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Los otorrinolaringólogos insisten en la importancia de consultar el problema para evitar las consecuencias negativas de los trastornos del sueño

Los hombres roncan el doble que las mujeres

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El 20% de los hombres ronca de forma habitual, frente al 10% de las mujeres, según datos expuestos en el 67 Congreso de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) que empieza este viernes en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. “Aunque pueda parecer una condición de sexo, lo cierto es que hay diversas causas que pueden favorecerlos como pueden ser las alteraciones craneofaciales, como tener el cuello corto o grueso o la mandíbula pequeña o hacia atrás; alteraciones de la vía área superior, como tener una lengua, amígdalas o paladar grandes, la boca pequeña; alteraciones nasales o el exceso de peso”, subraya el doctor Eduard Esteller, presidente de la Comisión de Roncopatía y Trastornos del Sueño de la SEORL. Los otorrinolaringólogos insisten en la importancia de consultar el problema para evitar las consecuencias negativas de los trastornos del sueño y descartar la presencia de la Apnea Obstructiva del Sueño.

El ronquido es un ruido que aparece a consecuencia de los movimientos de vibración en diversos niveles de la vía aérea superior, donde se sitúa la garganta. “Estas vibraciones traducen diferentes grados de dificultad en el paso del aire por estas vías respiratorias”, apunta el doctor Esteller. La principal causa, añade, “es la tendencia cíclica al colapso de la vía aérea superior (garganta) durante el sueño, en el momento en que el diafragma, con su acción de inspiración, provoca una presión de succión”.

El exceso de peso es una de las causas de los ronquidos, “de hecho un 80% de los pacientes con roncopatía son obesos”, subraya el doctor Esteller. Esto se produce porque existe “una reducción del calibre de la vía aérea superior, un incremento de grasa entre las fibras musculares de los músculos encargados de mantener la vía abierta y una reducción de los reflejos encargados de conseguir que dicha vía no se cierre”, explica. Según este especialista, muchos pacientes “pueden reducir la intensidad de los ronquidos y conseguir que los tratamientos indicados sean más eficientes reduciendo el peso”. Una investigación publicada en septiembre enAmerican Family Physician incluye la reducción de peso como parte del tratamiento de la Apnea Obstructiva del Sueño y sus síntomas asociados como los ronquidos.

Por otro lado, se recomienda “eliminar la ingesta de alcohol, evitar los sedantes, hipnóticos, ansiolíticos y otros depresores del sistema nervioso central, dormir un mínimo de ocho horas diarias y en horarios regulares, así como procurar no dormir en posición supina”, expresa el doctor Esteller.

Las consecuencias que pueden provocar los ronquidos, “van más allá del ruido molesto que altera tanto el sueño del paciente como el de su pareja si la tuviera”, afirma el doctor Esteller. Un reciente estudio publicado en The Laryngoscope relaciona la intensidad de los ronquidos con somnolencia excesiva durante el día, incluso más en el caso de los hombres. Entre los síntomas que puede ocasionar, además de la somnolencia diurna excesiva, se encuentran la desestructuración del sueño y los descensos de la oxigenación durante la noche. Todo ello puede dar lugar a alteraciones que disminuyen el nivel de salud y la calidad de vida. Así, “hay mayor riesgo de alteraciones cardiovasculares como hipertensión, embolias o infartos cerebrales, alteraciones neuropsiquiátricas como depresión, dificultad de concentración, disminución del rendimiento, trastornos de conducta o irritabilidad, además de accidentalidad laboral, de tráfico y doméstica”, destaca. Por otro lado, añade, “cuando el ronquido traduce pausas en la respiración puede aparecer el Síndrome de la Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS)”. Además, según una investigación publicada este mes en la revista Neurology síntomas del sueño como los ronquidos frecuentes se pueden asociar con un peor rendimiento cognitivo.

El SAOS se define como un cuadro de somnolencia excesiva, trastornos cognitivo- conductuales, respiratorios, cardíacos, metabólicos o inflamatorios secundarios a episodios repetidos de obstrucción de la vía respiratoria superior durante el sueño. “Afecta a entre el 2 y el 4% de los hombres y a entre el 1 y el 2% de las mujeres”, expone el doctor Esteller.

Diagnóstico y tratamiento
Es importante que, “ante la presencia de ronquidos intensos y entrecortados que se puedan acompañar de somnolencia diurna y afecten a la calidad de vida de la persona con cansancio, fatiga o falta de concentración, se acuda a la consulta de un otorrinolaringólogo para confirmar un diagnóstico”, advierte el doctor Esteller. El especialista explorará la vía aérea superior, evaluará el posible exceso de peso, el estado cardiovascular y hará un registró del sueño para confirmar la presencia o no de SAOS.

En los casos más graves, el tratamiento de primera línea consiste en la colocación de un dispositivo de presión positiva nasal nocturna de aire aplicado en nariz o en nariz y boca (CPAP). “Aunque es muy efectivo, tiene el inconveniente de que entre un 20 y un 30% de los pacientes no lo aceptan o toleran”, se lamenta el doctor Esteller. En estos casos y en los menos severos, se recurre a la cirugía de vías aéreas superiores, cada vez menos agresivas y más funcionales, o la colocación de dispositivos o férulas de avance mandibular. Además, añade este especialista, “se están desarrollando sistemas de estimulación del nervio hipogloso durante el sueño mediante la colocación de un marcapaso que lo activa de forma rítmica durante la noche”.

Los hombres roncan el doble que las mujeres

Los otorrinolaringólogos insisten en la importancia de consultar el problema para evitar las consecuencias negativas de los trastornos del sueño
Francisco Acedo
sábado, 22 de octubre de 2016, 11:44 h (CET)
El 20% de los hombres ronca de forma habitual, frente al 10% de las mujeres, según datos expuestos en el 67 Congreso de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) que empieza este viernes en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. “Aunque pueda parecer una condición de sexo, lo cierto es que hay diversas causas que pueden favorecerlos como pueden ser las alteraciones craneofaciales, como tener el cuello corto o grueso o la mandíbula pequeña o hacia atrás; alteraciones de la vía área superior, como tener una lengua, amígdalas o paladar grandes, la boca pequeña; alteraciones nasales o el exceso de peso”, subraya el doctor Eduard Esteller, presidente de la Comisión de Roncopatía y Trastornos del Sueño de la SEORL. Los otorrinolaringólogos insisten en la importancia de consultar el problema para evitar las consecuencias negativas de los trastornos del sueño y descartar la presencia de la Apnea Obstructiva del Sueño.

El ronquido es un ruido que aparece a consecuencia de los movimientos de vibración en diversos niveles de la vía aérea superior, donde se sitúa la garganta. “Estas vibraciones traducen diferentes grados de dificultad en el paso del aire por estas vías respiratorias”, apunta el doctor Esteller. La principal causa, añade, “es la tendencia cíclica al colapso de la vía aérea superior (garganta) durante el sueño, en el momento en que el diafragma, con su acción de inspiración, provoca una presión de succión”.

El exceso de peso es una de las causas de los ronquidos, “de hecho un 80% de los pacientes con roncopatía son obesos”, subraya el doctor Esteller. Esto se produce porque existe “una reducción del calibre de la vía aérea superior, un incremento de grasa entre las fibras musculares de los músculos encargados de mantener la vía abierta y una reducción de los reflejos encargados de conseguir que dicha vía no se cierre”, explica. Según este especialista, muchos pacientes “pueden reducir la intensidad de los ronquidos y conseguir que los tratamientos indicados sean más eficientes reduciendo el peso”. Una investigación publicada en septiembre enAmerican Family Physician incluye la reducción de peso como parte del tratamiento de la Apnea Obstructiva del Sueño y sus síntomas asociados como los ronquidos.

Por otro lado, se recomienda “eliminar la ingesta de alcohol, evitar los sedantes, hipnóticos, ansiolíticos y otros depresores del sistema nervioso central, dormir un mínimo de ocho horas diarias y en horarios regulares, así como procurar no dormir en posición supina”, expresa el doctor Esteller.

Las consecuencias que pueden provocar los ronquidos, “van más allá del ruido molesto que altera tanto el sueño del paciente como el de su pareja si la tuviera”, afirma el doctor Esteller. Un reciente estudio publicado en The Laryngoscope relaciona la intensidad de los ronquidos con somnolencia excesiva durante el día, incluso más en el caso de los hombres. Entre los síntomas que puede ocasionar, además de la somnolencia diurna excesiva, se encuentran la desestructuración del sueño y los descensos de la oxigenación durante la noche. Todo ello puede dar lugar a alteraciones que disminuyen el nivel de salud y la calidad de vida. Así, “hay mayor riesgo de alteraciones cardiovasculares como hipertensión, embolias o infartos cerebrales, alteraciones neuropsiquiátricas como depresión, dificultad de concentración, disminución del rendimiento, trastornos de conducta o irritabilidad, además de accidentalidad laboral, de tráfico y doméstica”, destaca. Por otro lado, añade, “cuando el ronquido traduce pausas en la respiración puede aparecer el Síndrome de la Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS)”. Además, según una investigación publicada este mes en la revista Neurology síntomas del sueño como los ronquidos frecuentes se pueden asociar con un peor rendimiento cognitivo.

El SAOS se define como un cuadro de somnolencia excesiva, trastornos cognitivo- conductuales, respiratorios, cardíacos, metabólicos o inflamatorios secundarios a episodios repetidos de obstrucción de la vía respiratoria superior durante el sueño. “Afecta a entre el 2 y el 4% de los hombres y a entre el 1 y el 2% de las mujeres”, expone el doctor Esteller.

Diagnóstico y tratamiento
Es importante que, “ante la presencia de ronquidos intensos y entrecortados que se puedan acompañar de somnolencia diurna y afecten a la calidad de vida de la persona con cansancio, fatiga o falta de concentración, se acuda a la consulta de un otorrinolaringólogo para confirmar un diagnóstico”, advierte el doctor Esteller. El especialista explorará la vía aérea superior, evaluará el posible exceso de peso, el estado cardiovascular y hará un registró del sueño para confirmar la presencia o no de SAOS.

En los casos más graves, el tratamiento de primera línea consiste en la colocación de un dispositivo de presión positiva nasal nocturna de aire aplicado en nariz o en nariz y boca (CPAP). “Aunque es muy efectivo, tiene el inconveniente de que entre un 20 y un 30% de los pacientes no lo aceptan o toleran”, se lamenta el doctor Esteller. En estos casos y en los menos severos, se recurre a la cirugía de vías aéreas superiores, cada vez menos agresivas y más funcionales, o la colocación de dispositivos o férulas de avance mandibular. Además, añade este especialista, “se están desarrollando sistemas de estimulación del nervio hipogloso durante el sueño mediante la colocación de un marcapaso que lo activa de forma rítmica durante la noche”.

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