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Castillo: ¿un nuevo Felipillo? Lima se alinea con Washington

Combinado con Biden

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En las carretillas ambulantes peruanas se pueden encontrar toda clase de platos combinados. Hay desde los salados como ceviche con tallarines hasta los dulces como el blanco arroz con leche con mazamorra morada. Y, ahora, acaba de aparecer un nuevo potaje de este tipo, pero esta vez cocinado en los propios EEUU y en lugares de 5 estrellas. Esta combinación, a la que sus autores niegan cualquier diabólica intención, fue presentada en la última cumbre de las Américas, celebrada del 6 al 10 de junio en Los Ángeles.


Esta es una hecha entre dos presidentes: Pedro Castillo, quien es el primer sindicalista, maestro y campesino que ha sido electo mandatario en el Perú (y, además, representando al único partido que haya ganado unas elecciones generales sudamericanas reclamándose como “marxista leninista”) y Joe Biden, quien es el primer gobernante norteamericano que ha decidido librar una guerra contra Moscú en una de sus antiguas dependencias soviéticas (pudiendo producir esta el primer conflicto nuclear de la historia), y, que, además, ha sido el primero en vetar la participación de 3 naciones americanas en uno de esos cónclaves por tener gobiernos que se proclaman como “socialistas”.


La IX cumbre de las Américas fue inaugurada solo con los discursos presidenciales de Joe Biden y Pedro Castillo, quienes ahora se sienten tan cercanos. Ambos, en sus respectivas intervenciones, no explicaron del por qué, por primera vez, se había excluido de esta cita a 3 de las 18 repúblicas hispanoamericanas (Venezuela, Cuba y Nicaragua). Tampoco ninguno de los dos hicieron referencia a que esta era la primera que se daba esta sin la participación de 12 de los 35 mandatarios americanos, quienes conforman más de la tercera parte de los Estados independientes del hemisferio.


A diferencia de otros gobernantes nacionalistas o izquierdistas, Castillo no hizo referencia alguna a los estragos del “capitalismo”, del “neoliberalismo”, de los bloqueos o sanciones de EEUU hacia varios países del hemisferio o del mundo, o de la opresión “imperialista”. Más bien, saludó a este "espacio de diálogo" y a EEUU por la agenda propuesta y por el recibimiento que le han dado. Al único país que abiertamente felicitó fue a su anfitrión saludando a este por los "temas acertadamente propuestos".


PRIMERA PARTE


TORRE TAGLE SIGUE SIENDO OTRA FICHA DEL AJEDREZ NORTEAMERICANO


Los mensajes pro-EEUU de Castillo


Castillo ni siquiera hizo un llamado para que en esta u otra nueva ocasión estén presentes todos los 35 países independientes de las Américas, por lo que es de esperar que en la 52 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) a realizarse este octubre en Lima, tanto Venezuela como Cuba y Nicaragua sigan sin ser invitadas.


El presidente peruano llamó explíticiamente a reivindicar todas las cumbres y a ratificar la Declaración de Quebec de su tercera cumbre del 2001. En esta última, donde Cuba no fue invitada, el nuevo Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela puso reparos acerca de la inclusión de un punto donde solo se menciona a la democracia representativa como si fuera la ideal, pues para Caracas hay otras formas de democracia diferentes a la parlamentaria.


Lo importante de esa declaración hecha hace 2 décadas es que esta planteaba un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) desde la costa con el océano ártico a la del antártico. Este planteo conducía a un Tratado de Libre Comercio (TLC) en el cual las economías de América Latina y del Caribe quedaban subordinadas a las de EEUU y Canadá, las cuales creaban un sistema para sobrepasar el proteccionismo interno que preserva a las industrias y mercados nacionales, y también para obstaculizar las inversiones y el comercio con Europa y Asia.


El ALCA terminó siendo barrido por diversas protestas sociales y el establecimiento de una serie de nuevos gobiernos de corte izquierdista en la región, comenzando con el de Lula y el Partido de los Trabajadores del Brasil (2002-16) y seguido por los de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Paraguay, y otros más.


Castillo solamente se dirigió a condenar a la corrupción. Esto lo hacía justo cuando miembros de su familia, su primer Secretario de la Presidencia y uno de sus exministros favoritos se han dado a la fuga para no comparecer a la justicia que les imputa por malversaciones de fondos.


A poco de retornar de dicho encuentro, Castillo tuvo que ir a la fiscalía a declarar no como testigo, sino como posible jefe de una "organización criminal". Esto último es algo que no se puede minimizar y que puede acabar desmoralizando al pueblo que confió en Castillo. Si bien es cierto que el Poder Judicial y el Ministerio Público del Perú están politizados y en su interior operan mafias y ultraderechistas, lo cierto es que la mejor defensa contra ello es un manejo transparente y el haber iniciado desde el primer día de Gobierno una política de combate abierto y frontal contra la corrupción. Esto último no se ha dado. Mientras hay muchos corruptos que se mantienen intocables, ahora los malos manejos han salpicado a personas del entorno íntimo presidencial, las mismas que fueron colocadas en puestos de clave responsabilidad por el propio Castillo.


El propio Presidente sigue sin informar al pueblo cuánto es lo que gana o gasta en sus certámenes o explicar las razones por las cuales no ha cumplido sus promesas electoral de renunciar al sueldo presidencial, de seguir viviendo con un sueldo de maestro, de irse a vivir a un barrio popular, de que sus hijos sigan estudiando en colegios estatales, de que las rondas se masifiquen y asuman la lucha contra delincuentes y corruptos, de que el pueblo elija a los jueces, entre otras.


Tampoco ha explicado qué ha pasado con la promesa que hizo al jurar como Presidente donde dijoe que él no iba a vivir en palacio, el mismo que iba a ser convertido en un museo, o la que dio a los 100 días de su Gobierno cuando dijo que iba a vender el avión presidencial (el cual sigue utilizando en sus viajes). 


Al final de su discurso inaugural en la Cumbre, Castillo concluyó su mensaje coreando la frase “América para los americanos”. Esta es una vieja doctrina que planteó el Presidente norteamericano James Monroe en 1823 y con la cual justificaba las intervenciones de EEUU en el resto del hemisferio.


No está claro si Castillo reivindica total o paricialmente dichas tesis, su nivel de simpatías al planteo del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas de la declaración de Quebec 2001 que él enarboló en su discurso ante la cumbre, o si busca crear un bloque económico, social y político del hemisferio liderado por EEUU.


En su intervención en el foro de protección a los océanos, Castillo llamó a salvaguardar todas las aguas, incluyendo las de los ríos y lagos, y también a incluir en los currículums educativos ese tema.

En su exposición ante la IV cumbre empresarial de las Américas, Castillo se erigió en un campeón de los intereses de las grandes corporaciuones y transnacionales. El Presidente se dirigió al auditorio así: "Señores empresarios, consideren al Perú como un ALIADO en la región, con una posición estratégica en el hemisferio, nuestro país representa una economía dinámica que promueve el intercambio comercial, que goza de una gran cantidad de recursos, particularmente de una producción agrícola con valor agregado de alta calidad que debe ser promovida y potenciada”.


Después de jactarse de sus logros contra el Covid-19, él mencionó que “Los resultados son patentes, el 2021 a pesar de la pandemia las exportaciones peruanas crecieron en 35% y marcaron cifras récord en 23 mercados a nivel mundial, asimismo gracias al manejo responsable hemos logrado crecer 13% en el último año y mantenemos actualmente la mejor clasificación crediticia de América Latina”.


"(..)  el Perú está conectado al mundo a través de 22 acuerdos comerciales con economías que representan el 81% del PBI mundial, de igual manera hemos sido invitados por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) para iniciar el proceso que nos llevará a ser miembros de dicha organización.”


Sostuvo que la situación estratégica en el Pacífico llevará al Perú a asumir la presidencia de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) en el 2024, con lo que se buscará consolidar su posición “en la región más dinámica del mundo”. Al final, Castillo les propuso trabajar lado a lado, pues “juntos somos más fuertes para construir un desarrollo sostenible en las Américas”.


Castillistas reivindican victoria


Los oficialistas peruanos difunden diversas imágenes en los cuales se ven los presidentes de EEUU y Perú posando juntos, estrechándose las manos o siendo acompañados por sus respectivas esposas. Para ellos resulta muy positivo que la Casa Blanca, que siempre ha sido la que impulsa o da la luz verde a todos los golpes de Estado en Latinoamérica, nuevamente le esté mostrando así la luz roja a la oposición golpista lideradas por los fujimoristas. Para reafirmar que Washington no impulsa una vacancia presidencial en Lima, el General Manuel Gómez, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) del Perú, apareció en la comitiva oficial en reuniones entre los equipos de Castillo y de Biden, mientras que el Gobierno peruano ha anunciado que la primera dama, Jill Biden, se ha comprometido a visitar a Lima.


Con estas jugadas de la diplomacia, Castillo quiere contrarrestar a Maricarmen Alva, la Presidenta del Congreso, que abiertamente pide su caída y que acaba de admitir que son ciertos unos audios en los cuales ella afirma tener el respaldo de las FF.AA. para reemplazarle. Ella también fue en esos mismos días a Los Ángeles, pero no fue recibida por ninguna autoridad de la Casa Blanca, algo que tampoco pasó cuando en junio 2021 acudió a Washington una alta comitiva de la oposición pidiendo que EEUU y la OEA no reconocieran al triunfo electoral de Castillo.


El combinado Castillo con Biden presenta una ventaja para ambos. Los dos han tenido en común una oposición golpista en casa. El 6 de enero del 2021, en el día de los reyes, Donald Trump con sus huestes quiso tomar el Capitolio (el Congreso en Washington). Tras la victoria electoral de Castillo del 6 de junio, los trumpistas criollos han querido que la Ciudad de los Reyes y el Congreso hagan varios golpes contra el presidente constitucional.


Para Biden, Castillo aparece como un “izquierdista” modelo que debieran imitar todos los “antiimperialistas” pues el Presidente peruano le apoya contra Rusia, no se presta al bloqueo a la cumbre impulsado por México y el ALBA, y ha hecho del Perú el país occidental que más bases militares suyas tenga al sur de la línea ecuatorial.


Para Biden, el nuevo presidente peruano no representa un peligro, sino que es un nuevo castillo que va a defender a sus intereses y le va a ayudar a mejorar su imagen en su “patio trasero”.

Apenas Castillo retornó a Lima, la selección peruana por penales quedó desclasificada del Mundial de fútbol 2022. En cambio, el equipo del Presidente, pese a esta derrota deportiva, siente que ha logrado varios goles en esa cumbre. Desde hace un siglo, ningún Gobierno que choca con Washington ha logrado estabilizase en el Perú. Más bien, la venia de la Casa Blanca ha sido crucial para que se mantengan en el poder numerosos mandatarios, incluso varios que han estado en peligro.


Castillo, al irse hipotecando a Biden, está buscando sobrevivir en palacio a costa de abandonar todas sus principales "palabras de maestro" y transformarse en otro peón más que garantice que continúe el siglo de dominación norteamericana sobre el Perú.


En todo juego de ajedrez, las 2 fichas laterales se llaman "torres" o "castillos". Ahora, Biden puede sumar a su tablero dos fichas peruanas con esos mismos nombres para que sean parte de su equipo.


Biden tiene un nuevo castillo


Los EEUU tienen bases militares y castillos políticos en todo el mundo, como también los tienen en el Perú. Mientras Keiko Fujimori y todos los que le apoyaron quisieron ganar las elecciones creando el cuco del peligro del "comunismo", "chavismo" o "terrorismo", la verdad es que el maestro rural ha demostrado ser lo opuesto a estos movimientos y también ser lo que él siempre fue.

Durante una década y media, Castillo militó en el partido "Perú Posible", el único en el él que activó hasta antes de postular a la Presidencia. Este fue la criatura del "cholo" Alejandro Toledo, quien, durante su quinquenio presidencial (2001-2006), demostró ser un centro derechista muy alineado con EEUU. El líder rondero chotano, como lo advertimos durante el proceso electoral, al igual que el toledismo, jamás se ha proclamado como "socialista", "revolucionario", "antioligárquico" o "antiimperialista".


El primer viaje al exterior que hizo el nuevo Presidente fue a Norteamérica, donde se reunió con los directivos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, a quienes reafirmó que el Perú iba a seguir cumpliendo todas sus obligaciones crediticias y también sus orientaciones económicas.


Una de sus primeras acciones en el Gobierno fue la de renovar por un quinquenio más el acuerdo militar-comercial de USAID (al cual Bolivia y Venezuela tildan de instrumento de colonialismo e intervencionismo) y ratificar la presencia de 10 bases armadas estadounidenses en el Perú, así como de cientos o miles de militares norteamericanos en su tierra.


Castillo como Presidente ha visitado a México y a todos los países con bordes con el Perú (Bolivia, Chile, Brasil, Colombia y Ecuador). Nunca ha viajado como mandatario a otro continente, y al único país que ha visitado 2 veces (y en el que más tiempo en total ha permanecido en su suelo) es EEUU.

En todas sus intervenciones en dicha mega-potencia, Castillo siempre ha saludado a esta y ha ofrecido que su país le da la más amplia bienvenida a los grandes inversionistas y capitales que vienen de allí. Además, como veremos luego, ha venido alineando a Lima con la política exterior y con las fuerzas armadas de EEUU.


En sus viajes a EEUU, Castillo siempre ha buscado reunirse con las principales corporaciones (tales como Microsoft, Pepsi, Pfizer, Coca Cola, Google, etc.) a quienes él oferece amplias garantías para sus inversiones indicando que nunca las ha de estatizar. Mientras tanto, su Gobierno no piensa reducir la jornada laboral de 48 horas semanales o reintroducir la comunidad industrial o cualquier sistema de control o participación de los trabajadores en las empresas.


Castillo desplanta a las protestas contra Biden


Se supone que las Cumbres de las Américas debieran unir a todos los países del hemisferio, el mismo que está compuesto por 35 Estados independientes y alrededor de 25 territorios dependientes (casi todos estos últimos cuentan con sus respectivos autogobiernos y parlamentos).

Sin embargo, ninguno de los países autónomos (pero no soberanos) participan en dichos cónclaves. Por ejemplo, ninguna de los 8 territorios ultramarinos de la corona inglesa, todos los cuales tienen sus respectivos autogobiernos, es invitado. Ni siquiera Montserrat que es uno de los 15 miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM). En cambio, sí se aceptan a 8 naciones de habla inglesa que tienen como su jefa de Estado a la reina británica Elizabeth II, la misma que designa a sus respectivos gobernadores en dichos países. Estos son, Canadá (el más extenso Estado occidental), Jamaica, Bahamas, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Bermuda, San Cristóbal y Nieves.


Tampoco la cumbre permite la presencia del Estado Libre Asociado (a EEUU) de Puerto Rico, donde sus 3,3 millones de habitantes hablan el castellano y son latinoamericanos, algo que sí se lo permite la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).


Otros ausentes permanentes en esas cumbres y en la OEA son las 6 Antillas holandesas (que tienen el mismo status que Holanda en el Reino Unido comandado por la corona de Ámsterdam), los 7 departamentos o territorios franceses de ultramar (incluyendo Guayana francesa, el único pedazo de la Unión Europea empotrado en la Sudamérica continental), las 3 dependencias insulares estadounidenses o el país autónomo de Groenlandia (el cual, pese a estar bajo el dominio de la corona de Dinamarca, a diferencia de esta última nación, no es parte de la Unión Europea, no está poblada por blancos y tampoco acepta al idioma danés como oficial).


Algunas naciones nativas han logrado una autonomía muy importante, como son los países inuits (esquimales) al norte de Canadá (Nunavut) y también Groenlandia (rebautizada con su nombre oriundo de Kalaallit Nunaat), la mayor isla del planeta. Cualquiera de esos 2 territorios son más extensos que los del Perú, Colombia o México. En ambos, las comunidades inuits tienen su propio autogobierno que controla los grandes recursos de sus regiones y cuida que estos no se contaminen o deshielen. Kalaallit Nunaat tiene al único Gobierno y parlamento de las Américas en las cuales solamente se habla una lengua originaria (el inuit) y ninguna europea.


En vez de ampliar a los países invitados, incluyendo dependencias con gobiernos electos autónomamente, la lista se ha reducido. De todas las 9 cumbres que se han dado en las Américas, desde la primera en Miami 1994, esta ha sido, y por lejos, la menos representativa. A pesar de que en el logotipo oficial de la cumbre se presenta a un mapa donde se encuentra Cuba, Venezuela y Nicaragua, a estas 3 repúblicas se les impidió participar. En este, igualmente, figuran las islas de Hawái (que no son parte de ninguna de las Américas), pero no islas como las de Pascua, las Galápagos, las Malvinas (que Argentina reclama) o Groenlandia.


Estas exclusiones generaron la protesta del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien dijo que él no iba a asistir a una cumbre donde se marginalizace a una parte de las Américas y de que ya es hora de acabar con el bloqueo de seis décadas a Cuba, al cual describe como “genocida”.


Según La Habana, su isla ha perdido más de 150 mil millones de dólares por ese boicot que también tanto le ha afectado en momentos que tenía que combatir a la pandemia y verse privada del lucrativo flujo de turistas.


Siguiendo a AMLO, los presidentes de las otras 3 repúblicas mayas (Guatemala, Honduras y El Salvador) dijeron que no iban a participar y que en su reemplazo iba a asistir un funcionario de menor rango. La misma posición la adoptó el presidente boliviano Luis Arce y los primeros ministros de 3 Antillas anglo-parlantes: Granada, San Cristóbal y Nieves, y San Vicente y las Granadinas. El único presidente que no vino por una causa de salud fue el de Uruguay. Es decir, hubo 3 Estados ausentes y 9 representados por cancilleres o embajadores. Nunca antes eso había pasado.


El Presidente argentino Alberto Fernández, como Presidente pro témpora de la Comunidad de 33 Estados de Latino América y el Caribe (CELAC) y el Primer Ministro Johnny Briceño de Belice, como líder de la Comunidad de 15 países del Caribe (CARICOM) en sus alocuciones protestaron duramente por las exclusiones.


Fernández, además, recordó que se cumplían 40 años de la guerra de las Malvinas. En esta última, EEUU y el Chile de Pinochet no mantuvuvieron una solidaridad panamericana, y aún hoy Washington no quiere chocar con su gran aliado Londres.


Briceño, el mandatario de Belice (el único territorio de la América continental donde la reina Elizabeth II sigue siendo jefa de Estado), hizo una serie de alabanzas a Cuba, isla a la cual agradeció por sus ayudas en materia de salud durante la pandemia.


Es de recalcar que Fernández pertenece al peronismo, el partido que en Argentina impuso las mismas políticas neoliberales y privatizadoras en la misma década de los 1990 en la que Fujimori hizo lo mismo en Perú, y de que Briceño es un demócrata cristiano.


Otro gobernante que no es de izquierda y que se ha mantenido muy crítico es Nayib Bukele, Presidente de El Salvador. Él abiertamente se refiere a la OEA como si fuera un "ministerio de colonias de EEUU" (frase original de Fidel Castro) y le acusa de haber querido transformar a las pandillas de los maras en un partido político para participar en un proceso de diálogos por la paz.

Mientras se daba esta cumbre, Nicaragua permitía el ingreso de tropas rusas a su territorio y el presidente venezolano Nicolás Maduro visitaba a Irán estrechando lazos entre las principales potencias contestatarias a EEUU en sus respectivas regiones (Latinoamérica y el Caribe y el Medio Oriente, respectivamente).


Venezuela y Bolivia son reacios a la OEA y piden la cabeza de su Secretario General, Luis Almagro, a quien sindican de haber promovido abiertamente golpes militares contra sus respectivos gobiernos. Almagro estuvo en la frontera colombo-venezolana el 23 de febrero del 2019 auspiciando el ingreso de grupos armados para derrocar a Maduro, a quien él se sigue negando a reconocer como presidente constitucional, y también pidió desconocer los resultados de las elecciones de octubre 2019 que le dieron el triunfo a Evo Morales y que desencadenaron las acciones que llevaron al golpe cívico militar que le obligó a salir de palacio.


Debido a que los principales países que envían inmigrantes a EEUU (los mesoamericanos) no estuvieron representados por sus presidentes, esta cumbre no logró uno de sus principales objetivos: el ayudar a Biden a reducir la gran cantidad de latinos que llegan a su potencia. Muchas intervenciones destacaron el hecho de que si EEUU, en vez de gastar tantos billones en guerras, dedicara una mínima proporción de estas fortunas en aliviar la extrema pobreza mesoamericana, no habría tales incentivos para querer cruzar el Río Grande.


El nuevo presidente chileno Gabriel Boric también se sumó al coro de quienes protestaron por las exclusiones. De todas las 4 naciones del cono sur andino y de todos los numerosos países que tienen gobiernos que van desde el centro a la izquierda, el Perú fuese el único que no dijera nada, absolutamente nada, acerca de los vetos de la Casa Blanca.


A la par que se daba esta cumbre se dio en Los Ángeles una “cumbre de los pueblos” y pasando la frontera mexicana una “cumbre de los trabajadores”. Castillo, quien en el Perú si acude a eventos sindicales, ignoró ambos encuentros, en algunos de los cuales sí participaron otros mandatarios y exmandatarios del hemisferio. En cambio, Castillo prefirió ir a reuniones con grandes multinacionales.


La nueva diplomacia de Castillo llama mucho la atención, pues él fue electo Presidente como cabeza de fórmula de un partido, Perú Libre, cuyo líder se educó en Cuba, que es tan castrista que su fecha de creación coincide con el del cumpleaños de Fidel Castro y que ha pregonado unirse a la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA), el bloque continental conformado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y varias Antillas anglo-parlantes.


En una de sus intervenciones, Castillo destacó que el Perú tiene ahora 1 millón de inmigrantes, pero en ningún momento mencionó que la mayoría de ellos viene de Venezuela y que esa avalancha humana tiene mucho que ver con las sanciones que EEUU impone a ese país generando desabastecimiento, hiperinflación, desasbastecimiento, bajos salarios y pobreza. El presidente peruano en ningún momento pidió que se levanten estas durísimas amonestaciones, que se le devuelva a Caracas la petrolera estatal venezolana CITGO (valorizada en decenas de millones de dólares) que ha sido requisada por EEUU o que se permita al Banco Central el poder recuperar su oro cautivo en el Banco de Inglaterra.


Castillo abiertamente apoyó las políticas antiterroristas y de contención de la inmigración de Biden. Jamás, condenó la construcción del mayor muro hecho en la historia humana para separar un continente o los constantes maltratos que sufren tantos inmigrantes (incluyendo menores de edad que son separados de sus padres). Castillo tampoco planteó una amnistía para los millones de inmigrantes peruanos y latinoamericanos que trabajan y viven en el limbo en Norteamérica.


SEGUNDA PARTE


LIMA CON WASHINGTON CONTRA MOSCÚ


En vez de apostar por la multipolaridad, Lima sigue en la unipolaridad


Víctor Raúl Haya de la Torre hizo famosa la frase "Ni con Washington ni con Moscú, solo el APRA salvará al Perú". Luego la "revolución socialista militar" de 1968-80 habló de tener una política nacional que no sea ni capitalista ni comunista y de una diplomacia distante de la de la Casa Blanca y de la del Kremlin. Sin embargo, con la dictadura de Francisco Morales Bermúdez (1975-80) se produce un giro hacia los EEUU, el cual hasta hoy se ha mantenido en el Perú.


Castillo, en vez de buscar retomar cierta independencia ante EEUU, Rusia y China, le hace el juego a la diplomacia de guerra antirrusa de Biden, ante la cual se viene hipotecando.


El acercamiento de Lima a la Casa Blanca se da en un contexto geopolítico en el cual EEUU quiere aislar y humillar a su anterior rival en la guerra fría. La guerra que Moscú inició el 24 de febrero ha cambiado radicalmente la escena mundial, pues Washington quiere aprovechar esta para detener la marcha hacia un mundo multipolar, poder alinear a toda Europa, Oceanía, y las Américas, así como a otras partes de Asia y África bajo su hegemonía unipolar, y derrotar (y, si es posible, fragmentar) a su principal rival nuclear.


Rusia debe ser castigada por haber impedido sus planes de haber logrado dominar Siria (y todo el Medio Oriente), de lograr aislar y deponer a los ayatolás de Irán, de permitir que la OTAN se expanda más al este y de darle cobertura a China para evitar que el gigante asiático logre sobrepasar a la economía de EEUU como la mayor del globo.


Por primera vez, EEUU ha decidido librar un boicot generalizado contra Rusia, el mismo que va desde fuertes sanciones económicas e intervenir a sus empresas e intereses por doquier, hasta excluirles de cualquier competencia deportiva mundial.


Washington ha venido promoviendo que Kiev (la primera capital del Rus) entre a la OTAN y se dote de armas nucleares frente a Moscú, con lo cual ha provocado a Vladímir Putin a invadir Ucrania. Si bien,  EEUU y la OTAN abiertamente no atacan a Rusia, sí le brindan a Ucrania apoyo financiero y logístico, armas sofisticadas de combate, alta tecnología belicista y satelital, y asesores militares. En los hechos, ellos libran una guerra semi-directa contra el Kremlin, al mismo tiempo que allí alienta un “cambio de régimen” mediante un golpe para derrocar a Putin.


Mientras "Perú Libre" (PL) abiertamente simpatiza con Rusia, Castillo se ha alineado con EEUU en esta guerra al votar con este mega-potencia el excluir a Moscú de la Comisión Internacional de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), siendo la primera vez en la historia de la ONU que uno de sus 5 miembros permanentes de su Consejo de Seguridad es separado de uno de sus foros.


En la IX Cumbre de las Américas, Biden propuso una entente mundial por la democracia y en solidaridad con Ucrania. Esto es algo que Castillo apoyó. Cuando Castillo hablaba de dicho conflicto, él se quejaba de cómo ello afectaba a la distribución mundial de alimentos. Sin embargo, Castillo nunca le pidió a EEUU que dejase de armar a un bando, que buscase la paz, que cesara de querer hacer que la OTAN se expanda al este y que eso ayude a evitar una posible hecatombe nuclear, alza mayor de carburantes o hambruna internacional generalizada.


Mientras algunos gobernantes cuestionaron como en este conflicto EEUU o la OTAN emplean tantas fortunas, las que bien podrían encaminarse a Latinoamérica y al Caribe para resolver varios problemas socales, Castillo, nunca dijo nada de eso ni ha criticado la política norteamericana ante Rusia.


Es más, Castillo se hace eco del discurso en pro de la "democracia" que pregona Washington. Justamente, el discurso de la "guerra por la democracia" ha llevado a la devastación y dedstrucción entera de numerosas naciones, algo que ha generado decenas de millones de muertos y desplazados en todo el planeta.


Castillo, para variar, no hace críticas a las inconsistencias de EEUU. Las dos primeras cumbres de las Américas se dieron en 1994 y 1998, cuando estas aceptaban a la dictadura peruana de Alberto Fujimori, quien había intervenido militarmente los poderes judicial y legislativo el 5 de abril de 1992 y quien había impuesto una autocracia con graves violaciones a los derechos humanos y corrupción generalizada.


Washington propició los golpes parlamentarios que depusieron a presidentes izquierdistas latinoamericanos (Manuel Zelaya en Honduras 2009, Fernando Lugo en Paraguay 2012 y Dilma Rousseff en Brasil 2016).


En 2019, EEUU y la OEA reconocieron a Juan Guaidó como Presidente de Venezuela, pese a que él se autoproclamó como tal sin ser electo por el pueblo, sin consultar al Congreso y estructurando el único “Gobierno” que haya tenido las Américas que nunca ha tenido ministerios y que ha querido llegar al poder promoviendo una invasión armada de sus vecinos.


También ambos reconocieron a Jeanine Añez, la hoy presa primera dictadora en la historia americana, como presidenta boliviana, pese a que no tenía mandato constitucional alguno y se sustentaba únicamente en las bayonetas.


La Organización de Estados Americanos (OEA) incluyó antes en su seno a tiranías que masacraron y robaron mucho, algunas de las cuales duraron décadas, tales como las que rigieron a Haití, República Dominicana, Cuba, Nicaragua, Brasil, Perú, Venezuela, Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Chile, etc.


La OEA, igualmente, aceptó los golpes que la CIA instrumentó desde Guatemala 1954 en el norte a Chile 1973 en el sur, las juntas gorilas centro y sudamericanas de los sesentas y setentas, el apoyo militar a paramilitares insurgentes desde Nicaragua hasta Venezuela, o las invasiones norteamericanas a diversas naciones al sur del Río Grande (como Cuba, República Dominicana, Haití, Panamá, Nicaragua, Granada o México).


La OEA tampoco se come el pleito con Colombia, la única "democracia" del mundo en cuyas prolongadas guerras internas millones han sido asesinados o desplazados. Si bien hoy Rusia ha  invadido a Ucrania, EEUU, solamente en las últimas 3 décadas, ha enviado tropas y bombarderos a Yugoslavia, Afganistán, Irak, Siria, Libia, Somalia, Pakistán, entre otras naciones, algunas de las cuales han acabado desintegradas.


Los principales proveedores de combustibles de las “democracias occidentales” son las petro-monarquías arábigas, donde nunca ha habido elecciones multipartidarias y sindicatos, y los derechos a los trabajadores, inmigrantes, mujeres y LGTB son mínimos o nulos.


Arabia Saudita ha superado a Rusia en tener el mayor presupuesto bélico del planeta (después del de EEUU y de China) y, gracias al sofisticado armamento de EEUU y la OTAN, ha venido librando, en alianza con los Emiratos, una guerra en Yemen, la cual ha producido decenas de miles de civiles muertos y la mayor epidemia de cólera del globo.


El 18 de febrero, Pedro Castillo recibió al canciller saudita Adel Aljubeir, cuya monarquía invierte $US 1,600 millones en el Perú. También, Castillo viene coordinando planes con Marruecos para que este reino autocrático le colabore a construir un "tren bala" que vaya desde Tacna a Tumbes. 


Maniobras militares conjuntas


Como parte de este acercamiento a EEUU, el Perú va a participar por primera vez desde el 2018 en el principal ejercicio militar de barcos del planeta (el RIMPAC, Ejercicio del Anillo del Pacífico). Este se viene dando desde 1971 todos los meses de junio y julio, y parte desde Hawái.


Del 29 a Junio al 4 de agosto del 2022 se realiza la edición 28 de dichas maniobras navales. Esta va a congregar a unos 25 mil efectivos. Nuevamente, RIMPAC va a ser timoneada por EEUU y ejecutada junto a otras potencias que tienen también dependencias en el Océano Pacífico, tales como Reino Unido, Francia, Australia, Nueva Zelandia, Canadá o Japón.


En total son 26 naciones las que participan esta vez. Aparte de las ya anotadas, están Alemania, Dinamarca y Holanda (que antes en dicha cuenca o alrededor de esta tuvieron allí colonias y que son también parte de la OTAN). Además, participan países con costas al Pacífico como México, Chile, Ecuador, Colombia, Tonga, Filipinas, Malasia, Tailandia, Corea del Sur, Indonesia y Brunei, y otras 3 naciones asiáticas que no tienen salida a dicho océano (India, Sri Lanka e Israel).


Como se puede ver en esta lista, ya no participan ni Rusia, China ni Vietnam, quienes han sido excluidos por que han pasado de ser "aliados" o "contrincantes" militares. EEUU tiene ciertos choques con estas repúblicas que tienen costa pacífica, particularmente con Rusia (con quien libra una guerra indirecta en Ucrania) y también con China (quien sigue reclamando su soberanía sobre Taiwán y el estrecho entre esta isla y el continente).


Con estas maniobras, EEUU quiere crear un contrapeso al "Grupo de Beijing", una alianza militar-comercial que reúne al centro euroasiático (Rusia, China, Pakistán, Irán, Tayikistán, Uzbekistán, Kazajistán y Kirguistán), a cuyos miembros no se les invita.


India y Sri Lanka no están muy lejos del Pacífico y tienen rivalidades con Pakistán y China. Israel, por su parte, está al otro lado de dicho océano y su participación se da por ser el país que más ayuda bélica recibe de EEUU en el mundo y por sus rivalidades con Irán y los aliados que tanto los persas como Rusia tienen en el Medio Oriente.


Pese a que ahora China viene desplazando a EEUU como el principal socio comercial del Perú, el actual Gobierno no hace maniobras militares conjuntas con esta potencia, sino con una alianza que se gesta para contrarrestarla en el único océano a la que Beijing tiene acceso.


Mientras Venezuela, Cuba y Nicaragua abren sus puertas para tropas rusas que les colaboren en caso de choques con EEUU, el Perú es el país americano del hemisferio sur que tiene más bases militares norteamericanas.


Fuerte presencia militar de EEUU en Perú


"La VI Flota de los Estados Unidos usa los puertos peruanos como centro operativo en la costa del Pacífico de América del Sur, para abastecer sus navíos y para el descanso de sus tropas. Hay una creciente presencia militar de Estados Unidos en el territorio peruano: 43,779 militares estadounidenses ingresaron al Perú en 2004; 12,511 militares ingresaron en 2006; 5,117 en 2007, 5,516 en 2008. Entre 2003 y 2010 ingresaron un total de 87,516 militares estadounidenses; entre 2011 y 2018 ingresaron 23,122 militares estadounidenses para realizar ejercicios de entrenamiento militar en mar, tierra y en ríos".


Esto es lo informa el artículo de La Mula "Crece presencia militar de Estados Unidos en Perú. Tropas estadounidenses utilizan presupuesto del Estado peruano y controlan puertos energéticos". (19-01-2021). Según este mismo, hoy en el Perú hay 10 militares estadounidenses conocidas: 2 en el entorno capitalino (Callao y Ancón), 3 en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Marañón (VRAEM) que son Palmapampa, Mazamari y Pichari, y 5 en la selva baja Pucalpa, Iquitos, Teniente Clavero (Putumayo), Santa Clotilde (Loreto) y El Estrecho (Putumayo).


Esta fuente sostiene que personal militar de EEUU desarrolla "actividades de entrenamiento con las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú (en Lima, Callao, Loreto, San Martín, Santa Lucía, Huánuco, Ucayali, Paseo, Junín, Huancavelica, Cusco, Ayacucho, lquitos, Pucusana y Apurímac). Cada año, al menos en tres ocasiones ingresan tropas militares al territorio peruano."


El justificativo de ello es que los EEUU ayudan a "pacificar", "democratizar" y "desnarcotizar" al país, algo que Washington reclama que sus tropas han venido haciendo en Afganistán o en Colombia, donde su presencia militar, más bien, produce efectos contrarios.


Bolivia logró avanzar en la erradicación de la producción y exportación de drogas gracias a romper esa dependencia.


En las elecciones generales, Guido Bellido dijo que una de las primeras medidas que iba a hacer su Gobierno sería la de expulsar a la embajada de EEUU y a la DEA, como queriendo seguir el ejemplo altoperuano. Empero, apenas llega a ser el primer Premier "marxista leninista" que haya tenido el Perú, él autoriza el ingreso de más personal castrense europeo y norteamericano y la renovación de la alianza militar-comercial USAID por un quinquenio más, algo que fue apoyado por la gran mayoría de los congresistas que se reclaman de izquierda.


La gran presencia militar norteamericana no es nada "inofensiva". Esta educa a los cuadros de las fuerzas armadas y policiales en la doctrina, tácticas y armas de la OTAN. Generales que hoy quieran aparecer muy cercanos a Castillo van a preferir quedar bien con EEUU y van a poder traicionarlo, así como Augusto Pinochet y Williams Kaliman lo hicieron cuando derrocaron a los presidentes izquierdistas (Salvador Allende, Chile 1973, y Evo Morales, Bolivia 2019) que les nombraron previamente como comandantes en jefe.


Llama la atención de que, a la par de que vengan dando esos acuerdos con EEUU, dos hombres claves de EEUU que están presos en Perú tengan un tratamiento especial. A Alberto Fujimori no se le ha trasladado a un penal normal, pese a las promesas del Premier Aníbal Torres. Justo cuando acaba la cumbre, un juzgado ordena que Vladimiro Montesino, quien ha sido agente de la CIA, retorne a su cárcel de lujo en la base naval, donde nuevamente va a poder acceso a fonos, comunicaciones y tratos para golpear o corromper.


Todos los iniciales llamados de Castillo a expandir el sistema de rondas de autodefensa se han quedado en nada gracias a todas esas concesiones hechas a distintos sectores de la derecha, de los altos mandos y a los EEUU.


Al participar en los mayores ejercicios navales del planeta junto a la coalición de EEUU y sus aliados contra Rusia, China y sus amigos, y al permitir una decena de bases militares y cientos o miles de soldados y agentes norteamericanos en el Perú, este Gobierno no puede apelar el proponer un mundo multipolar. En los hechos, sigue encuadrado en el marco de la hegemonía política y militar de Washington.


OCDE y neoliberalismo


Para Castillo es un honor el que su Gobierno sea el que logre hacer entrar al Perú en la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos). Esta fue creada en 1961 como un club de las potencias ricas capitalistas demo-liberales de la OTAN donde estaban EEUU, Canadá y sus aliados europeos occidentales. A la OCDE los soviéticos y chinos de entonces se referían como un "bloque imperialista" o una contraparte económica de la que en cuestiones militares era la OTAN.

Gradualmente, se fueron sumando a la OCDE las naciones más prósperas del Pacífico, como Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelandia, así como diversos países del este europeo que rompían con el "comunismo" y pasaban a aceptar el "libre mercado".


Fuera de estas 2 regiones recientemente se le han plegado México (1994), Chile e Israel (2010), Colombia (2020) y Costa Rica (2021). Nótese que todas estas últimas naciones se han unido a la OCDE cuando estas han tenido gobiernos muy de derecha o neoliberales. El gran atractivo de la OCDE es que la suma de todos sus 38 Estados miembros supera el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) global.


Sin embargo, este es un club que requiere que todos sus afiliados respeten una serie de reglas. Y dentro de estas están las de promover economías capitalistas abiertas, monetaristas y de libre empresa.


Estas características hacen que allí no quieran entrar ninguno de los 5 BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), pues todos ellos tienen diferentes formas de proteger su industria y mercado nacionales. Para países que promueven una significativa intervención estatal en la economía (como China, Vietnam, Irán, Venezuela, Cuba, etc.) resulta imposible adaptarse a sus normas,, pues, ello implicaría dar paso a muchas privatizaciones o a desproteger su mano de obra o industria nativas.

Algunos países de Europa y Oceanía, el grueso de las Américas, toda África y casi toda Asia (a excepción de 2 naciones en su extremo oeste, Turquía e Israel, y en su extremo este, Japón y Corea del Sur) no están en su seno.


Si el Perú ingresa a este club neoliberal, sería, posiblemente, el primer país que lo haga con un Gobierno que supuestamente es de izquierda y que fue elegido en la plancha de un partido que se reclama "marxista leninista".


Castillo hace todo lo posible por reunir todas las condiciones para lograr ello. Mientras Alan García hablaba de pagar la deuda externa solamente con un porcentaje de las exportaciones o en Argentina el Gobierno debe hacer concesiones ante marchas que no quieren que se pague la deuda externa (por lo menos hasta que se esclarezca cómo esta se ha gastado), Castillo no pone ningún reparo a cumplir todas sus obligaciones a los organismos crediticios.


Las izquierdas que apoyan a Castillo no han criticado el hecho de que él haya ratificado en sus puestos a los monetaristas neoliberales que han dirigido el Banco Central de Reserva (BCR) o la Superintendencia de Bancos y Seguros (SBS), así como sus buenas relaciones con el FMI, el Banco Mundial y la OEA o sus intentos de afiliarse a la OCDE.


También Castillo les ha prometido a los grandes inversionistas que él no va a realizar ninguna nacionalización y que el Perú va a generar amplias facilidades para los inversionistas. Cualquier posibilidad de retornar a la comunidad industrial o la estabilidad laboral que había en los setentas está descartada. Mientras tanto, el sindicalista Castillo sigue sin querer reducir la jornada laboral oficial de 48 horas semanales (la misma que, en los hechos, es mucho mayor).


TERCERA PARTE


CASTILLO SIN BRILLO. CÓMO SE HA EVITADO IR HACIA UNA DIPLOMACIA ALGO INDEPENDIENTE y CÓMO ELLO AFECTA AL PERÚ


Desprendiéndose de una abeja molestosa


Apenas Castillo dio su mensaje presidencial el 28 de julio, parecía que él podía encaminarse hacia una actitud crítica, pues había manifestado ciertos cuestionamientos al rey Felipe, cuya corona había dominado al país durante 3 siglos.


Al día siguiente de posesionarse en la Presidencia, el 29 de julio del 2021, Castillo juró a su primer Gabinete, donde estaba como canciller Héctor Béjar. Este reputado intelectual había sido militante del Partido Comunista Peruano desde los cincuentas, luego fue líder de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en los sesentas y, posteriormente, fue un connotado defensor del "socialismo militar" de Juan Velasco, el cual inspiró al chavismo venezolano.


Al colocar a este gran amigo de Cuba en el portafolio de Relaciones Exteriores, se podía esperar que el Perú se fuese acercando a la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA), un "bloque antiimperialista" que componen Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y algunas Antillas de habla inglesa.


Sin embargo, solo 19 días después, el 17 de agosto del 2021, Béjar fue obligado a renunciar por presión abierta del Primer Ministro Guido Bellido, quien ha sido el único en proclamarse como "marxista leninista", castrista y guevarista en ocupar tal cargo. Pocas veces en la historia mundial un Gobierno entrante sustituye a su primer responsable en la cartera de relaciones exteriores antes de que cumpla 3 semanas el puesto.


Castillo quiso sacar de su jardín a cualquier abeja que pudiese ser algo punzante en sus relaciones con Washington. Ni EEUU ni la derecha criolla querían a nadie que acercase al Perú al panal del ALBA.


Béjar fue sustituido 3 días después por Óscar Maúrtua, quien fuese antes Secretario General de la Presidencia de Fernando Belaúnde durante todo su segundo periodo (1980-85) y luego el último canciller que tuvo Toledo en su último año en la Presidencia (entre mediados del 2005 y del 2006). Maúrtua se convirtió en la primera persona que entraba al gabinete Castillo tras haber participado en previos Gobiernos.


El remplazo de Béjar por Maúrtua evidenciaba una intención de Castillo de demostrar que él iba a continuar la misma política económica e internacional de sus predecesores, quienes siempre se habían colocado en algún espectro de la derecha.


Todas las corrientes conservadoras habían pedido la cabeza de Béjar, pues, él había sido el primer ministro en haber dado algún tipo de viraje un poco hacia la izquierda. Fue Béjar quien hizo que Lima le diera puntillazo final al "Grupo de Lima".


Este último bloque de países americanos se había gestado tras la declaración de Lima del 8 de agosto del 2017, en la cual se cuestionaba al Gobierno de Venezuela y se buscaba unir a todo el hemisferio para aplicar el bloqueo que Washington estaba gestando contra Caracas. Dicho Grupo no envió su solidaridad al Presidente venezolano Nicolás Maduro cuando el 4 de agosto del 2018 fue sujeto de un intento de magnicidio y matanza cuando dos drones explotaron frente a él y en medio de una parada militar. En aquel entonces, hasta EEUU reconocía el carácter constitucional del mandato de Maduro.


Los EEUU, junto con el "Grupo de Lima", habían llamado a boicotear las elecciones generales venezolanas de mayo 2018 y luego se negaron a reconocer la renovación de Maduro en la presidencia por un nuevo periodo en enero 2019.


El 23 de enero del 2019, Donald Trump decidió reconocer a Juan Guaidó como "presidente interino" de Venezuela, pese a que él era un desconocido, se autojuramentó en una plaza como presidente sin hacerlo ante una institución del Estado y sin previamente pedir la autorización del Congreso que lideraba y sin comunicar de ello para nada a sus colegas de la oposición. Todo había sido planeado por Donald Trump, quien a los 10 minutos de esa auto-proclamación llamó a todos sus aliados a sostener que él era el único y legítimo mandatario de Venezuela.


Un mes después, los presidentes de Colombia, Paraguay y Chile, junto con el Secretario General de la OEA y el único multimillonario del mundo en tener 4 islas privadas, Sir Richard Branson, estuvieron en Cúcuta, en la frontera colombo-venezolana, para impulsar el ingreso de grupos armados para derrocar a Maduro, algo que fracasó.


El Grupo de Lima y la OEA reconocieron por primera y única vez en la historia de este último organismo panamericano a un "Gobierno" que nunca controló un pedazo de su territorio, un cuartel, un juzgado o una comisaría y que jamás tuvo un solo ministerios (pero sí embajadores designados a dedo, muchos de los cuales se enriquecieron con ello).


Gradualmente, Guaidó se fue desinflando. Sus llamados a tomar el poder con ayuda de una masiva intervención bélica extranjera por parte de EEUU, Colombia y Brasil no cuadraron bien en estos países (temerosos de repetir una masacre peor que la de la guerra de la Triple Alianza de 1864-70 cuando Paraguay fue arrasado por las tropas del imperio esclavista del Brasil y las repúblicas de Argentina y Uruguay) ni en la población venezolana, la cual no quiere que su país se torne en un nuevo Irak, Siria, Yugoslavia o Libia.


La elección de gobiernos nacionalistas en Argentina, México y Bolivia hizo que estas repúblicas se retiraran del Grupo de Lima, mientras que la Comunidad del Caribe (CARICOM) marcó sus distancias afectando a Santa Lucía y a otros que llegaron a acercarse al bloque antichavista.


Una de las primeras tareas que tuvo Béjar como canciller fue desconocer la "embajada" de Guaidó en Lima y estrechar lazos con Caracas.


Para la derecha peruana ello equivalía a traicionar a sus hermanos de la oposición venezolana. Uno de sus principales líderes, Leopoldo López, jefe de Voluntad Popular, el partido original de Guaidó, estuvo en Lima en mayo 2021, durante las elecciones, patrocinando el matrimonio político entre las familias Fujimori y Vargas Llosa y educando a grupos de marchistas violentos (tipo La Resistencia) en su escuela (en Caracas, López ha sido acusado de haber organizado las muertes de muchos izquierdistas con francotiradores o quemándoles vivos).


La estrategia fujimorista de ir haciendo que Castillo cambie un ministro cada semana, como promedio, empezó centrándose en Béjar. En vez de discutir la política exterior en el Congreso (algo que nunca han hecho ni parece que quieren hacer), los fujimoristas le enrostraron por su pasado guerrillero y porque antes de ser ministro había dicho que oficiales de la Marina estuvieron implicados en acciones terroristas contra altos oficiales peruanos y barcos cubanos en los setentas.

Béjar fue guerrillero hace poco menos de medio siglo. Al igual que el colombiano Gustavo Petro y de varias personas que han estado en las duplas presidenciales de Uruguay, Brasil, Bolivia, El Salvador y Nicaragua, él hace décadas ha dejado las armas para recorrer el camino de las urnas.


La derecha peruana sí acepta al APRA, pese a que esta y su jefe Víctor Raúl Haya de la Torre ordenaron muchos atentados terroristas, incluyendo el último magnicidio cometido en el Perú (el del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro (30 abril 1933) y el de los esposos Miró Quesada (15 de mayo 1935) quienes dirigían "El Comercio", el decano de la prensa nacional que hoy controla al 80% de la prensa peruana.


La actual Presidente del Congreso, Maricarmen Alva, juró a su cargo en nombre de su padre Miguel Alva Orlandini, quien en enero 1975 fue arrestado por las FF.AA. bajo acusaciones de haber estado implicado en intentos terroristas de asesinar a los Generales Luis Tantaleán Arbulú (quien fue ministro de pesquería y era uno de los hombres de confianza del entonces presidente Juan Velasco Alvarado) y Luis Edgardo Mercado Jarrín, quien entonces era el Primer Ministro.


En ese mismo mes también había explotado una bomba contra la casa del almirante Guillermo Faura Gaig, quien asumiría el cargo de ministro de Guerra y comandante general de la Marina de la Junta Militar. "Los incidentes continuaron. El 22 de julio de 1977, el barco cubano Río Jobabó fue hundido por explosivos en el puerto del Callao. Y el 9 de octubre del mismo año, el navío cubano Río Damují también fue atacado, pero solo sufrió daños." (nota de Ángel Páez en La República del 17 agosto 2021).


Los actuales congresistas que provienen de la Marina nunca se han solidarizado con su camarada de armas, el almirante Guillermo Faura Gaig, ni han pedido que se investiguen los atentados terroristas cometidos contra él o en el puerto del Callao, así como tampoco salieron a defender el "Mar de Grau" cuando este, en enero 2022, fue víctima de un terrible ecocidio perpetrado por la Repsol, multinacional española que adquirió La Pampilla a precios bajos por parte del fujimorismo y que siempre ha financiado a dicho movimiento.


La caída de Béjar marcó un antes y un después. Bellido al pedir su renuncia, como después lo haría con el ministro sindicalista de Trabajo Iver Maraví, capitulaba a las presiones de la derecha. Si entonces él se hubiese plantado y también hubiese postulado una moción de confianza, el Congreso, por miedo, hubiese reculado o, en todo caso, hubiera gastado su "bala de plata" (pues a la segunda moción de este tipo que rechaza el Presidente puede llamar constitucionalmente a disolver el Parlamento). Por no haber hecho eso, él terminó siendo remnovido por el propio Presidente.


Sus adaptaciones a la derecha fueron en contra de que el Gobierno adopte una diplomacia y una política laboral diferente a la tradicional. Esta es una lección que debiera contemplar Perú Libre pues las concesiones a la derecha y los vetos a Betssy Chávez han terminado como un tiro a sus propios talones, algo que pudiese agravarse si dejan que el fujimorismo logre hacer un golpe parlamentario para remover a la vicepresidenta Dina Boluarte. 


Afianzando una diplomacia pro-EEUU


Con Maúrtua en la cancillería, Castillo quería demostrar al establishment que él parte de este, y que al igual que otros "cholos" con discursos nacionalistas y populistas (como los expresidente Alejandro Toledo en 2001-2006 y Ollanta Humala en 2011-16) él iba a continuar con los "compromisos" macro-económicos y diplomáticos que tenía el Perú con EEUU.


Maúrtua había sido un hombre clave para los anteriores gobiernos de Belaúnde y Toledo. Como secretario de la presidencia del primero, él fue copartícipe de todas las acciones que tuvo la alianza derechista de 1980-85 entre Acción Popular (AP) y el Partido Popular Cristiano (PPC) para desmantelar numerosas reformas sociales heredadas del "socialismo militar" y volver a realinear con fuerza al Perú con EEUU.


Luego, como parte del equipo de Toledo, Maúrtua fue sentando los cimientos para lo que luego sería la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Pese a que esta inicialmente tenía como meta tener una buena relación con Washington, cuando Donald Trump llega a la Casa Blanca, él impulsa su desintegración.


Maúrtua en febrero fue remplazado en la cancillería por otro destacado académico, César Landa. Ambos, al igual que Harold Forsyth, representante peruano en la OEA, estuvieron junto a Castillo en su reciente viaje a Los Ángeles para asesorarlo durante la Cumbre de las Américas.


Todos ellos son experimentados diplomáticos que preservan la misma orientación que ha tenido la cancillería peruana en las últimas décadas: la de seguir fieles a la Organización de Estados Americanos (OEA), pese a todas las críticas que le hacen más de la tercera parte de las naciones americanas; mantenerse dentro de la órbita de EEUU; y marcar distancias con políticas de Gobiernos contestatarios a dicha potencia ya sea en otros continentes (como Rusia, China o Irán) o en nuestro hemisferio (como México, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Argentina).


El alineamiento con EEUU no ha llegado a los extremos de Colombia, el único país sudamericano que ha entrado como miembro asociado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y en algunos puntos ha mantenido cierta autonomía. Un ejemplo de esto último es que Lima reconoció a Caracas oficialmente en octubre 2021, cuando Washington aún se niega a hacer ello de manera abierta, y luego ha entablado relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática, mientras que EEUU e Israel no aceptan ello y, más bien, reconocen la anexión de sus tierras por parte del reino de Marruecos.


El progresivo viraje del Presidente en política exterior se ha visto reflejado en una serie de eventos. Cuando el 28 de julio del 2021 Castillo hizo su primer discurso presidencial, él fue muy duro contra los conquistadores castellanos, pese a la presencia del rey español Felipe.


En sus primeras apariciones internacionales, él se presentaba con su sombrero chotano y una indumentaria con motivos andinos, y comenzaba sus discursos diciendo que lo hacía en nombre de los quechuas, aymaras, aguajunes y otros pueblos nativos. Ahora, en vez de agregar en sus mensajes a los asháninkas, la tercera nacionalidad indígena en términos numéricos del país que él nunca nombraba, ya no menciona a ninguna nación originaria.


No solamente se ha sacado su distintivo chotano, sino que en todas las sesiones de la cumbre de las Américas ha aparecido con un saco normal occidental. Se ha desprendido de todo simbolismo autóctono, buscando empalmar mejor con los inversionistas y diplomáticos extranjeros.


Castillo sin brillo


Castillo no ha querido alinearse con los distintos gobiernos de Latinoamérica y el Caribe que han protestado por las exclusiones y no ha hecho ni el más mínimo cuestionamiento a EEUU. "Perú Libre" inicialmente chocaba con esta política porque cuestionó la decisión de la cancillería que timoneaba Óscar Maúrtua de no reconocer a Maduro como el legítimo presidente de Caracas, luego a la inclusión del excandidato de Alianza Para el Progreso (APP), Carlos Jaico, como Secretario de la Presidencia (ya que él en 2019 apoyó abiertamente la intervención de los militares bolivianos contra Evo Morales), y después a la actual de César Landa de no aceptar los resultados electorales que volvieron a reelegir a los sandinistas en Nicaragua.


Sin embargo, cada vez más PL va disminuyendo en sus protestas, mientras que su prioridad parece ser acomodarse para mantener sus cuotas en el gabinete. A pesar de sus simpatías por Putin y el ALBA, el cerronismo se ha ido amoldando a la diplomacia pro-Biden del castillismo.

Mientras la izquierda latinoamericana considera a Luis Almagro como un gran “traidor” (fue expulsado del Frente Amplio de Uruguay por apoyar la intervención militar de EEUU en Venezuela), Castillo y él han hecho una buena componenda. Gracias a esta, Castillo ha logrado el aval de la OEA para impedir el veto fujimorista y cree que así podrá coartar posibles nuevas vacancias. Con su cercanía al presidente sindicalista peruano, Almagro quiere aparecer como una suerte de socialdemócrata moderado que es capaz de llevarse bien con izquierdistas que no crucen ciertas líneas.


Castillo, por su parte, quiere figurar como el hombre que logra concertar con todos. Cuando fue a Brasilia terminó posándose con Jair Bolsonaro, a quien le prestó su sombrero chotano para que se lo ponga. Ahora le ha pedido al presidente colombiano Iván Duque para que venga a su pueblo peruano, cosa que él ha aceptado. Estos dos son los mandatarios más ultraderechistas que tiene el hemisferio y ambos sacan beneficio de una buena relación con Castillo. Como ambos deben confrontar el ascenso electoral de sus respectivas izquierdas, el aparecer junto a un mandatario sindicalista amigo les permite demostrar que son “amplios” y “moderados”. Por su parte, Castillo saca provecho de ello para demostrar a la oposición golpista de la ultraderecha de Lima que él no es tan demoniaco como le quiere aparentar ser.


Hasta el momento, Castillo no ha tenido ninguna clase de resonancia en la escena internacional. Países con poblaciones menores han tenido presidentes con mayor impacto en la escena global. Como ejemplos tenemos a Pepe Mujica del Uruguay, a Bukele

Combinado con Biden

Castillo: ¿un nuevo Felipillo? Lima se alinea con Washington
Isaac Bigio
miércoles, 22 de junio de 2022, 09:17 h (CET)

En las carretillas ambulantes peruanas se pueden encontrar toda clase de platos combinados. Hay desde los salados como ceviche con tallarines hasta los dulces como el blanco arroz con leche con mazamorra morada. Y, ahora, acaba de aparecer un nuevo potaje de este tipo, pero esta vez cocinado en los propios EEUU y en lugares de 5 estrellas. Esta combinación, a la que sus autores niegan cualquier diabólica intención, fue presentada en la última cumbre de las Américas, celebrada del 6 al 10 de junio en Los Ángeles.


Esta es una hecha entre dos presidentes: Pedro Castillo, quien es el primer sindicalista, maestro y campesino que ha sido electo mandatario en el Perú (y, además, representando al único partido que haya ganado unas elecciones generales sudamericanas reclamándose como “marxista leninista”) y Joe Biden, quien es el primer gobernante norteamericano que ha decidido librar una guerra contra Moscú en una de sus antiguas dependencias soviéticas (pudiendo producir esta el primer conflicto nuclear de la historia), y, que, además, ha sido el primero en vetar la participación de 3 naciones americanas en uno de esos cónclaves por tener gobiernos que se proclaman como “socialistas”.


La IX cumbre de las Américas fue inaugurada solo con los discursos presidenciales de Joe Biden y Pedro Castillo, quienes ahora se sienten tan cercanos. Ambos, en sus respectivas intervenciones, no explicaron del por qué, por primera vez, se había excluido de esta cita a 3 de las 18 repúblicas hispanoamericanas (Venezuela, Cuba y Nicaragua). Tampoco ninguno de los dos hicieron referencia a que esta era la primera que se daba esta sin la participación de 12 de los 35 mandatarios americanos, quienes conforman más de la tercera parte de los Estados independientes del hemisferio.


A diferencia de otros gobernantes nacionalistas o izquierdistas, Castillo no hizo referencia alguna a los estragos del “capitalismo”, del “neoliberalismo”, de los bloqueos o sanciones de EEUU hacia varios países del hemisferio o del mundo, o de la opresión “imperialista”. Más bien, saludó a este "espacio de diálogo" y a EEUU por la agenda propuesta y por el recibimiento que le han dado. Al único país que abiertamente felicitó fue a su anfitrión saludando a este por los "temas acertadamente propuestos".


PRIMERA PARTE


TORRE TAGLE SIGUE SIENDO OTRA FICHA DEL AJEDREZ NORTEAMERICANO


Los mensajes pro-EEUU de Castillo


Castillo ni siquiera hizo un llamado para que en esta u otra nueva ocasión estén presentes todos los 35 países independientes de las Américas, por lo que es de esperar que en la 52 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) a realizarse este octubre en Lima, tanto Venezuela como Cuba y Nicaragua sigan sin ser invitadas.


El presidente peruano llamó explíticiamente a reivindicar todas las cumbres y a ratificar la Declaración de Quebec de su tercera cumbre del 2001. En esta última, donde Cuba no fue invitada, el nuevo Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela puso reparos acerca de la inclusión de un punto donde solo se menciona a la democracia representativa como si fuera la ideal, pues para Caracas hay otras formas de democracia diferentes a la parlamentaria.


Lo importante de esa declaración hecha hace 2 décadas es que esta planteaba un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) desde la costa con el océano ártico a la del antártico. Este planteo conducía a un Tratado de Libre Comercio (TLC) en el cual las economías de América Latina y del Caribe quedaban subordinadas a las de EEUU y Canadá, las cuales creaban un sistema para sobrepasar el proteccionismo interno que preserva a las industrias y mercados nacionales, y también para obstaculizar las inversiones y el comercio con Europa y Asia.


El ALCA terminó siendo barrido por diversas protestas sociales y el establecimiento de una serie de nuevos gobiernos de corte izquierdista en la región, comenzando con el de Lula y el Partido de los Trabajadores del Brasil (2002-16) y seguido por los de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Paraguay, y otros más.


Castillo solamente se dirigió a condenar a la corrupción. Esto lo hacía justo cuando miembros de su familia, su primer Secretario de la Presidencia y uno de sus exministros favoritos se han dado a la fuga para no comparecer a la justicia que les imputa por malversaciones de fondos.


A poco de retornar de dicho encuentro, Castillo tuvo que ir a la fiscalía a declarar no como testigo, sino como posible jefe de una "organización criminal". Esto último es algo que no se puede minimizar y que puede acabar desmoralizando al pueblo que confió en Castillo. Si bien es cierto que el Poder Judicial y el Ministerio Público del Perú están politizados y en su interior operan mafias y ultraderechistas, lo cierto es que la mejor defensa contra ello es un manejo transparente y el haber iniciado desde el primer día de Gobierno una política de combate abierto y frontal contra la corrupción. Esto último no se ha dado. Mientras hay muchos corruptos que se mantienen intocables, ahora los malos manejos han salpicado a personas del entorno íntimo presidencial, las mismas que fueron colocadas en puestos de clave responsabilidad por el propio Castillo.


El propio Presidente sigue sin informar al pueblo cuánto es lo que gana o gasta en sus certámenes o explicar las razones por las cuales no ha cumplido sus promesas electoral de renunciar al sueldo presidencial, de seguir viviendo con un sueldo de maestro, de irse a vivir a un barrio popular, de que sus hijos sigan estudiando en colegios estatales, de que las rondas se masifiquen y asuman la lucha contra delincuentes y corruptos, de que el pueblo elija a los jueces, entre otras.


Tampoco ha explicado qué ha pasado con la promesa que hizo al jurar como Presidente donde dijoe que él no iba a vivir en palacio, el mismo que iba a ser convertido en un museo, o la que dio a los 100 días de su Gobierno cuando dijo que iba a vender el avión presidencial (el cual sigue utilizando en sus viajes). 


Al final de su discurso inaugural en la Cumbre, Castillo concluyó su mensaje coreando la frase “América para los americanos”. Esta es una vieja doctrina que planteó el Presidente norteamericano James Monroe en 1823 y con la cual justificaba las intervenciones de EEUU en el resto del hemisferio.


No está claro si Castillo reivindica total o paricialmente dichas tesis, su nivel de simpatías al planteo del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas de la declaración de Quebec 2001 que él enarboló en su discurso ante la cumbre, o si busca crear un bloque económico, social y político del hemisferio liderado por EEUU.


En su intervención en el foro de protección a los océanos, Castillo llamó a salvaguardar todas las aguas, incluyendo las de los ríos y lagos, y también a incluir en los currículums educativos ese tema.

En su exposición ante la IV cumbre empresarial de las Américas, Castillo se erigió en un campeón de los intereses de las grandes corporaciuones y transnacionales. El Presidente se dirigió al auditorio así: "Señores empresarios, consideren al Perú como un ALIADO en la región, con una posición estratégica en el hemisferio, nuestro país representa una economía dinámica que promueve el intercambio comercial, que goza de una gran cantidad de recursos, particularmente de una producción agrícola con valor agregado de alta calidad que debe ser promovida y potenciada”.


Después de jactarse de sus logros contra el Covid-19, él mencionó que “Los resultados son patentes, el 2021 a pesar de la pandemia las exportaciones peruanas crecieron en 35% y marcaron cifras récord en 23 mercados a nivel mundial, asimismo gracias al manejo responsable hemos logrado crecer 13% en el último año y mantenemos actualmente la mejor clasificación crediticia de América Latina”.


"(..)  el Perú está conectado al mundo a través de 22 acuerdos comerciales con economías que representan el 81% del PBI mundial, de igual manera hemos sido invitados por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) para iniciar el proceso que nos llevará a ser miembros de dicha organización.”


Sostuvo que la situación estratégica en el Pacífico llevará al Perú a asumir la presidencia de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) en el 2024, con lo que se buscará consolidar su posición “en la región más dinámica del mundo”. Al final, Castillo les propuso trabajar lado a lado, pues “juntos somos más fuertes para construir un desarrollo sostenible en las Américas”.


Castillistas reivindican victoria


Los oficialistas peruanos difunden diversas imágenes en los cuales se ven los presidentes de EEUU y Perú posando juntos, estrechándose las manos o siendo acompañados por sus respectivas esposas. Para ellos resulta muy positivo que la Casa Blanca, que siempre ha sido la que impulsa o da la luz verde a todos los golpes de Estado en Latinoamérica, nuevamente le esté mostrando así la luz roja a la oposición golpista lideradas por los fujimoristas. Para reafirmar que Washington no impulsa una vacancia presidencial en Lima, el General Manuel Gómez, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) del Perú, apareció en la comitiva oficial en reuniones entre los equipos de Castillo y de Biden, mientras que el Gobierno peruano ha anunciado que la primera dama, Jill Biden, se ha comprometido a visitar a Lima.


Con estas jugadas de la diplomacia, Castillo quiere contrarrestar a Maricarmen Alva, la Presidenta del Congreso, que abiertamente pide su caída y que acaba de admitir que son ciertos unos audios en los cuales ella afirma tener el respaldo de las FF.AA. para reemplazarle. Ella también fue en esos mismos días a Los Ángeles, pero no fue recibida por ninguna autoridad de la Casa Blanca, algo que tampoco pasó cuando en junio 2021 acudió a Washington una alta comitiva de la oposición pidiendo que EEUU y la OEA no reconocieran al triunfo electoral de Castillo.


El combinado Castillo con Biden presenta una ventaja para ambos. Los dos han tenido en común una oposición golpista en casa. El 6 de enero del 2021, en el día de los reyes, Donald Trump con sus huestes quiso tomar el Capitolio (el Congreso en Washington). Tras la victoria electoral de Castillo del 6 de junio, los trumpistas criollos han querido que la Ciudad de los Reyes y el Congreso hagan varios golpes contra el presidente constitucional.


Para Biden, Castillo aparece como un “izquierdista” modelo que debieran imitar todos los “antiimperialistas” pues el Presidente peruano le apoya contra Rusia, no se presta al bloqueo a la cumbre impulsado por México y el ALBA, y ha hecho del Perú el país occidental que más bases militares suyas tenga al sur de la línea ecuatorial.


Para Biden, el nuevo presidente peruano no representa un peligro, sino que es un nuevo castillo que va a defender a sus intereses y le va a ayudar a mejorar su imagen en su “patio trasero”.

Apenas Castillo retornó a Lima, la selección peruana por penales quedó desclasificada del Mundial de fútbol 2022. En cambio, el equipo del Presidente, pese a esta derrota deportiva, siente que ha logrado varios goles en esa cumbre. Desde hace un siglo, ningún Gobierno que choca con Washington ha logrado estabilizase en el Perú. Más bien, la venia de la Casa Blanca ha sido crucial para que se mantengan en el poder numerosos mandatarios, incluso varios que han estado en peligro.


Castillo, al irse hipotecando a Biden, está buscando sobrevivir en palacio a costa de abandonar todas sus principales "palabras de maestro" y transformarse en otro peón más que garantice que continúe el siglo de dominación norteamericana sobre el Perú.


En todo juego de ajedrez, las 2 fichas laterales se llaman "torres" o "castillos". Ahora, Biden puede sumar a su tablero dos fichas peruanas con esos mismos nombres para que sean parte de su equipo.


Biden tiene un nuevo castillo


Los EEUU tienen bases militares y castillos políticos en todo el mundo, como también los tienen en el Perú. Mientras Keiko Fujimori y todos los que le apoyaron quisieron ganar las elecciones creando el cuco del peligro del "comunismo", "chavismo" o "terrorismo", la verdad es que el maestro rural ha demostrado ser lo opuesto a estos movimientos y también ser lo que él siempre fue.

Durante una década y media, Castillo militó en el partido "Perú Posible", el único en el él que activó hasta antes de postular a la Presidencia. Este fue la criatura del "cholo" Alejandro Toledo, quien, durante su quinquenio presidencial (2001-2006), demostró ser un centro derechista muy alineado con EEUU. El líder rondero chotano, como lo advertimos durante el proceso electoral, al igual que el toledismo, jamás se ha proclamado como "socialista", "revolucionario", "antioligárquico" o "antiimperialista".


El primer viaje al exterior que hizo el nuevo Presidente fue a Norteamérica, donde se reunió con los directivos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, a quienes reafirmó que el Perú iba a seguir cumpliendo todas sus obligaciones crediticias y también sus orientaciones económicas.


Una de sus primeras acciones en el Gobierno fue la de renovar por un quinquenio más el acuerdo militar-comercial de USAID (al cual Bolivia y Venezuela tildan de instrumento de colonialismo e intervencionismo) y ratificar la presencia de 10 bases armadas estadounidenses en el Perú, así como de cientos o miles de militares norteamericanos en su tierra.


Castillo como Presidente ha visitado a México y a todos los países con bordes con el Perú (Bolivia, Chile, Brasil, Colombia y Ecuador). Nunca ha viajado como mandatario a otro continente, y al único país que ha visitado 2 veces (y en el que más tiempo en total ha permanecido en su suelo) es EEUU.

En todas sus intervenciones en dicha mega-potencia, Castillo siempre ha saludado a esta y ha ofrecido que su país le da la más amplia bienvenida a los grandes inversionistas y capitales que vienen de allí. Además, como veremos luego, ha venido alineando a Lima con la política exterior y con las fuerzas armadas de EEUU.


En sus viajes a EEUU, Castillo siempre ha buscado reunirse con las principales corporaciones (tales como Microsoft, Pepsi, Pfizer, Coca Cola, Google, etc.) a quienes él oferece amplias garantías para sus inversiones indicando que nunca las ha de estatizar. Mientras tanto, su Gobierno no piensa reducir la jornada laboral de 48 horas semanales o reintroducir la comunidad industrial o cualquier sistema de control o participación de los trabajadores en las empresas.


Castillo desplanta a las protestas contra Biden


Se supone que las Cumbres de las Américas debieran unir a todos los países del hemisferio, el mismo que está compuesto por 35 Estados independientes y alrededor de 25 territorios dependientes (casi todos estos últimos cuentan con sus respectivos autogobiernos y parlamentos).

Sin embargo, ninguno de los países autónomos (pero no soberanos) participan en dichos cónclaves. Por ejemplo, ninguna de los 8 territorios ultramarinos de la corona inglesa, todos los cuales tienen sus respectivos autogobiernos, es invitado. Ni siquiera Montserrat que es uno de los 15 miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM). En cambio, sí se aceptan a 8 naciones de habla inglesa que tienen como su jefa de Estado a la reina británica Elizabeth II, la misma que designa a sus respectivos gobernadores en dichos países. Estos son, Canadá (el más extenso Estado occidental), Jamaica, Bahamas, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Bermuda, San Cristóbal y Nieves.


Tampoco la cumbre permite la presencia del Estado Libre Asociado (a EEUU) de Puerto Rico, donde sus 3,3 millones de habitantes hablan el castellano y son latinoamericanos, algo que sí se lo permite la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).


Otros ausentes permanentes en esas cumbres y en la OEA son las 6 Antillas holandesas (que tienen el mismo status que Holanda en el Reino Unido comandado por la corona de Ámsterdam), los 7 departamentos o territorios franceses de ultramar (incluyendo Guayana francesa, el único pedazo de la Unión Europea empotrado en la Sudamérica continental), las 3 dependencias insulares estadounidenses o el país autónomo de Groenlandia (el cual, pese a estar bajo el dominio de la corona de Dinamarca, a diferencia de esta última nación, no es parte de la Unión Europea, no está poblada por blancos y tampoco acepta al idioma danés como oficial).


Algunas naciones nativas han logrado una autonomía muy importante, como son los países inuits (esquimales) al norte de Canadá (Nunavut) y también Groenlandia (rebautizada con su nombre oriundo de Kalaallit Nunaat), la mayor isla del planeta. Cualquiera de esos 2 territorios son más extensos que los del Perú, Colombia o México. En ambos, las comunidades inuits tienen su propio autogobierno que controla los grandes recursos de sus regiones y cuida que estos no se contaminen o deshielen. Kalaallit Nunaat tiene al único Gobierno y parlamento de las Américas en las cuales solamente se habla una lengua originaria (el inuit) y ninguna europea.


En vez de ampliar a los países invitados, incluyendo dependencias con gobiernos electos autónomamente, la lista se ha reducido. De todas las 9 cumbres que se han dado en las Américas, desde la primera en Miami 1994, esta ha sido, y por lejos, la menos representativa. A pesar de que en el logotipo oficial de la cumbre se presenta a un mapa donde se encuentra Cuba, Venezuela y Nicaragua, a estas 3 repúblicas se les impidió participar. En este, igualmente, figuran las islas de Hawái (que no son parte de ninguna de las Américas), pero no islas como las de Pascua, las Galápagos, las Malvinas (que Argentina reclama) o Groenlandia.


Estas exclusiones generaron la protesta del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien dijo que él no iba a asistir a una cumbre donde se marginalizace a una parte de las Américas y de que ya es hora de acabar con el bloqueo de seis décadas a Cuba, al cual describe como “genocida”.


Según La Habana, su isla ha perdido más de 150 mil millones de dólares por ese boicot que también tanto le ha afectado en momentos que tenía que combatir a la pandemia y verse privada del lucrativo flujo de turistas.


Siguiendo a AMLO, los presidentes de las otras 3 repúblicas mayas (Guatemala, Honduras y El Salvador) dijeron que no iban a participar y que en su reemplazo iba a asistir un funcionario de menor rango. La misma posición la adoptó el presidente boliviano Luis Arce y los primeros ministros de 3 Antillas anglo-parlantes: Granada, San Cristóbal y Nieves, y San Vicente y las Granadinas. El único presidente que no vino por una causa de salud fue el de Uruguay. Es decir, hubo 3 Estados ausentes y 9 representados por cancilleres o embajadores. Nunca antes eso había pasado.


El Presidente argentino Alberto Fernández, como Presidente pro témpora de la Comunidad de 33 Estados de Latino América y el Caribe (CELAC) y el Primer Ministro Johnny Briceño de Belice, como líder de la Comunidad de 15 países del Caribe (CARICOM) en sus alocuciones protestaron duramente por las exclusiones.


Fernández, además, recordó que se cumplían 40 años de la guerra de las Malvinas. En esta última, EEUU y el Chile de Pinochet no mantuvuvieron una solidaridad panamericana, y aún hoy Washington no quiere chocar con su gran aliado Londres.


Briceño, el mandatario de Belice (el único territorio de la América continental donde la reina Elizabeth II sigue siendo jefa de Estado), hizo una serie de alabanzas a Cuba, isla a la cual agradeció por sus ayudas en materia de salud durante la pandemia.


Es de recalcar que Fernández pertenece al peronismo, el partido que en Argentina impuso las mismas políticas neoliberales y privatizadoras en la misma década de los 1990 en la que Fujimori hizo lo mismo en Perú, y de que Briceño es un demócrata cristiano.


Otro gobernante que no es de izquierda y que se ha mantenido muy crítico es Nayib Bukele, Presidente de El Salvador. Él abiertamente se refiere a la OEA como si fuera un "ministerio de colonias de EEUU" (frase original de Fidel Castro) y le acusa de haber querido transformar a las pandillas de los maras en un partido político para participar en un proceso de diálogos por la paz.

Mientras se daba esta cumbre, Nicaragua permitía el ingreso de tropas rusas a su territorio y el presidente venezolano Nicolás Maduro visitaba a Irán estrechando lazos entre las principales potencias contestatarias a EEUU en sus respectivas regiones (Latinoamérica y el Caribe y el Medio Oriente, respectivamente).


Venezuela y Bolivia son reacios a la OEA y piden la cabeza de su Secretario General, Luis Almagro, a quien sindican de haber promovido abiertamente golpes militares contra sus respectivos gobiernos. Almagro estuvo en la frontera colombo-venezolana el 23 de febrero del 2019 auspiciando el ingreso de grupos armados para derrocar a Maduro, a quien él se sigue negando a reconocer como presidente constitucional, y también pidió desconocer los resultados de las elecciones de octubre 2019 que le dieron el triunfo a Evo Morales y que desencadenaron las acciones que llevaron al golpe cívico militar que le obligó a salir de palacio.


Debido a que los principales países que envían inmigrantes a EEUU (los mesoamericanos) no estuvieron representados por sus presidentes, esta cumbre no logró uno de sus principales objetivos: el ayudar a Biden a reducir la gran cantidad de latinos que llegan a su potencia. Muchas intervenciones destacaron el hecho de que si EEUU, en vez de gastar tantos billones en guerras, dedicara una mínima proporción de estas fortunas en aliviar la extrema pobreza mesoamericana, no habría tales incentivos para querer cruzar el Río Grande.


El nuevo presidente chileno Gabriel Boric también se sumó al coro de quienes protestaron por las exclusiones. De todas las 4 naciones del cono sur andino y de todos los numerosos países que tienen gobiernos que van desde el centro a la izquierda, el Perú fuese el único que no dijera nada, absolutamente nada, acerca de los vetos de la Casa Blanca.


A la par que se daba esta cumbre se dio en Los Ángeles una “cumbre de los pueblos” y pasando la frontera mexicana una “cumbre de los trabajadores”. Castillo, quien en el Perú si acude a eventos sindicales, ignoró ambos encuentros, en algunos de los cuales sí participaron otros mandatarios y exmandatarios del hemisferio. En cambio, Castillo prefirió ir a reuniones con grandes multinacionales.


La nueva diplomacia de Castillo llama mucho la atención, pues él fue electo Presidente como cabeza de fórmula de un partido, Perú Libre, cuyo líder se educó en Cuba, que es tan castrista que su fecha de creación coincide con el del cumpleaños de Fidel Castro y que ha pregonado unirse a la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA), el bloque continental conformado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y varias Antillas anglo-parlantes.


En una de sus intervenciones, Castillo destacó que el Perú tiene ahora 1 millón de inmigrantes, pero en ningún momento mencionó que la mayoría de ellos viene de Venezuela y que esa avalancha humana tiene mucho que ver con las sanciones que EEUU impone a ese país generando desabastecimiento, hiperinflación, desasbastecimiento, bajos salarios y pobreza. El presidente peruano en ningún momento pidió que se levanten estas durísimas amonestaciones, que se le devuelva a Caracas la petrolera estatal venezolana CITGO (valorizada en decenas de millones de dólares) que ha sido requisada por EEUU o que se permita al Banco Central el poder recuperar su oro cautivo en el Banco de Inglaterra.


Castillo abiertamente apoyó las políticas antiterroristas y de contención de la inmigración de Biden. Jamás, condenó la construcción del mayor muro hecho en la historia humana para separar un continente o los constantes maltratos que sufren tantos inmigrantes (incluyendo menores de edad que son separados de sus padres). Castillo tampoco planteó una amnistía para los millones de inmigrantes peruanos y latinoamericanos que trabajan y viven en el limbo en Norteamérica.


SEGUNDA PARTE


LIMA CON WASHINGTON CONTRA MOSCÚ


En vez de apostar por la multipolaridad, Lima sigue en la unipolaridad


Víctor Raúl Haya de la Torre hizo famosa la frase "Ni con Washington ni con Moscú, solo el APRA salvará al Perú". Luego la "revolución socialista militar" de 1968-80 habló de tener una política nacional que no sea ni capitalista ni comunista y de una diplomacia distante de la de la Casa Blanca y de la del Kremlin. Sin embargo, con la dictadura de Francisco Morales Bermúdez (1975-80) se produce un giro hacia los EEUU, el cual hasta hoy se ha mantenido en el Perú.


Castillo, en vez de buscar retomar cierta independencia ante EEUU, Rusia y China, le hace el juego a la diplomacia de guerra antirrusa de Biden, ante la cual se viene hipotecando.


El acercamiento de Lima a la Casa Blanca se da en un contexto geopolítico en el cual EEUU quiere aislar y humillar a su anterior rival en la guerra fría. La guerra que Moscú inició el 24 de febrero ha cambiado radicalmente la escena mundial, pues Washington quiere aprovechar esta para detener la marcha hacia un mundo multipolar, poder alinear a toda Europa, Oceanía, y las Américas, así como a otras partes de Asia y África bajo su hegemonía unipolar, y derrotar (y, si es posible, fragmentar) a su principal rival nuclear.


Rusia debe ser castigada por haber impedido sus planes de haber logrado dominar Siria (y todo el Medio Oriente), de lograr aislar y deponer a los ayatolás de Irán, de permitir que la OTAN se expanda más al este y de darle cobertura a China para evitar que el gigante asiático logre sobrepasar a la economía de EEUU como la mayor del globo.


Por primera vez, EEUU ha decidido librar un boicot generalizado contra Rusia, el mismo que va desde fuertes sanciones económicas e intervenir a sus empresas e intereses por doquier, hasta excluirles de cualquier competencia deportiva mundial.


Washington ha venido promoviendo que Kiev (la primera capital del Rus) entre a la OTAN y se dote de armas nucleares frente a Moscú, con lo cual ha provocado a Vladímir Putin a invadir Ucrania. Si bien,  EEUU y la OTAN abiertamente no atacan a Rusia, sí le brindan a Ucrania apoyo financiero y logístico, armas sofisticadas de combate, alta tecnología belicista y satelital, y asesores militares. En los hechos, ellos libran una guerra semi-directa contra el Kremlin, al mismo tiempo que allí alienta un “cambio de régimen” mediante un golpe para derrocar a Putin.


Mientras "Perú Libre" (PL) abiertamente simpatiza con Rusia, Castillo se ha alineado con EEUU en esta guerra al votar con este mega-potencia el excluir a Moscú de la Comisión Internacional de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), siendo la primera vez en la historia de la ONU que uno de sus 5 miembros permanentes de su Consejo de Seguridad es separado de uno de sus foros.


En la IX Cumbre de las Américas, Biden propuso una entente mundial por la democracia y en solidaridad con Ucrania. Esto es algo que Castillo apoyó. Cuando Castillo hablaba de dicho conflicto, él se quejaba de cómo ello afectaba a la distribución mundial de alimentos. Sin embargo, Castillo nunca le pidió a EEUU que dejase de armar a un bando, que buscase la paz, que cesara de querer hacer que la OTAN se expanda al este y que eso ayude a evitar una posible hecatombe nuclear, alza mayor de carburantes o hambruna internacional generalizada.


Mientras algunos gobernantes cuestionaron como en este conflicto EEUU o la OTAN emplean tantas fortunas, las que bien podrían encaminarse a Latinoamérica y al Caribe para resolver varios problemas socales, Castillo, nunca dijo nada de eso ni ha criticado la política norteamericana ante Rusia.


Es más, Castillo se hace eco del discurso en pro de la "democracia" que pregona Washington. Justamente, el discurso de la "guerra por la democracia" ha llevado a la devastación y dedstrucción entera de numerosas naciones, algo que ha generado decenas de millones de muertos y desplazados en todo el planeta.


Castillo, para variar, no hace críticas a las inconsistencias de EEUU. Las dos primeras cumbres de las Américas se dieron en 1994 y 1998, cuando estas aceptaban a la dictadura peruana de Alberto Fujimori, quien había intervenido militarmente los poderes judicial y legislativo el 5 de abril de 1992 y quien había impuesto una autocracia con graves violaciones a los derechos humanos y corrupción generalizada.


Washington propició los golpes parlamentarios que depusieron a presidentes izquierdistas latinoamericanos (Manuel Zelaya en Honduras 2009, Fernando Lugo en Paraguay 2012 y Dilma Rousseff en Brasil 2016).


En 2019, EEUU y la OEA reconocieron a Juan Guaidó como Presidente de Venezuela, pese a que él se autoproclamó como tal sin ser electo por el pueblo, sin consultar al Congreso y estructurando el único “Gobierno” que haya tenido las Américas que nunca ha tenido ministerios y que ha querido llegar al poder promoviendo una invasión armada de sus vecinos.


También ambos reconocieron a Jeanine Añez, la hoy presa primera dictadora en la historia americana, como presidenta boliviana, pese a que no tenía mandato constitucional alguno y se sustentaba únicamente en las bayonetas.


La Organización de Estados Americanos (OEA) incluyó antes en su seno a tiranías que masacraron y robaron mucho, algunas de las cuales duraron décadas, tales como las que rigieron a Haití, República Dominicana, Cuba, Nicaragua, Brasil, Perú, Venezuela, Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Chile, etc.


La OEA, igualmente, aceptó los golpes que la CIA instrumentó desde Guatemala 1954 en el norte a Chile 1973 en el sur, las juntas gorilas centro y sudamericanas de los sesentas y setentas, el apoyo militar a paramilitares insurgentes desde Nicaragua hasta Venezuela, o las invasiones norteamericanas a diversas naciones al sur del Río Grande (como Cuba, República Dominicana, Haití, Panamá, Nicaragua, Granada o México).


La OEA tampoco se come el pleito con Colombia, la única "democracia" del mundo en cuyas prolongadas guerras internas millones han sido asesinados o desplazados. Si bien hoy Rusia ha  invadido a Ucrania, EEUU, solamente en las últimas 3 décadas, ha enviado tropas y bombarderos a Yugoslavia, Afganistán, Irak, Siria, Libia, Somalia, Pakistán, entre otras naciones, algunas de las cuales han acabado desintegradas.


Los principales proveedores de combustibles de las “democracias occidentales” son las petro-monarquías arábigas, donde nunca ha habido elecciones multipartidarias y sindicatos, y los derechos a los trabajadores, inmigrantes, mujeres y LGTB son mínimos o nulos.


Arabia Saudita ha superado a Rusia en tener el mayor presupuesto bélico del planeta (después del de EEUU y de China) y, gracias al sofisticado armamento de EEUU y la OTAN, ha venido librando, en alianza con los Emiratos, una guerra en Yemen, la cual ha producido decenas de miles de civiles muertos y la mayor epidemia de cólera del globo.


El 18 de febrero, Pedro Castillo recibió al canciller saudita Adel Aljubeir, cuya monarquía invierte $US 1,600 millones en el Perú. También, Castillo viene coordinando planes con Marruecos para que este reino autocrático le colabore a construir un "tren bala" que vaya desde Tacna a Tumbes. 


Maniobras militares conjuntas


Como parte de este acercamiento a EEUU, el Perú va a participar por primera vez desde el 2018 en el principal ejercicio militar de barcos del planeta (el RIMPAC, Ejercicio del Anillo del Pacífico). Este se viene dando desde 1971 todos los meses de junio y julio, y parte desde Hawái.


Del 29 a Junio al 4 de agosto del 2022 se realiza la edición 28 de dichas maniobras navales. Esta va a congregar a unos 25 mil efectivos. Nuevamente, RIMPAC va a ser timoneada por EEUU y ejecutada junto a otras potencias que tienen también dependencias en el Océano Pacífico, tales como Reino Unido, Francia, Australia, Nueva Zelandia, Canadá o Japón.


En total son 26 naciones las que participan esta vez. Aparte de las ya anotadas, están Alemania, Dinamarca y Holanda (que antes en dicha cuenca o alrededor de esta tuvieron allí colonias y que son también parte de la OTAN). Además, participan países con costas al Pacífico como México, Chile, Ecuador, Colombia, Tonga, Filipinas, Malasia, Tailandia, Corea del Sur, Indonesia y Brunei, y otras 3 naciones asiáticas que no tienen salida a dicho océano (India, Sri Lanka e Israel).


Como se puede ver en esta lista, ya no participan ni Rusia, China ni Vietnam, quienes han sido excluidos por que han pasado de ser "aliados" o "contrincantes" militares. EEUU tiene ciertos choques con estas repúblicas que tienen costa pacífica, particularmente con Rusia (con quien libra una guerra indirecta en Ucrania) y también con China (quien sigue reclamando su soberanía sobre Taiwán y el estrecho entre esta isla y el continente).


Con estas maniobras, EEUU quiere crear un contrapeso al "Grupo de Beijing", una alianza militar-comercial que reúne al centro euroasiático (Rusia, China, Pakistán, Irán, Tayikistán, Uzbekistán, Kazajistán y Kirguistán), a cuyos miembros no se les invita.


India y Sri Lanka no están muy lejos del Pacífico y tienen rivalidades con Pakistán y China. Israel, por su parte, está al otro lado de dicho océano y su participación se da por ser el país que más ayuda bélica recibe de EEUU en el mundo y por sus rivalidades con Irán y los aliados que tanto los persas como Rusia tienen en el Medio Oriente.


Pese a que ahora China viene desplazando a EEUU como el principal socio comercial del Perú, el actual Gobierno no hace maniobras militares conjuntas con esta potencia, sino con una alianza que se gesta para contrarrestarla en el único océano a la que Beijing tiene acceso.


Mientras Venezuela, Cuba y Nicaragua abren sus puertas para tropas rusas que les colaboren en caso de choques con EEUU, el Perú es el país americano del hemisferio sur que tiene más bases militares norteamericanas.


Fuerte presencia militar de EEUU en Perú


"La VI Flota de los Estados Unidos usa los puertos peruanos como centro operativo en la costa del Pacífico de América del Sur, para abastecer sus navíos y para el descanso de sus tropas. Hay una creciente presencia militar de Estados Unidos en el territorio peruano: 43,779 militares estadounidenses ingresaron al Perú en 2004; 12,511 militares ingresaron en 2006; 5,117 en 2007, 5,516 en 2008. Entre 2003 y 2010 ingresaron un total de 87,516 militares estadounidenses; entre 2011 y 2018 ingresaron 23,122 militares estadounidenses para realizar ejercicios de entrenamiento militar en mar, tierra y en ríos".


Esto es lo informa el artículo de La Mula "Crece presencia militar de Estados Unidos en Perú. Tropas estadounidenses utilizan presupuesto del Estado peruano y controlan puertos energéticos". (19-01-2021). Según este mismo, hoy en el Perú hay 10 militares estadounidenses conocidas: 2 en el entorno capitalino (Callao y Ancón), 3 en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Marañón (VRAEM) que son Palmapampa, Mazamari y Pichari, y 5 en la selva baja Pucalpa, Iquitos, Teniente Clavero (Putumayo), Santa Clotilde (Loreto) y El Estrecho (Putumayo).


Esta fuente sostiene que personal militar de EEUU desarrolla "actividades de entrenamiento con las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú (en Lima, Callao, Loreto, San Martín, Santa Lucía, Huánuco, Ucayali, Paseo, Junín, Huancavelica, Cusco, Ayacucho, lquitos, Pucusana y Apurímac). Cada año, al menos en tres ocasiones ingresan tropas militares al territorio peruano."


El justificativo de ello es que los EEUU ayudan a "pacificar", "democratizar" y "desnarcotizar" al país, algo que Washington reclama que sus tropas han venido haciendo en Afganistán o en Colombia, donde su presencia militar, más bien, produce efectos contrarios.


Bolivia logró avanzar en la erradicación de la producción y exportación de drogas gracias a romper esa dependencia.


En las elecciones generales, Guido Bellido dijo que una de las primeras medidas que iba a hacer su Gobierno sería la de expulsar a la embajada de EEUU y a la DEA, como queriendo seguir el ejemplo altoperuano. Empero, apenas llega a ser el primer Premier "marxista leninista" que haya tenido el Perú, él autoriza el ingreso de más personal castrense europeo y norteamericano y la renovación de la alianza militar-comercial USAID por un quinquenio más, algo que fue apoyado por la gran mayoría de los congresistas que se reclaman de izquierda.


La gran presencia militar norteamericana no es nada "inofensiva". Esta educa a los cuadros de las fuerzas armadas y policiales en la doctrina, tácticas y armas de la OTAN. Generales que hoy quieran aparecer muy cercanos a Castillo van a preferir quedar bien con EEUU y van a poder traicionarlo, así como Augusto Pinochet y Williams Kaliman lo hicieron cuando derrocaron a los presidentes izquierdistas (Salvador Allende, Chile 1973, y Evo Morales, Bolivia 2019) que les nombraron previamente como comandantes en jefe.


Llama la atención de que, a la par de que vengan dando esos acuerdos con EEUU, dos hombres claves de EEUU que están presos en Perú tengan un tratamiento especial. A Alberto Fujimori no se le ha trasladado a un penal normal, pese a las promesas del Premier Aníbal Torres. Justo cuando acaba la cumbre, un juzgado ordena que Vladimiro Montesino, quien ha sido agente de la CIA, retorne a su cárcel de lujo en la base naval, donde nuevamente va a poder acceso a fonos, comunicaciones y tratos para golpear o corromper.


Todos los iniciales llamados de Castillo a expandir el sistema de rondas de autodefensa se han quedado en nada gracias a todas esas concesiones hechas a distintos sectores de la derecha, de los altos mandos y a los EEUU.


Al participar en los mayores ejercicios navales del planeta junto a la coalición de EEUU y sus aliados contra Rusia, China y sus amigos, y al permitir una decena de bases militares y cientos o miles de soldados y agentes norteamericanos en el Perú, este Gobierno no puede apelar el proponer un mundo multipolar. En los hechos, sigue encuadrado en el marco de la hegemonía política y militar de Washington.


OCDE y neoliberalismo


Para Castillo es un honor el que su Gobierno sea el que logre hacer entrar al Perú en la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos). Esta fue creada en 1961 como un club de las potencias ricas capitalistas demo-liberales de la OTAN donde estaban EEUU, Canadá y sus aliados europeos occidentales. A la OCDE los soviéticos y chinos de entonces se referían como un "bloque imperialista" o una contraparte económica de la que en cuestiones militares era la OTAN.

Gradualmente, se fueron sumando a la OCDE las naciones más prósperas del Pacífico, como Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelandia, así como diversos países del este europeo que rompían con el "comunismo" y pasaban a aceptar el "libre mercado".


Fuera de estas 2 regiones recientemente se le han plegado México (1994), Chile e Israel (2010), Colombia (2020) y Costa Rica (2021). Nótese que todas estas últimas naciones se han unido a la OCDE cuando estas han tenido gobiernos muy de derecha o neoliberales. El gran atractivo de la OCDE es que la suma de todos sus 38 Estados miembros supera el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) global.


Sin embargo, este es un club que requiere que todos sus afiliados respeten una serie de reglas. Y dentro de estas están las de promover economías capitalistas abiertas, monetaristas y de libre empresa.


Estas características hacen que allí no quieran entrar ninguno de los 5 BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), pues todos ellos tienen diferentes formas de proteger su industria y mercado nacionales. Para países que promueven una significativa intervención estatal en la economía (como China, Vietnam, Irán, Venezuela, Cuba, etc.) resulta imposible adaptarse a sus normas,, pues, ello implicaría dar paso a muchas privatizaciones o a desproteger su mano de obra o industria nativas.

Algunos países de Europa y Oceanía, el grueso de las Américas, toda África y casi toda Asia (a excepción de 2 naciones en su extremo oeste, Turquía e Israel, y en su extremo este, Japón y Corea del Sur) no están en su seno.


Si el Perú ingresa a este club neoliberal, sería, posiblemente, el primer país que lo haga con un Gobierno que supuestamente es de izquierda y que fue elegido en la plancha de un partido que se reclama "marxista leninista".


Castillo hace todo lo posible por reunir todas las condiciones para lograr ello. Mientras Alan García hablaba de pagar la deuda externa solamente con un porcentaje de las exportaciones o en Argentina el Gobierno debe hacer concesiones ante marchas que no quieren que se pague la deuda externa (por lo menos hasta que se esclarezca cómo esta se ha gastado), Castillo no pone ningún reparo a cumplir todas sus obligaciones a los organismos crediticios.


Las izquierdas que apoyan a Castillo no han criticado el hecho de que él haya ratificado en sus puestos a los monetaristas neoliberales que han dirigido el Banco Central de Reserva (BCR) o la Superintendencia de Bancos y Seguros (SBS), así como sus buenas relaciones con el FMI, el Banco Mundial y la OEA o sus intentos de afiliarse a la OCDE.


También Castillo les ha prometido a los grandes inversionistas que él no va a realizar ninguna nacionalización y que el Perú va a generar amplias facilidades para los inversionistas. Cualquier posibilidad de retornar a la comunidad industrial o la estabilidad laboral que había en los setentas está descartada. Mientras tanto, el sindicalista Castillo sigue sin querer reducir la jornada laboral oficial de 48 horas semanales (la misma que, en los hechos, es mucho mayor).


TERCERA PARTE


CASTILLO SIN BRILLO. CÓMO SE HA EVITADO IR HACIA UNA DIPLOMACIA ALGO INDEPENDIENTE y CÓMO ELLO AFECTA AL PERÚ


Desprendiéndose de una abeja molestosa


Apenas Castillo dio su mensaje presidencial el 28 de julio, parecía que él podía encaminarse hacia una actitud crítica, pues había manifestado ciertos cuestionamientos al rey Felipe, cuya corona había dominado al país durante 3 siglos.


Al día siguiente de posesionarse en la Presidencia, el 29 de julio del 2021, Castillo juró a su primer Gabinete, donde estaba como canciller Héctor Béjar. Este reputado intelectual había sido militante del Partido Comunista Peruano desde los cincuentas, luego fue líder de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en los sesentas y, posteriormente, fue un connotado defensor del "socialismo militar" de Juan Velasco, el cual inspiró al chavismo venezolano.


Al colocar a este gran amigo de Cuba en el portafolio de Relaciones Exteriores, se podía esperar que el Perú se fuese acercando a la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA), un "bloque antiimperialista" que componen Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y algunas Antillas de habla inglesa.


Sin embargo, solo 19 días después, el 17 de agosto del 2021, Béjar fue obligado a renunciar por presión abierta del Primer Ministro Guido Bellido, quien ha sido el único en proclamarse como "marxista leninista", castrista y guevarista en ocupar tal cargo. Pocas veces en la historia mundial un Gobierno entrante sustituye a su primer responsable en la cartera de relaciones exteriores antes de que cumpla 3 semanas el puesto.


Castillo quiso sacar de su jardín a cualquier abeja que pudiese ser algo punzante en sus relaciones con Washington. Ni EEUU ni la derecha criolla querían a nadie que acercase al Perú al panal del ALBA.


Béjar fue sustituido 3 días después por Óscar Maúrtua, quien fuese antes Secretario General de la Presidencia de Fernando Belaúnde durante todo su segundo periodo (1980-85) y luego el último canciller que tuvo Toledo en su último año en la Presidencia (entre mediados del 2005 y del 2006). Maúrtua se convirtió en la primera persona que entraba al gabinete Castillo tras haber participado en previos Gobiernos.


El remplazo de Béjar por Maúrtua evidenciaba una intención de Castillo de demostrar que él iba a continuar la misma política económica e internacional de sus predecesores, quienes siempre se habían colocado en algún espectro de la derecha.


Todas las corrientes conservadoras habían pedido la cabeza de Béjar, pues, él había sido el primer ministro en haber dado algún tipo de viraje un poco hacia la izquierda. Fue Béjar quien hizo que Lima le diera puntillazo final al "Grupo de Lima".


Este último bloque de países americanos se había gestado tras la declaración de Lima del 8 de agosto del 2017, en la cual se cuestionaba al Gobierno de Venezuela y se buscaba unir a todo el hemisferio para aplicar el bloqueo que Washington estaba gestando contra Caracas. Dicho Grupo no envió su solidaridad al Presidente venezolano Nicolás Maduro cuando el 4 de agosto del 2018 fue sujeto de un intento de magnicidio y matanza cuando dos drones explotaron frente a él y en medio de una parada militar. En aquel entonces, hasta EEUU reconocía el carácter constitucional del mandato de Maduro.


Los EEUU, junto con el "Grupo de Lima", habían llamado a boicotear las elecciones generales venezolanas de mayo 2018 y luego se negaron a reconocer la renovación de Maduro en la presidencia por un nuevo periodo en enero 2019.


El 23 de enero del 2019, Donald Trump decidió reconocer a Juan Guaidó como "presidente interino" de Venezuela, pese a que él era un desconocido, se autojuramentó en una plaza como presidente sin hacerlo ante una institución del Estado y sin previamente pedir la autorización del Congreso que lideraba y sin comunicar de ello para nada a sus colegas de la oposición. Todo había sido planeado por Donald Trump, quien a los 10 minutos de esa auto-proclamación llamó a todos sus aliados a sostener que él era el único y legítimo mandatario de Venezuela.


Un mes después, los presidentes de Colombia, Paraguay y Chile, junto con el Secretario General de la OEA y el único multimillonario del mundo en tener 4 islas privadas, Sir Richard Branson, estuvieron en Cúcuta, en la frontera colombo-venezolana, para impulsar el ingreso de grupos armados para derrocar a Maduro, algo que fracasó.


El Grupo de Lima y la OEA reconocieron por primera y única vez en la historia de este último organismo panamericano a un "Gobierno" que nunca controló un pedazo de su territorio, un cuartel, un juzgado o una comisaría y que jamás tuvo un solo ministerios (pero sí embajadores designados a dedo, muchos de los cuales se enriquecieron con ello).


Gradualmente, Guaidó se fue desinflando. Sus llamados a tomar el poder con ayuda de una masiva intervención bélica extranjera por parte de EEUU, Colombia y Brasil no cuadraron bien en estos países (temerosos de repetir una masacre peor que la de la guerra de la Triple Alianza de 1864-70 cuando Paraguay fue arrasado por las tropas del imperio esclavista del Brasil y las repúblicas de Argentina y Uruguay) ni en la población venezolana, la cual no quiere que su país se torne en un nuevo Irak, Siria, Yugoslavia o Libia.


La elección de gobiernos nacionalistas en Argentina, México y Bolivia hizo que estas repúblicas se retiraran del Grupo de Lima, mientras que la Comunidad del Caribe (CARICOM) marcó sus distancias afectando a Santa Lucía y a otros que llegaron a acercarse al bloque antichavista.


Una de las primeras tareas que tuvo Béjar como canciller fue desconocer la "embajada" de Guaidó en Lima y estrechar lazos con Caracas.


Para la derecha peruana ello equivalía a traicionar a sus hermanos de la oposición venezolana. Uno de sus principales líderes, Leopoldo López, jefe de Voluntad Popular, el partido original de Guaidó, estuvo en Lima en mayo 2021, durante las elecciones, patrocinando el matrimonio político entre las familias Fujimori y Vargas Llosa y educando a grupos de marchistas violentos (tipo La Resistencia) en su escuela (en Caracas, López ha sido acusado de haber organizado las muertes de muchos izquierdistas con francotiradores o quemándoles vivos).


La estrategia fujimorista de ir haciendo que Castillo cambie un ministro cada semana, como promedio, empezó centrándose en Béjar. En vez de discutir la política exterior en el Congreso (algo que nunca han hecho ni parece que quieren hacer), los fujimoristas le enrostraron por su pasado guerrillero y porque antes de ser ministro había dicho que oficiales de la Marina estuvieron implicados en acciones terroristas contra altos oficiales peruanos y barcos cubanos en los setentas.

Béjar fue guerrillero hace poco menos de medio siglo. Al igual que el colombiano Gustavo Petro y de varias personas que han estado en las duplas presidenciales de Uruguay, Brasil, Bolivia, El Salvador y Nicaragua, él hace décadas ha dejado las armas para recorrer el camino de las urnas.


La derecha peruana sí acepta al APRA, pese a que esta y su jefe Víctor Raúl Haya de la Torre ordenaron muchos atentados terroristas, incluyendo el último magnicidio cometido en el Perú (el del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro (30 abril 1933) y el de los esposos Miró Quesada (15 de mayo 1935) quienes dirigían "El Comercio", el decano de la prensa nacional que hoy controla al 80% de la prensa peruana.


La actual Presidente del Congreso, Maricarmen Alva, juró a su cargo en nombre de su padre Miguel Alva Orlandini, quien en enero 1975 fue arrestado por las FF.AA. bajo acusaciones de haber estado implicado en intentos terroristas de asesinar a los Generales Luis Tantaleán Arbulú (quien fue ministro de pesquería y era uno de los hombres de confianza del entonces presidente Juan Velasco Alvarado) y Luis Edgardo Mercado Jarrín, quien entonces era el Primer Ministro.


En ese mismo mes también había explotado una bomba contra la casa del almirante Guillermo Faura Gaig, quien asumiría el cargo de ministro de Guerra y comandante general de la Marina de la Junta Militar. "Los incidentes continuaron. El 22 de julio de 1977, el barco cubano Río Jobabó fue hundido por explosivos en el puerto del Callao. Y el 9 de octubre del mismo año, el navío cubano Río Damují también fue atacado, pero solo sufrió daños." (nota de Ángel Páez en La República del 17 agosto 2021).


Los actuales congresistas que provienen de la Marina nunca se han solidarizado con su camarada de armas, el almirante Guillermo Faura Gaig, ni han pedido que se investiguen los atentados terroristas cometidos contra él o en el puerto del Callao, así como tampoco salieron a defender el "Mar de Grau" cuando este, en enero 2022, fue víctima de un terrible ecocidio perpetrado por la Repsol, multinacional española que adquirió La Pampilla a precios bajos por parte del fujimorismo y que siempre ha financiado a dicho movimiento.


La caída de Béjar marcó un antes y un después. Bellido al pedir su renuncia, como después lo haría con el ministro sindicalista de Trabajo Iver Maraví, capitulaba a las presiones de la derecha. Si entonces él se hubiese plantado y también hubiese postulado una moción de confianza, el Congreso, por miedo, hubiese reculado o, en todo caso, hubiera gastado su "bala de plata" (pues a la segunda moción de este tipo que rechaza el Presidente puede llamar constitucionalmente a disolver el Parlamento). Por no haber hecho eso, él terminó siendo remnovido por el propio Presidente.


Sus adaptaciones a la derecha fueron en contra de que el Gobierno adopte una diplomacia y una política laboral diferente a la tradicional. Esta es una lección que debiera contemplar Perú Libre pues las concesiones a la derecha y los vetos a Betssy Chávez han terminado como un tiro a sus propios talones, algo que pudiese agravarse si dejan que el fujimorismo logre hacer un golpe parlamentario para remover a la vicepresidenta Dina Boluarte. 


Afianzando una diplomacia pro-EEUU


Con Maúrtua en la cancillería, Castillo quería demostrar al establishment que él parte de este, y que al igual que otros "cholos" con discursos nacionalistas y populistas (como los expresidente Alejandro Toledo en 2001-2006 y Ollanta Humala en 2011-16) él iba a continuar con los "compromisos" macro-económicos y diplomáticos que tenía el Perú con EEUU.


Maúrtua había sido un hombre clave para los anteriores gobiernos de Belaúnde y Toledo. Como secretario de la presidencia del primero, él fue copartícipe de todas las acciones que tuvo la alianza derechista de 1980-85 entre Acción Popular (AP) y el Partido Popular Cristiano (PPC) para desmantelar numerosas reformas sociales heredadas del "socialismo militar" y volver a realinear con fuerza al Perú con EEUU.


Luego, como parte del equipo de Toledo, Maúrtua fue sentando los cimientos para lo que luego sería la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Pese a que esta inicialmente tenía como meta tener una buena relación con Washington, cuando Donald Trump llega a la Casa Blanca, él impulsa su desintegración.


Maúrtua en febrero fue remplazado en la cancillería por otro destacado académico, César Landa. Ambos, al igual que Harold Forsyth, representante peruano en la OEA, estuvieron junto a Castillo en su reciente viaje a Los Ángeles para asesorarlo durante la Cumbre de las Américas.


Todos ellos son experimentados diplomáticos que preservan la misma orientación que ha tenido la cancillería peruana en las últimas décadas: la de seguir fieles a la Organización de Estados Americanos (OEA), pese a todas las críticas que le hacen más de la tercera parte de las naciones americanas; mantenerse dentro de la órbita de EEUU; y marcar distancias con políticas de Gobiernos contestatarios a dicha potencia ya sea en otros continentes (como Rusia, China o Irán) o en nuestro hemisferio (como México, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Argentina).


El alineamiento con EEUU no ha llegado a los extremos de Colombia, el único país sudamericano que ha entrado como miembro asociado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y en algunos puntos ha mantenido cierta autonomía. Un ejemplo de esto último es que Lima reconoció a Caracas oficialmente en octubre 2021, cuando Washington aún se niega a hacer ello de manera abierta, y luego ha entablado relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática, mientras que EEUU e Israel no aceptan ello y, más bien, reconocen la anexión de sus tierras por parte del reino de Marruecos.


El progresivo viraje del Presidente en política exterior se ha visto reflejado en una serie de eventos. Cuando el 28 de julio del 2021 Castillo hizo su primer discurso presidencial, él fue muy duro contra los conquistadores castellanos, pese a la presencia del rey español Felipe.


En sus primeras apariciones internacionales, él se presentaba con su sombrero chotano y una indumentaria con motivos andinos, y comenzaba sus discursos diciendo que lo hacía en nombre de los quechuas, aymaras, aguajunes y otros pueblos nativos. Ahora, en vez de agregar en sus mensajes a los asháninkas, la tercera nacionalidad indígena en términos numéricos del país que él nunca nombraba, ya no menciona a ninguna nación originaria.


No solamente se ha sacado su distintivo chotano, sino que en todas las sesiones de la cumbre de las Américas ha aparecido con un saco normal occidental. Se ha desprendido de todo simbolismo autóctono, buscando empalmar mejor con los inversionistas y diplomáticos extranjeros.


Castillo sin brillo


Castillo no ha querido alinearse con los distintos gobiernos de Latinoamérica y el Caribe que han protestado por las exclusiones y no ha hecho ni el más mínimo cuestionamiento a EEUU. "Perú Libre" inicialmente chocaba con esta política porque cuestionó la decisión de la cancillería que timoneaba Óscar Maúrtua de no reconocer a Maduro como el legítimo presidente de Caracas, luego a la inclusión del excandidato de Alianza Para el Progreso (APP), Carlos Jaico, como Secretario de la Presidencia (ya que él en 2019 apoyó abiertamente la intervención de los militares bolivianos contra Evo Morales), y después a la actual de César Landa de no aceptar los resultados electorales que volvieron a reelegir a los sandinistas en Nicaragua.


Sin embargo, cada vez más PL va disminuyendo en sus protestas, mientras que su prioridad parece ser acomodarse para mantener sus cuotas en el gabinete. A pesar de sus simpatías por Putin y el ALBA, el cerronismo se ha ido amoldando a la diplomacia pro-Biden del castillismo.

Mientras la izquierda latinoamericana considera a Luis Almagro como un gran “traidor” (fue expulsado del Frente Amplio de Uruguay por apoyar la intervención militar de EEUU en Venezuela), Castillo y él han hecho una buena componenda. Gracias a esta, Castillo ha logrado el aval de la OEA para impedir el veto fujimorista y cree que así podrá coartar posibles nuevas vacancias. Con su cercanía al presidente sindicalista peruano, Almagro quiere aparecer como una suerte de socialdemócrata moderado que es capaz de llevarse bien con izquierdistas que no crucen ciertas líneas.


Castillo, por su parte, quiere figurar como el hombre que logra concertar con todos. Cuando fue a Brasilia terminó posándose con Jair Bolsonaro, a quien le prestó su sombrero chotano para que se lo ponga. Ahora le ha pedido al presidente colombiano Iván Duque para que venga a su pueblo peruano, cosa que él ha aceptado. Estos dos son los mandatarios más ultraderechistas que tiene el hemisferio y ambos sacan beneficio de una buena relación con Castillo. Como ambos deben confrontar el ascenso electoral de sus respectivas izquierdas, el aparecer junto a un mandatario sindicalista amigo les permite demostrar que son “amplios” y “moderados”. Por su parte, Castillo saca provecho de ello para demostrar a la oposición golpista de la ultraderecha de Lima que él no es tan demoniaco como le quiere aparentar ser.


Hasta el momento, Castillo no ha tenido ninguna clase de resonancia en la escena internacional. Países con poblaciones menores han tenido presidentes con mayor impacto en la escena global. Como ejemplos tenemos a Pepe Mujica del Uruguay, a Bukele

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