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El informe de los diputados europeos que visitaron la Comunidad Autónoma constata que en Cataluña existe una discriminación a los castellanohablantes y que no se están respetando sus derechos fundamentales. También es relevante que ponga en evidencia el clima de presión y amenazas a las familias que reivindican una educación bilingüe. A esto se suma la denuncia de la inacción por parte del Gobierno de la Generalitat y la pasividad con la que afronta esta cuestión el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
No es extraño que en Europa se extienda la alarma al contemplar cómo discurre la vida política en España, especialmente en algunas Comunidades Autónomas.
Tal y como Vd, me ha pedido, Sr Sánchez, me he tomado un poco de tiempo para leer (no solo una vez), el contenido de la carta pública que nos ha enviado a todos los españoles el pasado miércoles. Le confieso que más que su contenido, nada atractivo desde el punto de vista literario y de escaso valor político, me interesaba conocer las razones de su insólita decisión de trasladar a los españoles sus dudas existenciales sobre su futuro personal y político.
Con motivo de los feroces ajustes en la economía argentina, una conocida me confesó la otra tarde, muy triste, que no podría viajar a Europa quizá nunca más. Enseguida pensé que personas como ella sólo sufren las consecuencias de su ideología (o de la adoptada por algún sofisma en las campañas electorales de la época), cuando ven tocado su bolsillo.
La campaña de descrédito contra la buena imagen y el honor del presidente del gobierno se ha desatado, de una forma virulenta, estos últimos días y semanas. Parece que se quiere lograr mediante descalificaciones el acoso y derribo de Pedro Sánchez. Según distintos medios de comunicación el inicio de una investigación judicial contra la esposa de Sánchez es un disparate, ya que no existen indicios suficientes para la misma.
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