La fiesta del pasado día 14 de febrero, celebrado hace un mes, dedicada a la memoria de San Valentín, fue a lo largo de los siglos, desde el Imperio Romano, un referente de la amistad, del amor y la maternidad. Con la llegada de la era industrial y el desarrollo de los reclamos publicitarios, la antigua festividad ha pasado a ser, casi exclusivamente, un mero trampolín comercial.
Sin embargo, este santo que vivió en la época del emperador Claudio fue decapitado en el marco de las persecuciones contra los cristianos, precisamente por fomentar el amor entre los primeros mártires encarcelados por sus creencias. La historia y la leyenda se dan la mano en el recuerdo de este santo que, momentos antes de morir decapitado, devolvió la vista a una joven ciega, hija de su carcelero.
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