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Juan Pedro Molina Lozano, Albacete

A SS.MM., ya no pido “juguetes”

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Otro año más tengo que echar la carta a SS.MM. los Reyes Magos de Oriente, y no puedo dejar de pensar en lo que pedía cuando era niño y lo que pediré este año.


En realidad, no me puedo quejar de cómo me han tratado hasta ahora SS.MM. aunque también es cierto que quizás antes nos lo “currábamos” más. Me viene a la cabeza cómo eran los días previos a la noche de Reyes cuando era pequeño. Recuerdo con nostalgia, las navidades que pasaba con mis padres en la tienda que regentaban en la circunvalación, donde había casi de todo. 


Cuando llegaban estas fechas, mi misión, además de marcar los artículos que llegaban para ponerlos a la venta y dar el mejor de los servicios que me habían enseñado, tratando bien a la clientela para que volviera, se encontraba probar los juguetes y decidirme por qué es lo que le iba a pedir a SS.MM. Había tantos y tantos en las estanterías… pero ninguno de ellos era mío en realidad. A mi manera disfrutaba de algo que era ajeno y propio a la vez.  


En esos años en que los negocios funcionaban bien gracias a la familia, recuerdo un mostrador que mi padre hizo con cajas de cartón, para que mis hermanas, cuales azafatas de unos grandes almacenes, actuaran a título de asesoras de venta de las muñecas de Famosa, en una sección creada a tal efecto. Colaborábamos todos en construir nuestro futuro, y me emocionarecordar cómo en casa, en ausencia de “maquinitas”, pantallas y consolas, nos dedicábamos a leer, jugar en la calleycumplir con todos los trabajos que nos encomendaban nuestros padres, fuera en casa o fuera de casa. Quizás esto último nos hacía más merecedores de un buen trato por SS.MM.


En la carta a los Reyes pedíamos juguetes que, sin tener en cuenta su fragilidad, ya nos ocupábamos de que nos durasen años, y sin entrar en el detalle de si eran sexistas, bélicos o tuvieran cualquier connotación que hoy día podría tachar a cualquier Rey Mago de ser un mal ejemplo.


Ahora tengo que volver a hacer la carta a SS.MM. y poco se va a parecer a la que hice hace ya unas décadas cuando echaba una mano en la tienda de mis padres. Ahora ya no pido “juguetes”, pido para la sociedad que quiero. Hoy, como enseñante y educador, trato de aportar mi granito de arena para mejorar el mundo en que vivimos. Cuando llega septiembre y comenzamos las clases, en mi primera sesión de Economía suelo hablar a mis alumnos de las instituciones y de quiénes nos representan en los distintos niveles de gobierno, desde el ayuntamiento a las instituciones europeas, siempre de forma constructiva. Y me gustaría hablar con orgullo de quienes están al frente de un gobierno o una oposición pero me es imposible esconder lo que la mayoría vemos. Mi petición a SS.MM. va por ahí.


Y yo digo… si lo que viéramos en los medios de comunicación, fuera diálogo y entendimiento, sería también mas fácil hacer una sociedad más consecuente y conciliadora, quizás más feliz. Me entristece mirar hacia atrás, en el año que ha terminado y ver lo que han escrito nuestros gobernantes y no gobernantes en los escaparates de las distintas instituciones, en las televisiones, en la radio, en los diarios... Me asquea observar tanta calumnia, tanta infamia tanta agresión verbal de aquellos/as que elegimos la ciudadanía para hacer, a pesar nuestro, un mal uso de sus funciones. La política, los políticos son figuras fundamentales para que el país prospere socialmente y deben ser ejemplares.


Por ello mi petición es que este año sea un año de paz, de concordia y entendimiento, sobre todo para que lo que veamos en los informativos sea eso, diálogo y opinión pacífica entre nuestros representantes. Para mí, mis padres han sido un modelo a seguir, y es que lo que se ve en casa es lo que termina haciendo a uno mismo. Espero que lo que se vea en las instituciones sea ejemplar para construir también una sociedad ejemplar. Esta es mi petición a SS.MM.

A SS.MM., ya no pido “juguetes”

Juan Pedro Molina Lozano, Albacete
Lectores
miércoles, 4 de enero de 2023, 11:31 h (CET)

Otro año más tengo que echar la carta a SS.MM. los Reyes Magos de Oriente, y no puedo dejar de pensar en lo que pedía cuando era niño y lo que pediré este año.


En realidad, no me puedo quejar de cómo me han tratado hasta ahora SS.MM. aunque también es cierto que quizás antes nos lo “currábamos” más. Me viene a la cabeza cómo eran los días previos a la noche de Reyes cuando era pequeño. Recuerdo con nostalgia, las navidades que pasaba con mis padres en la tienda que regentaban en la circunvalación, donde había casi de todo. 


Cuando llegaban estas fechas, mi misión, además de marcar los artículos que llegaban para ponerlos a la venta y dar el mejor de los servicios que me habían enseñado, tratando bien a la clientela para que volviera, se encontraba probar los juguetes y decidirme por qué es lo que le iba a pedir a SS.MM. Había tantos y tantos en las estanterías… pero ninguno de ellos era mío en realidad. A mi manera disfrutaba de algo que era ajeno y propio a la vez.  


En esos años en que los negocios funcionaban bien gracias a la familia, recuerdo un mostrador que mi padre hizo con cajas de cartón, para que mis hermanas, cuales azafatas de unos grandes almacenes, actuaran a título de asesoras de venta de las muñecas de Famosa, en una sección creada a tal efecto. Colaborábamos todos en construir nuestro futuro, y me emocionarecordar cómo en casa, en ausencia de “maquinitas”, pantallas y consolas, nos dedicábamos a leer, jugar en la calleycumplir con todos los trabajos que nos encomendaban nuestros padres, fuera en casa o fuera de casa. Quizás esto último nos hacía más merecedores de un buen trato por SS.MM.


En la carta a los Reyes pedíamos juguetes que, sin tener en cuenta su fragilidad, ya nos ocupábamos de que nos durasen años, y sin entrar en el detalle de si eran sexistas, bélicos o tuvieran cualquier connotación que hoy día podría tachar a cualquier Rey Mago de ser un mal ejemplo.


Ahora tengo que volver a hacer la carta a SS.MM. y poco se va a parecer a la que hice hace ya unas décadas cuando echaba una mano en la tienda de mis padres. Ahora ya no pido “juguetes”, pido para la sociedad que quiero. Hoy, como enseñante y educador, trato de aportar mi granito de arena para mejorar el mundo en que vivimos. Cuando llega septiembre y comenzamos las clases, en mi primera sesión de Economía suelo hablar a mis alumnos de las instituciones y de quiénes nos representan en los distintos niveles de gobierno, desde el ayuntamiento a las instituciones europeas, siempre de forma constructiva. Y me gustaría hablar con orgullo de quienes están al frente de un gobierno o una oposición pero me es imposible esconder lo que la mayoría vemos. Mi petición a SS.MM. va por ahí.


Y yo digo… si lo que viéramos en los medios de comunicación, fuera diálogo y entendimiento, sería también mas fácil hacer una sociedad más consecuente y conciliadora, quizás más feliz. Me entristece mirar hacia atrás, en el año que ha terminado y ver lo que han escrito nuestros gobernantes y no gobernantes en los escaparates de las distintas instituciones, en las televisiones, en la radio, en los diarios... Me asquea observar tanta calumnia, tanta infamia tanta agresión verbal de aquellos/as que elegimos la ciudadanía para hacer, a pesar nuestro, un mal uso de sus funciones. La política, los políticos son figuras fundamentales para que el país prospere socialmente y deben ser ejemplares.


Por ello mi petición es que este año sea un año de paz, de concordia y entendimiento, sobre todo para que lo que veamos en los informativos sea eso, diálogo y opinión pacífica entre nuestros representantes. Para mí, mis padres han sido un modelo a seguir, y es que lo que se ve en casa es lo que termina haciendo a uno mismo. Espero que lo que se vea en las instituciones sea ejemplar para construir también una sociedad ejemplar. Esta es mi petición a SS.MM.

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