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Un anunciado jarro de agua fría

La CUP, una piedra en el camino

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Después de tres largos meses de conversaciones y espera y tras diversas asambleas la CUP ha decidido que sus diez diputados del Parlamento catalán no darán su apoyo a los sesenta y dos de Junts pel Si para investir a Artur Mas como nuevo President de la Generalitat catalana. Y esta negativa, que deja fuera de juego a Mas y obliga a los catalanes a tener que acudir de nuevo a las urnas en los primeros días de Marzo, ha caído como un jarro de agua fría entre las filas del independentismo catalán, en estos últimos tiempos más fuerte que nunca en la historia. Si bien es cierto que la mayoría de la CUP siempre afirmó que nunca votaría a favor de la investidura del actual President en funciones también lo es que siempre dijeron que no serían un freno en el camino de la independencia, muchos les creyeron, y muchos les votaron creyendo que votaban independencia, pero ahora la desilusión es lo único que han recibido después de tres meses de debate y discusiones entre las dos fuerzas soberanistas.

No entiendo para que han servido tantas semanas de encuentros, más bien yo diría de desencuentros, para al final abortar el parto. Y en esto, como en otras cosas, no le echo toda la culpa a la gente de la CUP, cuando se debate siempre, como mínimo, hay dos partes y aquí Junts pel SI también ha fallado. Desde el primer momento se vio que los diputados de la CUP nunca investirían a Mas como President, y por muchas ganas de dialogo que tuvieran los representantes de Junts pel Si deberían haber roto las negociaciones cuando en las primeras reuniones vieron que el acuerdo, con Mas al frente, era imposible. Mas nunca iba a dejar el puesto, todavía tiene unos días para hacerlo pero yo no le aconsejo ni creo que lo haga. Si él es para la CUP un obstáculo no creo que cualquier otro sustituto fuera a llevar a cabo un programa diferente al suyo, creo que los argumentos en contra en esta ocasión han sido más contra Mas que contra la política que estaba dispuesto a hacer.

Esta tarde las redes sociales echaban humo, todo el mundo se sentía con derecho y con conocimientos para echar su cuarto a espadas. He leído insultos de una y otra parte y he sentido vergüenza ajena por ellos, en realidad en esta ocasión unos y otros de los protagonistas de este largo culebrón de tres meses han cumplido con lo prometido: la CUP no investirá a Mas y Junts pel SI no cambiara de candidato. Pero quien sale perdiendo es Catalunya, sus gentes, que durante seis meses van a estar sin un Gobierno al frente de la nación, no se lo merecen los catalanes y no se lo merecen, especialmente, quienes desde el voto de izquierda confiaron en la lista de la CUP porque al final, y lo entiendo, muchos este domingo se han sentido traicionados, su voto era para seguir en el camino de la independencia y ahora menos de setenta personas han decidido que primero han de tomar la vereda de la revolución y una vez hecha ésta ya veremos si vuelven al camino soberanista. Esgrimieron la bandera del independentismo como anzuelo en el que picaron muchos. En Marzo esta treta ya no les servirá y tal vez por eso una parte de la CUP ya está preparando una unión de izquierdas donde, naturalmente, estarán Podemos y sus socios catalanes y el anzuelo para cazar votos lo llenarán con la promesa de un referéndum imposible de realizar en estos momentos y circunstancias y con la foto de la alcaldesa de Barcelona que, es posible, quiera aspirar a más altas metas.

Todavía no me atrevo a cantarle el “Dies irae” a la CUP o a lo que quede de ella después de las bajas que desde que se conocieron los resultados se están produciendo, pero que tengan en cuenta que, también en política, el pez grande se come al chico y a veces lo que parecen buenas compañías tan sólo lo son por interés y es una trampa y un trampolín para algunos.

Será difícil que en Marzo se produzca un alud de votantes acudiendo a las urnas como ya pasó en Setiembre, pero los catalanes deben tener en cuenta que, hoy más que nunca, su voto será necesario y más todavía si quieren seguir caminando por la carretera de la independencia, tal vez este portazo de la CUP, quizás interesado para algunos de sus miembros, ha sido un jarro de agua fría pero la esperanza y las ganas de tener un país en el que poder decidir qué hacer con los impuestos ha de seguir dando impulso al deseo de independencia de centenares de miles de ciudadanos de Catalunya. Ahora los partidos a ponerse manos a la obra y a estudiar la mejor manera de presentarse, unidos o separados, y, por favor, que los miembros de la ANC se olviden de querer presentarse a las elecciones como otro partido más, ya hay suficiente con lo que tenemos, no dividamos más el voto.

La CUP, una piedra en el camino

Un anunciado jarro de agua fría
Rafa Esteve-Casanova
domingo, 3 de enero de 2016, 23:23 h (CET)
Después de tres largos meses de conversaciones y espera y tras diversas asambleas la CUP ha decidido que sus diez diputados del Parlamento catalán no darán su apoyo a los sesenta y dos de Junts pel Si para investir a Artur Mas como nuevo President de la Generalitat catalana. Y esta negativa, que deja fuera de juego a Mas y obliga a los catalanes a tener que acudir de nuevo a las urnas en los primeros días de Marzo, ha caído como un jarro de agua fría entre las filas del independentismo catalán, en estos últimos tiempos más fuerte que nunca en la historia. Si bien es cierto que la mayoría de la CUP siempre afirmó que nunca votaría a favor de la investidura del actual President en funciones también lo es que siempre dijeron que no serían un freno en el camino de la independencia, muchos les creyeron, y muchos les votaron creyendo que votaban independencia, pero ahora la desilusión es lo único que han recibido después de tres meses de debate y discusiones entre las dos fuerzas soberanistas.

No entiendo para que han servido tantas semanas de encuentros, más bien yo diría de desencuentros, para al final abortar el parto. Y en esto, como en otras cosas, no le echo toda la culpa a la gente de la CUP, cuando se debate siempre, como mínimo, hay dos partes y aquí Junts pel SI también ha fallado. Desde el primer momento se vio que los diputados de la CUP nunca investirían a Mas como President, y por muchas ganas de dialogo que tuvieran los representantes de Junts pel Si deberían haber roto las negociaciones cuando en las primeras reuniones vieron que el acuerdo, con Mas al frente, era imposible. Mas nunca iba a dejar el puesto, todavía tiene unos días para hacerlo pero yo no le aconsejo ni creo que lo haga. Si él es para la CUP un obstáculo no creo que cualquier otro sustituto fuera a llevar a cabo un programa diferente al suyo, creo que los argumentos en contra en esta ocasión han sido más contra Mas que contra la política que estaba dispuesto a hacer.

Esta tarde las redes sociales echaban humo, todo el mundo se sentía con derecho y con conocimientos para echar su cuarto a espadas. He leído insultos de una y otra parte y he sentido vergüenza ajena por ellos, en realidad en esta ocasión unos y otros de los protagonistas de este largo culebrón de tres meses han cumplido con lo prometido: la CUP no investirá a Mas y Junts pel SI no cambiara de candidato. Pero quien sale perdiendo es Catalunya, sus gentes, que durante seis meses van a estar sin un Gobierno al frente de la nación, no se lo merecen los catalanes y no se lo merecen, especialmente, quienes desde el voto de izquierda confiaron en la lista de la CUP porque al final, y lo entiendo, muchos este domingo se han sentido traicionados, su voto era para seguir en el camino de la independencia y ahora menos de setenta personas han decidido que primero han de tomar la vereda de la revolución y una vez hecha ésta ya veremos si vuelven al camino soberanista. Esgrimieron la bandera del independentismo como anzuelo en el que picaron muchos. En Marzo esta treta ya no les servirá y tal vez por eso una parte de la CUP ya está preparando una unión de izquierdas donde, naturalmente, estarán Podemos y sus socios catalanes y el anzuelo para cazar votos lo llenarán con la promesa de un referéndum imposible de realizar en estos momentos y circunstancias y con la foto de la alcaldesa de Barcelona que, es posible, quiera aspirar a más altas metas.

Todavía no me atrevo a cantarle el “Dies irae” a la CUP o a lo que quede de ella después de las bajas que desde que se conocieron los resultados se están produciendo, pero que tengan en cuenta que, también en política, el pez grande se come al chico y a veces lo que parecen buenas compañías tan sólo lo son por interés y es una trampa y un trampolín para algunos.

Será difícil que en Marzo se produzca un alud de votantes acudiendo a las urnas como ya pasó en Setiembre, pero los catalanes deben tener en cuenta que, hoy más que nunca, su voto será necesario y más todavía si quieren seguir caminando por la carretera de la independencia, tal vez este portazo de la CUP, quizás interesado para algunos de sus miembros, ha sido un jarro de agua fría pero la esperanza y las ganas de tener un país en el que poder decidir qué hacer con los impuestos ha de seguir dando impulso al deseo de independencia de centenares de miles de ciudadanos de Catalunya. Ahora los partidos a ponerse manos a la obra y a estudiar la mejor manera de presentarse, unidos o separados, y, por favor, que los miembros de la ANC se olviden de querer presentarse a las elecciones como otro partido más, ya hay suficiente con lo que tenemos, no dividamos más el voto.

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