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A mí, que ando renqueando con mis problemas de espaldas, me llamó mucho la atención esta frase. Me extrañaba su afición al tenis y su capacidad para afrontar una partida de dobles a diario. Se trataba de una especie de juego de palabras.
El susodicho es uno de los voluntarios que conozco con más capacidad para afrontar y gestionar todo tipo de trabajos en favor de los demás. Un autentico líder de la solidaridad que jamás se arredra ante las dificultades para atender a niños, jóvenes, familias y mayores de la barriada malagueña del Palo.
Mi buen amigo Fernando gestiona un economato de alimentación, un comedor desde el que suministra comida preparada a un centenar de familias, aporta el desayuno y la merienda a un montón de niños y apoya de forma efectiva en el aspecto laboral o psicológico a cuantos se acercan a la ONG que preside.
Tras mi asombro al escucharle lo del partido de dobles, me aclaró la situación. El juega una partida de dobles contra el cansancio, la apatía, la falta de colaboración, la edad y la incomprensión. Su compañero de partido es ese Jesús de Nazaret que conoció especialmente mientras era voluntario de prisiones. Fernando basa su capacidad de mantener la mano en el arado en el apoyo que recibe en la oración y su contacto con aquellos que siguen el mensaje evangélico.
Esta conversación me ha hecho recapacitar sobre la falsa “soledad del corredor de fondo”. Cuando trabajamos por los demás, jamás nos encontramos solos. Él nos acompaña siempre. Hace muchos años alguien me transmitió una frase que se quedo marcada indeleblemente en mi mente: “Cristo y yo… mayoría aplastante”.
Gracias Fernando por tu ejemplo. Intentaremos seguir tus pasos. Como se ha puesto de moda decir ahora… Eres un hombre de luz.
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".
Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.
Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.
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