La movilización social en Francia a causa de la reforma de las pensiones y la edad de jubilación pone de manifiesto la profunda crisis sobre la que descansan las sociedades desarrolladas. Hoy, en Francia, la edad de jubilación está en los 62 años. El Gobierno propone elevarla a los 64. Un millón de personas se manifestó contra esta medida el pasado 19 de enero. El primero de febrero, se calcula que solo en París se manifestaron, de nuevo, medio millón de personas.
Macron se enfrenta a la calle y a los sindicatos, pero también a la Asamblea Nacional. No goza de mayoría, no todos los republicanos quieren aprobar esta reforma y ni siquiera las fuerzas macronistas comparten las mismas tesis en esta cuestión. El país también está dividido. Los trabajadores industriales son los más opuestos a la reforma mientras que los cuadros profesionales y con mayor cualificación son los que muestran menor oposición.
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