Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Política | Pactos
Desde Ciudadanos ya están diciendo, como es lógico, que si se cambia una coma del pacto ya firmado por Rivera, no darán el apoyo en las votaciones

Pacto ampliado

|

La estrategia negociadora de Sánchez no me parece la más apropiada. Pensar que, ante las diferencias abismales que separan al PSOE de Podemos, de cara a alcanzar un acuerdo para la investidura, va a ser posible en los últimos minutos, antes de la segunda votación del viernes, parece algo propio de la política ficción.

Desde Ciudadanos ya están diciendo, como es lógico, que si se cambia una coma del pacto ya firmado por Rivera, no darán el apoyo en las votaciones. No hacen faltas muchas aclaraciones para entender este enredo, en el que se ha metido, de lleno, Pedro Sánchez, por intentar forzar las cosas de un modo, a mi juicio, erróneo.

Por supuesto, esto que digo es opinable y discutible, pero considero que lo natural era que hubiese intentado, desde el principio, un pacto con las fuerzas políticas de la izquierda, algo que, muy probablemente, habría conseguido, sin demasiadas dificultades negociadoras. Lo que le hubiera facilitado ser presidente de gobierno. Lo demás, en mi opinión, son fuegos de artificio verbales que no llevan a la meta ansiada por el socialismo: un gobierno del PSOE.

El nuevo documento que ha ofrecido Sánchez a Podemos parece que es coherente con lo firmado por Rivera, o, al menos, eso dice el equipo negociador del partido socialista, pero es considerado por Errejón como un corta y pega de lo ya discutido por los dos partidos. Además es insuficiente, si se compara con el programa del partido morado, y con su oferta negociadora.

No es racional que Sánchez ofrezca un pacto ampliado en la misma semana de la sesión de investidura. Es un intento a la desesperada, por lograr la investidura, y se nota. Juega con el deseo de Podemos de llegar al poder. Pero no puede ser a cualquier precio. Y esto es algo que parecen no querer entender en el partido socialista. Responsabilizar a Podemos, y a otras fuerzas políticas de la izquierda de favorecer que siga el gobierno en funciones, si votan no, es un planteamiento, argumentativamente, falaz. Ya que, si Pedro Sánchez hubiera negociado desde el principio con Podemos como principal interlocutor político, las cosas hoy serían muy distintas.

Querer cambiar la realidad de las cosas puede ser entendible, pero tiene también sus consecuencias. La aritmética parlamentaria es la que es, y no se puede modificar. Y a ellas deben atenerse los políticos que quieren formar gobierno. Lo demás, es una pérdida de tiempo. No están los tiempos para juegos florales. Los ciudadanos demandan soluciones, y no se merecen este tipo de política y de negociación que ha llevado a cabo Pedro Sánchez.

De todos modos, el interés mediático de lo que se diga en el Congreso en los debates y las intervenciones, y en el discurso de investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, parece que está garantizado, ya que están acreditados unos ochocientos medios de comunicación.

Pacto ampliado

Desde Ciudadanos ya están diciendo, como es lógico, que si se cambia una coma del pacto ya firmado por Rivera, no darán el apoyo en las votaciones
José Manuel López García
martes, 1 de marzo de 2016, 08:48 h (CET)
La estrategia negociadora de Sánchez no me parece la más apropiada. Pensar que, ante las diferencias abismales que separan al PSOE de Podemos, de cara a alcanzar un acuerdo para la investidura, va a ser posible en los últimos minutos, antes de la segunda votación del viernes, parece algo propio de la política ficción.

Desde Ciudadanos ya están diciendo, como es lógico, que si se cambia una coma del pacto ya firmado por Rivera, no darán el apoyo en las votaciones. No hacen faltas muchas aclaraciones para entender este enredo, en el que se ha metido, de lleno, Pedro Sánchez, por intentar forzar las cosas de un modo, a mi juicio, erróneo.

Por supuesto, esto que digo es opinable y discutible, pero considero que lo natural era que hubiese intentado, desde el principio, un pacto con las fuerzas políticas de la izquierda, algo que, muy probablemente, habría conseguido, sin demasiadas dificultades negociadoras. Lo que le hubiera facilitado ser presidente de gobierno. Lo demás, en mi opinión, son fuegos de artificio verbales que no llevan a la meta ansiada por el socialismo: un gobierno del PSOE.

El nuevo documento que ha ofrecido Sánchez a Podemos parece que es coherente con lo firmado por Rivera, o, al menos, eso dice el equipo negociador del partido socialista, pero es considerado por Errejón como un corta y pega de lo ya discutido por los dos partidos. Además es insuficiente, si se compara con el programa del partido morado, y con su oferta negociadora.

No es racional que Sánchez ofrezca un pacto ampliado en la misma semana de la sesión de investidura. Es un intento a la desesperada, por lograr la investidura, y se nota. Juega con el deseo de Podemos de llegar al poder. Pero no puede ser a cualquier precio. Y esto es algo que parecen no querer entender en el partido socialista. Responsabilizar a Podemos, y a otras fuerzas políticas de la izquierda de favorecer que siga el gobierno en funciones, si votan no, es un planteamiento, argumentativamente, falaz. Ya que, si Pedro Sánchez hubiera negociado desde el principio con Podemos como principal interlocutor político, las cosas hoy serían muy distintas.

Querer cambiar la realidad de las cosas puede ser entendible, pero tiene también sus consecuencias. La aritmética parlamentaria es la que es, y no se puede modificar. Y a ellas deben atenerse los políticos que quieren formar gobierno. Lo demás, es una pérdida de tiempo. No están los tiempos para juegos florales. Los ciudadanos demandan soluciones, y no se merecen este tipo de política y de negociación que ha llevado a cabo Pedro Sánchez.

De todos modos, el interés mediático de lo que se diga en el Congreso en los debates y las intervenciones, y en el discurso de investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, parece que está garantizado, ya que están acreditados unos ochocientos medios de comunicación.

Noticias relacionadas

En 2007, cuando José Luis Rodríguez Zapatero finalizaba su primera legislatura, empezó a cuajar en la sociedad catalana una sensación de cansancio y disgusto. Los problemas crónicos en Cercanías, un aeropuerto que entonces era insuficiente para responder a la proyección de Barcelona, la baja inversión pública por parte del Estado o el acentuado déficit fiscal acabaron por engendrar lo que se bautizó como el 'català emprenyat' (catalán enfadado).

Un sistema de Monarquía Parlamentaria o República Parlamentaria que obligue a lo que, de forma concisa y clara ha manifestado el señor Javier Lambán, presidente de Aragón y secretario general del PSOE regional, terminará siempre en un fracaso social y en una realidad disimulada en la que “ordenan e imponen” los poderosos.

La denuncia del sicofante tardofranquista, el seudo sindicato Manos Limpias contra la mujer de Sánchez por "presunto tráfico de influencias", y la posterior admisión a trámite por el juez Peinado, se convirtió en todo un misil en la línea de estabilidad emocional y de resiliencia de Sánchez al dejarle paralizadas las hormonas segregadoras del arrojo político.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto