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La sociedad actual se ha hecho adicta al mundanal ruido y se encuentra fatal si está rodeada de silencio

Soledad voluntaria

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Una de las dolencia que más afectan al hombre de nuestro tiempo y que se ha convertido en un problema siquiátrico es la soledad. Tan pronto como uno se despierta por la mañana y pone los pies en el suelo lo primero que hace es encender la radio o el televisor para sentirse acompañado. El hecho de oír una voz da la sensación de no estar solo. Para evitar sentirse aislado se mantiene siempre el móvil abierto, lo cual, genera ansiedad porque se espera una llamada que no llega nunca. Hartos de esperar marcamos un número para hablar de cualquier cosa: el tiempo que hará dentro de10 días cuando nos iremos de vacaciones, de habladurías…Lo importante es oír una voz aún cuando no diga nada. “La soledad no deseada literalmente es como el dolor físico”, dice la sicóloga Louise Hawly. Cierto es que el ser humano es una animal gregario que necesita relacionarse con otras personas. Para su salud síquica le es vital la compañía. Los centros sociales para gente mayor, ateneos, asociaciones diversas que sirven para reunir a personas hacen un excelente trabajo reuniendo a personas para hacer cosas juntos, además de charlar. Estas entidades por útiles que sean endulzando la soledad, de hecho, la cubren con una capa de barniz que esconde la gravedad de la soledad del alma que forma parte del menú diario.

“Los hombres vulgares han inventado la vida en soledad porque les es más fácil soportar a los otros que soportarse a sí mismos”, lo ha dejado escrito Arthur Shopenhauer. La publicidad bombardea constantemente con anuncios de magníficos cruceros que permitirán pasar unos días maravillosos disfrutando de los inmejorables servicios que ofrecen. Nos empuja a desear un montón de bienes materiales, experiencias compartidas, aún cuando sabemos por experiencias anteriores que saciar estos deseos nos hará sentir más solos e infelices. Para evitar caer en la soledad traumática a que nos conduce hacer caso de la publicidad tendenciosa, nunca es neutral, siempre busca sacar provecho de la inversión, debemos buscar la soledad. ¡Asombroso, verdad, luchar contra la soledad con la soledad! Me explicaré. En la agenda diaria deberíamos reservar un espacio para la soledad. Pienso que se lo debe reservar al inicio de la jornada antes que el mundanal ruido ensordezca nuestros oídos y nos impida rodearnos de quietud y silencio. Este aislamiento auto impuesto no es para dedicarlo a un auto examinarnos con el fin de extraer las cosas buenas que se dice se esconden en las profundidades del alma. ¿Qué de bueno se puede sacar del alma si sus pensamientos siempre son el mal? ¿De qué sirve hacer propósitos de enmienda si las inclinaciones lo impiden? La soledad voluntaria debe servir para poner la mirada fuera de uno mismo, en Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Cuando se inicia el día escuchando la radio uno se impregna de las buenas noticias que se encarga de transmitir: Siria, Irak, Israel…son un hervidero de violencia, barcos sobrecargados de inmigrantes que desean llegar a Europa se hunden produciendo centenares de víctimas, un día sí y otro también se anuncia otro caso de violencia machista…Noticias tan positivas que se escuchan al amanecer nos preparan negativamente para empezar la jornada.

Si en lugar de pulsar el interruptor de la radio o el televisor para escuchar noticias tan demoledoras con las que nos dan los buenos días, sintonizásemos con Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de sus labios escucharíamos las buenas noticias del perdonarnos nuestros pecados por la fe en su Hijo Jesucristo que murió en la cruz para, nos garantiza su soporte a lo largo de la jornada y mitiga las insatisfacciones del alma debido a las incomprensiones, zancadilla, envidias, … , nos garantiza su paz que sobrepasa la comprensión humana. Con la ayuda del Espíritu Santo y la instrumentalidad de la Biblia, que es la Palabra de Dios revelada nos proporciona sabiduría y crecimiento personal. En las vicisitudes de la jornada su presencia nos fortalece y nos serena. ¿Se puede encontrar en algún otro lugar un Buen Pastor como Jesús que nos pastoree y nos conduzca a pastos nutritivos y nos haga descansar junto a aguas de reposo a lo largo de nuestro peregrinaje por el valle tenebroso?

La institución religiosa puede ser manipulada. Sus funcionarios pueden ser incompetentes porque en vez de ser siervos de Dios lo son de intereses inconfesables. Al darnos cuenta de la degradación sacerdotal estamos tentados de abandonar a la institución eclesiástica y, si no nos convertimos en ateos, sí que nos transformamos en creyentes no practicantes, que es un contrasentido. La soledad voluntaria que por ser de índole privada y un asunto entre Dios y yo, por el hecho de que no incluya a ninguna otra persona en la relación, ésta no puede ser manipulada ni degradada a no ser que nosotros lo permitamos. La soledad voluntaria resiste la prueba de las circunstancias cambiantes y, en la incertidumbre de los cambios que por cierto hoy son muy acelerados, la intimidad con Dios por medio de su Hijo Jesucristo, nos aporta serenidad en un mundo tambaleante porque edificamos nuestras vidas sobre la Roca que resiste los embates de tormentas, inundaciones, terremotos. En Jesús encontramos el Amigo fiel que está a nuestro lado en todas las circunstancias.

Soledad voluntaria

La sociedad actual se ha hecho adicta al mundanal ruido y se encuentra fatal si está rodeada de silencio
Octavi Pereña
martes, 3 de noviembre de 2015, 06:01 h (CET)
Una de las dolencia que más afectan al hombre de nuestro tiempo y que se ha convertido en un problema siquiátrico es la soledad. Tan pronto como uno se despierta por la mañana y pone los pies en el suelo lo primero que hace es encender la radio o el televisor para sentirse acompañado. El hecho de oír una voz da la sensación de no estar solo. Para evitar sentirse aislado se mantiene siempre el móvil abierto, lo cual, genera ansiedad porque se espera una llamada que no llega nunca. Hartos de esperar marcamos un número para hablar de cualquier cosa: el tiempo que hará dentro de10 días cuando nos iremos de vacaciones, de habladurías…Lo importante es oír una voz aún cuando no diga nada. “La soledad no deseada literalmente es como el dolor físico”, dice la sicóloga Louise Hawly. Cierto es que el ser humano es una animal gregario que necesita relacionarse con otras personas. Para su salud síquica le es vital la compañía. Los centros sociales para gente mayor, ateneos, asociaciones diversas que sirven para reunir a personas hacen un excelente trabajo reuniendo a personas para hacer cosas juntos, además de charlar. Estas entidades por útiles que sean endulzando la soledad, de hecho, la cubren con una capa de barniz que esconde la gravedad de la soledad del alma que forma parte del menú diario.

“Los hombres vulgares han inventado la vida en soledad porque les es más fácil soportar a los otros que soportarse a sí mismos”, lo ha dejado escrito Arthur Shopenhauer. La publicidad bombardea constantemente con anuncios de magníficos cruceros que permitirán pasar unos días maravillosos disfrutando de los inmejorables servicios que ofrecen. Nos empuja a desear un montón de bienes materiales, experiencias compartidas, aún cuando sabemos por experiencias anteriores que saciar estos deseos nos hará sentir más solos e infelices. Para evitar caer en la soledad traumática a que nos conduce hacer caso de la publicidad tendenciosa, nunca es neutral, siempre busca sacar provecho de la inversión, debemos buscar la soledad. ¡Asombroso, verdad, luchar contra la soledad con la soledad! Me explicaré. En la agenda diaria deberíamos reservar un espacio para la soledad. Pienso que se lo debe reservar al inicio de la jornada antes que el mundanal ruido ensordezca nuestros oídos y nos impida rodearnos de quietud y silencio. Este aislamiento auto impuesto no es para dedicarlo a un auto examinarnos con el fin de extraer las cosas buenas que se dice se esconden en las profundidades del alma. ¿Qué de bueno se puede sacar del alma si sus pensamientos siempre son el mal? ¿De qué sirve hacer propósitos de enmienda si las inclinaciones lo impiden? La soledad voluntaria debe servir para poner la mirada fuera de uno mismo, en Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Cuando se inicia el día escuchando la radio uno se impregna de las buenas noticias que se encarga de transmitir: Siria, Irak, Israel…son un hervidero de violencia, barcos sobrecargados de inmigrantes que desean llegar a Europa se hunden produciendo centenares de víctimas, un día sí y otro también se anuncia otro caso de violencia machista…Noticias tan positivas que se escuchan al amanecer nos preparan negativamente para empezar la jornada.

Si en lugar de pulsar el interruptor de la radio o el televisor para escuchar noticias tan demoledoras con las que nos dan los buenos días, sintonizásemos con Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de sus labios escucharíamos las buenas noticias del perdonarnos nuestros pecados por la fe en su Hijo Jesucristo que murió en la cruz para, nos garantiza su soporte a lo largo de la jornada y mitiga las insatisfacciones del alma debido a las incomprensiones, zancadilla, envidias, … , nos garantiza su paz que sobrepasa la comprensión humana. Con la ayuda del Espíritu Santo y la instrumentalidad de la Biblia, que es la Palabra de Dios revelada nos proporciona sabiduría y crecimiento personal. En las vicisitudes de la jornada su presencia nos fortalece y nos serena. ¿Se puede encontrar en algún otro lugar un Buen Pastor como Jesús que nos pastoree y nos conduzca a pastos nutritivos y nos haga descansar junto a aguas de reposo a lo largo de nuestro peregrinaje por el valle tenebroso?

La institución religiosa puede ser manipulada. Sus funcionarios pueden ser incompetentes porque en vez de ser siervos de Dios lo son de intereses inconfesables. Al darnos cuenta de la degradación sacerdotal estamos tentados de abandonar a la institución eclesiástica y, si no nos convertimos en ateos, sí que nos transformamos en creyentes no practicantes, que es un contrasentido. La soledad voluntaria que por ser de índole privada y un asunto entre Dios y yo, por el hecho de que no incluya a ninguna otra persona en la relación, ésta no puede ser manipulada ni degradada a no ser que nosotros lo permitamos. La soledad voluntaria resiste la prueba de las circunstancias cambiantes y, en la incertidumbre de los cambios que por cierto hoy son muy acelerados, la intimidad con Dios por medio de su Hijo Jesucristo, nos aporta serenidad en un mundo tambaleante porque edificamos nuestras vidas sobre la Roca que resiste los embates de tormentas, inundaciones, terremotos. En Jesús encontramos el Amigo fiel que está a nuestro lado en todas las circunstancias.

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