El autor de la masacre de Japón, un joven de 26 años identificado como Satoshi Uematsu que este martes mató a 19 personas e hirió a otras 26 en un ataque con arma blanca en un centro de discapacitados al suroeste de Tokio, ha asegurado este miércoles que lo que quería era "salvar" a aquellos con múltiples discapacidades.

Asimismo, en declaraciones a la Policía nipona, Uematsu ha confirmado que no siente "remordimientos" tras la masacre, que ha sido calificada por el Gobierno como uno de los ataques más mortíferos que ha vivido el país, tal y como asegura la agencia nipona Kiodo.

La Policía detuvo a Uematsu este martes, después de que este se entregara en la comisaría poco después del ataque, que tuvo lugar en un centro para discapacitados de Sagamihara, en la prefectura japonesa de Kanagawa, al suroeste de Tokio.

Durante el ataque, que tuvo lugar a primera hora del martes, Uematsu apuñaló, con al menos tres cuchillos, a los ingresados en el centro, principalmente en el cuello. Las heridas de los fallecidos llegan a tener hasta 10 centímetros de profundidad.

Los investigadores apuntan a que después del ataque dentro de las instalaciones, pudo haber tratado de atacar a los residentes de la zona.

Uematsu, que había trabajado en el mismo centro, había enviado el pasado mes de febrero una misiva a las autoridades policiales pidiendo un mundo en el que los discapacitados pudieran sacrificarse.

Según ha explicado la cadena nipona NHK, el presunto agresor había sido ingresado en un hospital mental a principios de este año, para evitar que provocara daños a otras personas. Fue dado de alta del centro a principios de marzo, gracias a un diagnóstico que apuntaba a que sus síntomas habían mejorado.

El pasado mes de junio, la Policía ya había enviado a Uematsu a la Fiscalía después de haberse visto involucrado en una pelea en la que hirió a un hombre cerca de una estación de Tokio.