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Poner nombre a las cosas es privativo del ser humano en un proceso complejo que requiere una comunicación fuerte en los sentidos y una inteligencia creativa. 'Intus legere' sostienen algunos filólogos como origen de la palabra inte-ligencia: poner nombres a las cosas es conocerlas por dentro, es decir, descubrir su naturaleza con sus cualidades y accidentes. Por ejemplo, gracias a las ideas o conceptos podemos experimentar que conocido un delfín ya están conocidos todos los delfines con distinción entre su naturaleza y los accidentes: tan delfín es un macho como una hembra, uno de tres años como otro de veinte años.
Jugar con las palabras no es resolver crucigramas, un buen pasatiempo instructivo, sino un ejercicio peligroso al que algunos se dedican desde hace tiempo. Si llamo “mariposa” a un “silla” estoy alterando la realidad desde mi mente, me confundo y no puedo dialogar con los demás; por eso el manejo del lenguaje es clave para la madurez personal y para convivir en sociedad.
Algunos ejemplos negativos son: interrupción voluntaria del embarazo; elegir una muerte digna; género en lugar de sexo; derechos de los animales; dieciséis formas de matrimonio; progenitor A y progenitor B; familia monoparental; trabajo fijo discontinuo; inmunidad de rebaño; homofobia, etcétera. Y viene a la mente la denuncia de Orwel en su obra supercitada “1984” pues bajo la protección del Gran Hermano la verdad es la mentira; la libertad es la esclavitud; el amor es el sexo; la guerra es la paz, y tantas otras manipulaciones absurdas.
Tal y como vaticiné en mi columna del domingo pasado, la noche del 28M fue tan infartante para el partido socialista que ni en sus peores crisis se había producido tan espectacular desolación en su sede de la calle Ferraz. A partir de esa noche, todo hacía presagiar que mientras más de ocho millones de ciudadanos festejábamos el brillante éxito electoral del centro y la derecha, Pedro Sánchez debería estar rumiando su reacción desde la madriguera de su fortaleza monclovita.
El pasado viernes 2 de junio acudí a FNAC San Agustín de Valencia en cuál acogía en su Fórum de cultura la presentación de la novela "Mundo al revés: HISTORY" (Ediciones Hades, 2023), del poeta y novelista valenciano Ángel Padilla, quien ha publicado muchos libros en distintas editoriales, tanto de novela como de poesía, y ha ganado varios premios literarios, como el Ignotus o el de lecturas poéticas en Abastos organizado por el Ayuntamiento de Valencia.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, pero seguiría estigmatizada por su negativa a condenar el terrorismo de ETA, lo que le habría convertido a ojos del establishment navarrista UPN-PSN en un "paria político" al que hay que condenar al ostracismo y mediante pactos públicos o acuerdos tácitos impedir que acceda a ninguna instancia de poder en Navarra.
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