Tengo la impresión, tras casi un mes de vacaciones en contacto con gente de todas las comunidades autónomas, que Andalucía se siente razonablemente cómoda con su Gobierno y su presidente y eso incluye a buena parte de quienes no le votaron en 2018 y no le han votado en las pasadas elecciones.
Ha resultado que, en una España polarizada, Andalucía está poco polarizada. El fenómeno es relevante porque hablamos de una de las Comunidades Autónomas en las que durante mucho tiempo las distancias ideológicas eran muy marcadas. Posiblemente se puede concluir que los gobiernos más centrados ayudan a destensar la sociedad.
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