Sobre la verdadera familia hombre y mujer, padre y madre, hijos, nietos, etc., se han asentado todas las culturas y civilizaciones que el hombre ha ido sembrando a lo largo del recorrido de la historia.
En estos días, en estos años porque llevamos así algún tiempo, los ataques a la familia, la única verdadera familia, aparecen cada día desde los más diferentes ángulos de la sociedad: desde los gobiernos, medios de comunicación, grupos de ciudadanos de aquí y allá; y no digamos de las diversas asociaciones ideológicas, desde la “cultura woke”, hasta las más variadas lgtbiq… (en cada punto cada lector puede añadir la letra que quiera, que todo cabe).
Da la impresión de que algunos quieren hacer surgir una nueva civilización sin la familia, quitando el derecho de los padres a educar a sus hijos, imponiendo ideologías que desvinculan a los hijos de los padres por los caminos más variados, dejando en manos de los políticos de turno y de esas “ideologías”, la tarea de re-educar a los hijos en las escuelas públicas. Tratan de manipular su cabeza, incitando sus instintos, para tratar –en nombre de una “libertad” a gusto de los manipuladores- de convertirlos en marionetas a placer de políticos depravados y de depravados sexuales.
El hombre, por mucho que se empeñe y por muchos millones de euros que tire a la basura en ese empeño, llevándolo a cabo con el diablo o sin él, no conseguirá nunca romper ni cambiar el orden de la creación: “hombre y mujer los creó”. Pienso que la celebración de la fiesta de San José, Cabeza de Familia, puede ser un motivo de seguir hablando de las virtudes y necesidades de la familia para la sociedad actual.
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