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En las zonas desérticas, las tormentas de polvo y arena suelen ser causadas por los flujos de salida de las tormentas eléctricas o por fuertes gradientes de presión que provocan un aumento de la velocidad del viento en una zona amplia que suele venir después de días de intenso calor.
Para formar una tormenta de arena se requiere de un viento lo suficientemente intenso para levantar las partículas de polvo o arena del suelo y enviarlas a la atmósfera. A mayor tamaño de partículas, más intenso deberá ser este viento. Posteriormente, la atmósfera deberá estar inestable con presencia de vientos ascendentes fruto, por ejemplo, de frentes helados en la región o de intenso calentamiento de la corteza terrestre, como en épocas de particular sequía. Si a eso sumamos altos márgenes de humedad y una atmósfera agitada, es más que probable que se produzca una tormenta de este tipo. Obviamente, esto puede darse únicamente en las regiones en las que hay polvo o arena en los alrededores y en cantidades importantes.
Entre las consecuencias que dejan las tormentas de arena, se destacarían:
La visibilidad se reduce y el cielo oscurece, debido a la cantidad de partículas suspendidas en el aire. Esto impide continuar normalmente con la vida cotidiana. Además, pueden ser portadoras de microorganismos y por ende esparcir enfermedades, entre otras consecuencias negativas.
El próximo 30 de abril, Ayuda en Acción y Fundación Oceanográfic organizan una limpieza en las playas de Alboraia para concienciar sobre la contaminación de nuestros entornos marinos y la importancia de mantenerlos limpios. La actividad, que será gratuita previa inscripción en la web de Ayuda en Acción, se desarrollará de 10:00 a 12:30 y tendrá como punto de encuentro inicial la Oficina de Turismo Port Saplaya.
Una encuesta realizada a 24.000 personas en 32 países mostró un respaldo de 85 por ciento a la prohibición de los plásticos de un solo uso, y del 90% a la del empleo de productos químicos peligrosos en los plásticos, informó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), copatrocinador del estudio.
Se acerca una de las fechas más destacadas del calendario en términos de sostenibilidad: el Día Internacional de la Tierra, que se celebra cada 22 de abril desde 1970. En este contexto, y con el fin de conocer cuál es la percepción de la ciudadanía sobre el cambio climático, Ipsos ha publicado la edición anual de su estudio “Día de la Tierra 2024” realizado en 33 países, entre los que se encuentra España.
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