En mi humilde opinión, lo más preocupante del estar hiperconectados, problema actual, son las nuevas generaciones. Muchos padres entretienen a sus niños pequeños, incluso bebes, con dibujos animados, pelis o videos mientras ellos descansan o realizan otras tareas. Esos niños no serán capaces de divertirse, no suelen jugar ni correr y verán disminuida su capacidad creativa tan valiosa en todas las facetas de su vida. Se aburren si no miran su móvil o su Tablet. Pienso que los padres deben ser conscientes de la deriva de esta situación para no hacer a sus propios hijos adictos a la tecnología.
Muchos jóvenes, desde que nacieron, nos han visto vivir pegados al móvil, y piensan que eso es lo normal. Por eso, muchos niños reclaman un móvil de última generación, para uso exclusivo y a los que no les sacan todo su rendimiento, antes de la edad aconsejada según aseguran muchos educadores y tecnólogo. Hacía los años 60 o 70, los niños jugaban en la calle, corrían con sus bicicletas, saltaban a la comba, se subían a los árboles, jugaban a las canicas o al bote, etc. Hoy en día, en muchos parques impera el silencio, cuesta ver niños jugando o corriendo, se palpa la quietud de los columpios, etc., lo que produce nostalgia y cierto grado de tristeza.
La adición al móvil provoca, en las personas que la padecen, un miedo irracional a estar sin su teléfono móvil y que se denomina nomofobia. Este término proviene del anglicismo "nomophobia" ("no-mobile-phone-phobia"). Esta actitud se va forjando poco a poco, quizás recurrimos al móvil cuando nos encontramos en situaciones incómodas o incluso aprovechar el tiempo, etc. Esta forma de interactuar con el móvil, tiene consecuencias, que afectan a la salud, tanto psicológicas (ansiedad, depresión) como físicas (dolor de cabeza, molestias en los ojos).
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