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Sánchez está sometido al dictado de los causantes de la probable sobrepoblación del complejo monclovita

Literas para la Moncloa

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El Palacio de la Moncloa está en Madrid, Avenida Puerta de Hierro s/n. Por decisión de Adolfo Suárez, desde 1977 es la residencia del presidente del Gobierno español. En 200 m2 de superficie, hay 8 salones, 3 vestidores, 8 dormitorios y 9 baños. Su valor catastral es 122.490.000€. Es parte de un complejo de veinte hectáreas en el que hay otros 12 edificios conectados entre ellos por un búnker subterráneo construido tras el golpe 23-F para seguridad del presidente. Su vigilancia y control corresponde al servicio de Seguridad de la Presidencia del Gobierno. Sin autorización militar, no se permite sobrevolar el recinto. 


La litera es un mueble formado por dos o más camas superpuestas. La palabra viene del catalán ‘llitera’ que usa el término latino ‘lectus’, igual a lecho. Se usa para ahorrar espacio en alojamientos militares, dormitorios de  trabajadores, residencias y colegios de estudiantes, habitaciones infantiles y, en atención a la diversidad de sexo, para cuando la agrupación de cuerpos, dormidos o despiertos, no chafen recato y privacidad entre desiguales y parejos.


En La Moncloa, que se sepa, hasta ahora no ha habido problema de espacio; ni de dinero. Cada inquilino presidente, que lo ha usado, ha dispuesto del recinto y mobiliario como ha querido. Sin embargo, ahora hay algo que puede alterar la costumbre: Sánchez está sometido al dictado de los causantes de la probable sobrepoblación del complejo monclovita. Veamos quiénes son: PSOE-PSC con cargos y sueldos. SUMAR, con compañeros y socios, o solos. ERC, Junqueras y Rufián. Junts per Catalunya, égida delicuencial Puigdemont. Bildu, a secas. PNV, a nueces si caen. BNG, en galego; y, CC, sin Oramas.


Pedro Sánchez ya ha hecho y es probable que haga lo necesario para estirar inquilinato. Hasta ceder colchón, sábanas, mantas y litera a quien toque. No ocurre lo mismo con compañeros de peripecia. Estos no van a dormir en Moncloa igual, ni gratis. Han conseguido pagarés y subvenciones, conocidas unas y clandestinas otras, con un afán común: Apañar lo que puedan, para grupos, bolsillos de cada uno y en competencia entre todos. En consecuencia, el asunto literas no está definido ¿Conflictos entre pacientes e impacientes? Todos. Desde la rencilla, lógica, de los paganos en dinero y cárcel frente a la élite de huidos y pagados a costa del erario; hasta el hecho puntual de quién, con qué compañía y cómo se duerme. Cama de arriba para oler pedos de los de abajo, porque el pedo caliente sube y hiede. Cama de abajo, expuesta a lo que caiga por gravedad. O cama entremedias, aguantando lo de arriba y lo de abajo. La imaginación, por larga que sea, no es capaz de aventurar ni solventar lo posible. Entre catalanes: El expresidiario Junqueras bajo el ‘molt’ honorable Puigdemont, rehabilitado, soportando su peso; o, al revés, sobre su intestino a punto de desahogo.

Rovira o Forcadell bajo o sobre Laura Borrás o Jordi Turull. Entre vascos, con o sin nogales: Andoni Ortúzar en la misma situación con Arnaldo Otegui; Aitor Esteban con Iñígo Urkullu expuesto a lo mismo con Oskar Matute y Mertxe Aizpurua. Entre BNG y CC, la situación entre Néstor Rego y Cristina Valido es peor, casi catástrofe; si se usan apellidos y acentos al tuntún nacen ‘Regó-valido’, ‘Válido-rego’, ‘Válido-regó. La casuística, como hecho no tapa lo importante ni esconde el pifostio entre los en funciones presidente Sánchez y vicepresidenta Yolanda Díaz. Yolanda sigue empezando por ‘yo’ y Sánchez no es ajeno al hecho ni a lo que se escenifica al mostrarse como presidente besado. Por el momento, los besos, visto y dicho se ha, fueron cariñosos y públicos. Puede que sirvan para achares de Pablo Iglesias y féminas afines, o para algo distinto. Podría especularse sobre celos (políticos) y literas (para descansar), pero, por respeto o mojigatería, parece prudente déjalos como estuvieron o están.


De momento, las estrecheces que pueden aparecen en Moncloa están a la vista y pueden tener consecuencias. En Palacio, en todas la instalaciones y en el búnker subterráneo construido tras el golpe 23-F para seguridad del presidente. Una solución, sin mentar soga en casa de ahorcado, atentos a la vigilancia y control del servicio de Seguridad de la Presidencia del Gobierno y la autorización militar que impide sobrevolar el recinto, puede ser imaginar la instalación de un tinglado avispero sin nombre. Imaginando sin sobrevolar. Con este gobierno o el que siga, no es necesario usar tiempo buscando nombres. Encontrarán uno grandilocuente y flamante. Por el momento, como idea, basta con pensar en literas para Moncloa. 

Literas para la Moncloa

Sánchez está sometido al dictado de los causantes de la probable sobrepoblación del complejo monclovita
José Luis Heras Celemín
martes, 14 de noviembre de 2023, 10:22 h (CET)

El Palacio de la Moncloa está en Madrid, Avenida Puerta de Hierro s/n. Por decisión de Adolfo Suárez, desde 1977 es la residencia del presidente del Gobierno español. En 200 m2 de superficie, hay 8 salones, 3 vestidores, 8 dormitorios y 9 baños. Su valor catastral es 122.490.000€. Es parte de un complejo de veinte hectáreas en el que hay otros 12 edificios conectados entre ellos por un búnker subterráneo construido tras el golpe 23-F para seguridad del presidente. Su vigilancia y control corresponde al servicio de Seguridad de la Presidencia del Gobierno. Sin autorización militar, no se permite sobrevolar el recinto. 


La litera es un mueble formado por dos o más camas superpuestas. La palabra viene del catalán ‘llitera’ que usa el término latino ‘lectus’, igual a lecho. Se usa para ahorrar espacio en alojamientos militares, dormitorios de  trabajadores, residencias y colegios de estudiantes, habitaciones infantiles y, en atención a la diversidad de sexo, para cuando la agrupación de cuerpos, dormidos o despiertos, no chafen recato y privacidad entre desiguales y parejos.


En La Moncloa, que se sepa, hasta ahora no ha habido problema de espacio; ni de dinero. Cada inquilino presidente, que lo ha usado, ha dispuesto del recinto y mobiliario como ha querido. Sin embargo, ahora hay algo que puede alterar la costumbre: Sánchez está sometido al dictado de los causantes de la probable sobrepoblación del complejo monclovita. Veamos quiénes son: PSOE-PSC con cargos y sueldos. SUMAR, con compañeros y socios, o solos. ERC, Junqueras y Rufián. Junts per Catalunya, égida delicuencial Puigdemont. Bildu, a secas. PNV, a nueces si caen. BNG, en galego; y, CC, sin Oramas.


Pedro Sánchez ya ha hecho y es probable que haga lo necesario para estirar inquilinato. Hasta ceder colchón, sábanas, mantas y litera a quien toque. No ocurre lo mismo con compañeros de peripecia. Estos no van a dormir en Moncloa igual, ni gratis. Han conseguido pagarés y subvenciones, conocidas unas y clandestinas otras, con un afán común: Apañar lo que puedan, para grupos, bolsillos de cada uno y en competencia entre todos. En consecuencia, el asunto literas no está definido ¿Conflictos entre pacientes e impacientes? Todos. Desde la rencilla, lógica, de los paganos en dinero y cárcel frente a la élite de huidos y pagados a costa del erario; hasta el hecho puntual de quién, con qué compañía y cómo se duerme. Cama de arriba para oler pedos de los de abajo, porque el pedo caliente sube y hiede. Cama de abajo, expuesta a lo que caiga por gravedad. O cama entremedias, aguantando lo de arriba y lo de abajo. La imaginación, por larga que sea, no es capaz de aventurar ni solventar lo posible. Entre catalanes: El expresidiario Junqueras bajo el ‘molt’ honorable Puigdemont, rehabilitado, soportando su peso; o, al revés, sobre su intestino a punto de desahogo.

Rovira o Forcadell bajo o sobre Laura Borrás o Jordi Turull. Entre vascos, con o sin nogales: Andoni Ortúzar en la misma situación con Arnaldo Otegui; Aitor Esteban con Iñígo Urkullu expuesto a lo mismo con Oskar Matute y Mertxe Aizpurua. Entre BNG y CC, la situación entre Néstor Rego y Cristina Valido es peor, casi catástrofe; si se usan apellidos y acentos al tuntún nacen ‘Regó-valido’, ‘Válido-rego’, ‘Válido-regó. La casuística, como hecho no tapa lo importante ni esconde el pifostio entre los en funciones presidente Sánchez y vicepresidenta Yolanda Díaz. Yolanda sigue empezando por ‘yo’ y Sánchez no es ajeno al hecho ni a lo que se escenifica al mostrarse como presidente besado. Por el momento, los besos, visto y dicho se ha, fueron cariñosos y públicos. Puede que sirvan para achares de Pablo Iglesias y féminas afines, o para algo distinto. Podría especularse sobre celos (políticos) y literas (para descansar), pero, por respeto o mojigatería, parece prudente déjalos como estuvieron o están.


De momento, las estrecheces que pueden aparecen en Moncloa están a la vista y pueden tener consecuencias. En Palacio, en todas la instalaciones y en el búnker subterráneo construido tras el golpe 23-F para seguridad del presidente. Una solución, sin mentar soga en casa de ahorcado, atentos a la vigilancia y control del servicio de Seguridad de la Presidencia del Gobierno y la autorización militar que impide sobrevolar el recinto, puede ser imaginar la instalación de un tinglado avispero sin nombre. Imaginando sin sobrevolar. Con este gobierno o el que siga, no es necesario usar tiempo buscando nombres. Encontrarán uno grandilocuente y flamante. Por el momento, como idea, basta con pensar en literas para Moncloa. 

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