre, en algunos casos, terror pánico, que era necesario eliminar. Todo dentro de la política de Sánchez de que “si quieren ayuda que la pidan”. En este caso, si quieren alguna explicación que la pidan.
Nadie, ninguno de los que nos rigen, dio la cara y procuró tranquilizar a la población que estaba en un mar de confusiones, sin saber qué ocurría, durante cuánto estaría sin electricidad, si había sido un sabotaje, un atentado o un ataque cibernético. La directora de Redeia, Beatriz Corredor, estuvo ausente de sus responsabilidades durante seis horas sin preocuparse el estado de angustia, ansiedad, y confusión que oprimía a los españoles. Su cargo actual no implica funciones ejecutivas operativas, pero sí la representación institucional de la compañía y la presidencia del consejo de administración. Dentro de este marco, la falta de respuestas públicas ha dejado algunas incógnitas en el aire: desde las causas concretas del apagón, hasta la preparación de la compañía para situaciones de emergencia. El sueldo que le pagamos entre todos los contribuyentes es más que suficiente para que se esfuerce y de la cara en situaciones como la padecida. Pero, por lo acontecido, vemos que se la de una ardite de ello.
Bien, pues lo que recibe del peculio particular de los hispanos es la insignificante cantidad de 564.000 euros brutos al año. Estos divididos entre loa 360 días del año comercial dan la irrisoria cantidad de 1.567 €. Diarios. Esta información está alcance de quienquiera consultarla en internet. Cobra más que un trabajador que reciba el SMI que es de 1.184 euros en 14 pagas. Recibe en un día 383 €, más que el trabajador en un mes.
¿Igualdad? Sí, pero menos. El nunca bien alabado falsificador de tesis doctorales, el insigne Pedro Sánchez, recibe un sueldo bruto, entre unas cosas y otras, de 104.341,62 € anuales. Una minucia comparado con el de Beatriz. Son 441.658,38 € menos al año. No sé cómo se conforma y admite que un inferior en el cargo reciba más dinero que él.
Pero es que me sentido curioso y he consultado lo que cobra el presidente de la, hasta ahora, primera potencia mundial, Donald Trump, y en verdad, no me lo podía creer. Que el magnate (no mangante) de los EE. UU. reciba al mes solo 1.111 dólares, es para no creérselo, pues resulta que percibe 456 € menos que Beatriz Corredor.
¿Por qué a esta Sra. Se le otorga tal desmesurada cantidad? ¿Qué hay detrás de ello? ¿Qué encubre o esconde?
Son preguntas lógicas que nos hacemos.
Respuesta: Nin se sabe.
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