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El agua clara de la montaña

Venancio Rodríguez Sanz
Lectores
lunes, 19 de septiembre de 2022, 09:37 h (CET)

Macarena Olona es agua clara. El agua cristalina tiene la cualidad de aclarar las aguas con las que se mezcla. El agua cristalina baja de la montaña, cruza barrancos, cascadas, se sumerge en la oscuridad de la tierra, vuelve a salir a la luz, circula por valles y llanos, se junta más abajo con ríos ya contaminados por el hombre y unidos los dos, van a desembocar en el mar. Eso es lo que es la inteligencia. 


La inteligencia tiene la cualidad de convertir el agua turbia en agua más clara. La inteligencia es una mano que, suavemente, agita las aguas negras para apartar las impurezas que flotan en ella y las diluye para que se pueda ver el fondo de las cosas. Cuando la inteligencia se expresa en cualquier medio, las aguas fecales pueden ver a través de sus argumentos. La inteligencia da miedo y envidia a la vez. Miedo porque, aunque el agua pura de la inteligencia no pretenda quitarles el puesto, sino añadirles algo de sí misma; las aguas residuales se saben espesas y la consideran un rival contra la que no pueden luchar y por eso la temen. La envidian porque están infectadas del complejo de inferioridad. Aunque, su mugre no procede de ella misma, sino de los hombres que la arrojan a su cauce. Ellas quisieran poseer esa brillantez que notan en sus razonamientos. Pero, al estar acomplejadas, la atacan para destruirla. 


Lo peligroso no es la inteligencia, sino la maraña diluida en su infravaloración.

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