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Cada 19 de agosto, el mundo conmemora el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, una fecha establecida por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2008 en recuerdo del atentado contra la sede de la ONU en Bagdad en 2003, en el que murieron 22 personas, entre ellas el enviado especial Sérgio Vieira de Mello.
Recogerse y acogerse es un níveo concentrado de bondad y pasión que precisamos como jamás, poner en acción, con reposición contemplativa. Sus efectos benignos y sus afectos generosos, es lo que verdaderamente nos alienta como sociedad y nos alimenta como espíritu andante, en este planeta por el que nos movemos y cohabitamos, hasta que la muerte nos abrace.
En España la muerte natural de personas de todas las edades por parada cardiorrespiratoria es la dulce fuente de vida, donada y trasplantada. En Estados Unidos la muerte de personas jóvenes por sobredosis de fentanilo es el amargo origen de donantes y trasplantes.
La Asociación Española Contra el Cáncer vuelve a superar, un año más, su propio récord de participación al conseguir reunir a casi 700 asistentes en su tradicional Gala Contra el Cáncer de Marbella, que este año conmemoraba el 40 aniversario. La Gala de Marbella volvió a reunir a un gran número de personajes solidarios, entre los que se encontraban políticos, empresarios, artistas y rostros habituales del verano marbellí.
Nada permanece, todo se renueva; la crónica es un viaje de exploración que nos transforma. Siempre es bueno reencontrarse, para no perderse y perdonarse, huir de la desmemoria dramática del pasado, buscar tiempo para nosotros; y, así, poder ahondar en el tema de la concordia y en el crecimiento anímico.
En este momento, en el mundo, donde cada segundo se publican miles de palabras, declaraciones solemnes, discursos políticos y promesas huecas, la pregunta que resuena con una fuerza brutal es una sola, ¿Dónde está la humanidad? No esa que figura en los diccionarios como el conjunto de seres humanos, sino la otra, la esencial, la que se expresa en el cuidado del otro, en la compasión activa, en la justicia concreta. Esa humanidad parece estar, hoy, gravemente amenazada.
En la vida todo tiene su nutriente natural, hasta en nosotros mismos para hacer unidad y sentirnos familia, hemos de alimentarnos de la franca clemencia y de la cordialidad recíproca, que comienza por nuestro propio entorno. Por desgracia, confiamos demasiado en los sistemas de poder y muy poco en las gentes humildes y sencillas, que son las que tienen las entretelas grandes.
La esperanza es lo último que debe perderse. Tanto es así, que no hay concordia sin anhelo, como tampoco impulso sin familiaridad; y, aún menos, futuro sin creer en uno mismo. Hay que ilusionarse para poder cerrar brechas, promover el avance y elevar el espíritu creativo.
Así nos encontramos los españolitos de a pie. Una de las dos Españas nos helará el corazón. No puedo estar más de acuerdo con Machado. A las pruebas me remito. Nos encontramos constantemente con una imposición llegada desde arriba que te “invita” amablemente a tomar partido.
La Fundación Querer volvió a demostrar que la ciencia y la solidaridad pueden ir de la mano en una velada única que combinó compromiso, emoción y espectáculo. Más de 400 personas se dieron cita en el Hotel Rosewood Villa Magna de Madrid para celebrar su ya tradicional XI Cena Solidaria, un auténtico broche de oro a toda una semana de jornadas educativas sobre neurociencia infantil por donde han pasado varios de los especialistas más reputados del mundo.
La humanidad se halla en una situación de inestabilidad total, no sabe escucharse para oírse, tampoco acierta a discernir para entrar en diálogo, enfrentándose a múltiples crisis, por falta de respeto hacia sus semejantes. Aguzar el oído, en un mundo cambiante como el actual, es esencial para poder atendernos y entendernos.
La Universidad de Columbia realizó esta semana su ceremonia de graduación, en la que miles de estudiantes recibieron sus títulos académicos. Sin embargo, la ausencia obligada de algunos estudiantes opacó la jornada, generó protestas y puso de manifiesto que la solidaridad con el pueblo palestino entre el alumnado, el cuerpo docente y el personal de la Universidad de Columbia permanece vigente, pese a los esfuerzos de la institución por suprimirla.
Pongámonos en camino, despertémonos a la vida, salgamos de la pasividad y abrámonos a la escucha hasta sentirnos libres, porque realmente necesitamos reencontrarnos en comunión, abrir las rejas en las que nos encerramos en ocasiones, para que cada uno de nosotros, podamos trazar diferentes horizontes de paz y concordia.
Ningún ser humano, por sí mismo, puede vivir. Necesitamos florecer unidos, ayudados entre sí, acogiendo pulsos y recogiendo sentimientos. El enfrentamiento entre análogos es el mayor absurdo humanitario. A diario se destruyen miles de existencias en cualquier parte del mundo, por el afán de dominación entre semejantes, mientras el derecho humanitario ha sido desestimado y dejado de oírse.
Fiel a su compromiso con la sostenibilidad, la economía circular y la participación de su comunidad, Islazul presenta 'Fashionistas', una experiencia pionera que fusiona moda y conciencia medioambiental, convirtiéndose en un laboratorio de tendencias donde los visitantes podrán transformar sus prendas, intercambiarlas y colaborar en una gran acción solidaria.
Con más de tres décadas de trayectoria, Rafael Plaza Aragonés ha demostrado que la fotografía puede ser mucho más que arte: puede ser conciencia, puede ser voz, puede ser refugio. Desde los frentes más duros de la guerra hasta los pasillos silenciosos de hospitales infantiles, su cámara no ha sido solo testigo de la historia, sino partícipe de ella.
Hoy la humanidad, desmemoriada, inhumana y deshumanizada, debe cultivar como jamás la visión del alma y someterse a la operación mística del reencuentro. En consecuencia, hemos de hacer un alto en el camino, ya no sólo para adquirir aliento, sino también para tomar conciencia de lo que uno es y representa.
Tomar el camino correcto no es nada fácil, tras las caídas hace falta soportarse a sí mismo y no vagar por cañadas que nos hunden en nuestras propias miserias humanas. Para ello, hay que aprender a quererse uno mismo, con amor sano y saludable. Todo requiere su quehacer, comenzando por amar el trabajo y no dejar que nazca el enfermizo virus de la ociosidad.
La campaña de persecución que el Gobierno de Trump está llevando a cabo contra estudiantes extranjeros acusados de sostener opiniones que no le agradan se está intensificando y ha sembrando el miedo, separado familias y forzado a muchas personas a vivir en la clandestinidad o a abandonar Estados Unidos.
Es un lugar común que habitamos una época de individualismo feroz donde el narcisismo egoísta es más o menos una conducta social apegada a la piel de cada persona. Sin embargo, contrasta con este hecho casi incontrovertible la cantidad de solidaridad y caridad estructurada alrededor de organizaciones sociales y benéficas que hacen del altruismo estandarizado su razón ética o moral de ser. Su generosidad resulta inatacable: dan sin esperar nada a cambio.
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