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Opinión
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Las draconianas sanciones financieras y deportivas contra Rusia no están deteniendo a Putin

​Ucrania: la guerra más riesgosa de este milenio

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Al entrar al noveno día de la guerra en Ucrania las tropas rusas ya han entrado a combatir por el control de sus dos mayores urbes (la capital Kiev y Járkov), mientras que vienen capturando los principales puertos del centro y este de ese país y van penetrando desde el sur, el este, el norte y el noreste.


Kiev acusa a Moscú de haber puesto en peligro a la humanidad cuando se apoderaron de la mayor planta nuclear europea bajo fuego, cosa que Rusia rechaza. Mientras Ucrania ha llegado a reclamar en la primera semana del conflicto que habían matado a unos 7 mil invasores, el Kremlin solo reconoce una cifra menos de diez veces inferior a esta.


Las draconianas sanciones financieras y deportivas contra Rusia no están deteniendo a Putin, sino que le están alentando a buscar una victoria militar. Moscú plantea que su meta no es ocupar a su vecino, sino desmilitarizarlo y "desnazificarlo", lo que a la postre implica producir un cambio de régimen colocando en el poder a alguna figura nativa opuesta a la OTAN u obligando a Zelenskyy a capitular.


El presidente ucraniano se la para quejando de la OTAN porque esta no interviene el espacio aéreo o les manda aviones o drones, pero la alianza occidental no se atreve a ir a una confrontación directa, la misma que pudiese producir una hecatombe atómica.


Ello implicaría reconocer que la OTAN ha empujado a su Gobierno a enfrentarse a Putin, sin que esta se encuentre dispuesta a asumir todas las consecuencias. Es decir, les ha empujado al "matadero".

Mientras tanto, ya hay más de un millón de ucranianos que han fugado de su república creando una colosal crisis de refugiados en la UE, la cual va a ir creciendo.


Las posibilidades de que Zelenskyy logre detener el avance ruso no son muy grandes. En el mejor de los casos a lo que apuntan es hacia crear la mayor cantidad de bajas posibles a sus atacantes, pero lo más probable es que las tropas de Putin progresivamente van a ir logrando expandirse hasta controlar los principales puntos del centro y este de Ucrania, incluyendo su capital.


El pueblo ucraniano ha sido condenado a padecer tremendas adversidades como parte de la confrontación entre Washington y Moscú en torno a zonas de influencias. Esto implica que se han convertido en el campo de batalla entre una OTAN que les manda armas y les endeuda enormemente y un Kremlin que no quiere permitir que la mayor moalición militar de la historia se extienda más hasta sus fronteras.


Una posible salida pudiese ser el que la OTAN renuncie a expandirse a otros países europeos, que se vuelva a reconocer al ruso como idioma cooficial y que se acepten los resultados de los referéndums por la independencia del Donbás y Crimea (o se convoquen unos nuevos), algo que debiera darse de la mano con el retiro inmediato y total de las fuerzas armadas intervencionistas y la eliminación de todas las sanciones.


TODOS CONTRA RUSIA


Rusia ha sido sometida a las peores sanciones que se hayan dado en la humanidad, posiblemente desde la II Guerra Mundial. Ni siquiera durante la guerra fría Moscú fue tan castigado. Estas van desde las de corte financiero hasta las mediáticas y deportivas.


Se supone que las democracias occidentales se basan en la libertad de empresa y de información, así como en la sacrosanta propiedad privada. No obstante, todo banco, corporación o millonario de origen ruso tienen ahora sus bienes confiscados o intervenidos, y todo ello sin derecho a la defensa. Rusia ha sido vetada de participar en el sistema Swift de intercambio inmediato de transacciones monetarias internacionales y sus billonarias cuentas en el exterior (tanto de su Estado como de varios de sus ciudadanos) han sido congeladas.


La Unión Europea (UE) ha decidido proscribir a los canales de TV rusos de sus sistemas de cables y Youtube y otras redes sociales. El miércoles 2 de marzo mientras estaba escribiendo esta nota a las 5 pm se cortó la transmisión del canal de RT que estaba viendo en Inglaterra. Esta noticia no aparece en los medios europeos donde solamente se habla de la censura dentro de Rusia.


En medio de una guerra, que puede llegar a ser la primera de corte nuclear en la historia, los europeos están condenados a solo recibir informes parcializados de una prensa que constantemente les reporta un único lado de la moneda. Facebook ha bloqueado a Russian TV, pero ha abierto sus páginas al Batallón Azov y a otros grupos paramilitares abiertamente hitleristas que torturan, queman vivos, asesinan y decapitan civiles rusos reivindicando a los héroes y a los símbolos del nazismo ucraniano que junto a las SS masacraron a millones de sus compatriotas, y a soviéticos, rusos, polacos y judíos.


Rusia ha sido expulsada de toda competencia deportiva, incluida las del mundial de fútbol, pese a que fue el anfitrión de la pasada copa. A los atletas rusos y bielorrusos de los juegos paralímpicos de invierno que comienzan este fin de semana en Beijing se les ha permitido participar como individuos, pero sin poder usar sus camisetas o banderas nacionales y sin que se entonen sus himnos patrios. Roman Abramovich, el millonario ruso que, al comprar al Chelsea FC lo trasformó en uno de los mejores equipos de Europa, le han obligado en los hechos a rematarlo.


La sede de la copa FIFA 2022 es Qatar, el primer país en organizar tal evento en tener menos de 2 millones de ciudadanos, poseer un clima muy hostil y nunca haber jugado en cualquier previa mundial. Este diminuto país, gracias a sus grandes riquezas, ha financiado grupos terroristas binladenistas y la destrucción militar de Libia y Siria. Qatar, además, tiene una monarquía absolutista donde la inmensa mayoría de quienes viven allí no tienen derechos, hay una inmensa disparidad social entre los petro-oligarcas y los obreros que sobreviven en inhumanas pocilgas laborando el doble de tiempo de la jornada laboral mundial. Allí más de 6,500 trabajadores han muerto en las construcciones de las obras por el mundial, existe la pena de muerte, la mujer carece de derechos (la poligamia es normal en las elites) y no hay sindicatos.


Cuando a Israel se le sindica de bombardear o maltratar palestinos o de haber violado resoluciones de la ONU para anexarse la Jerusalén oriental y otras zonas que fueron antes de Jordania y el Golán sirio, a este país simplemente se le hace jugar en la liga europea (pese a encontrarse en el Asia al lado del África). A EEUU, Francia o Reino Unido y todos los otros países que bombardearon y destrozaron a Yugoslavia, Irak o Libia ni se les toca, como también pasa lo mismo con los 2 mayores vecinos de Qatar (Arabia Saudita y Emiratos) quienes han masacrado a decenas de miles al invadir Yemen. Tampoco se toca a Colombia, la república occidental con más asesinatos extrajudiciales de líderes sociales, a Birmania por la limpieza étnica de sus musulmanes, o a otras naciones sindicadas de hacer atrocidades (incluyendo China, la cual el 4-20 de febrero fue anfitriona de las olimpiadas de invierno). Por último, hay que recordar que las dictaduras de Mussolini en Italia organizó el Mundial de 1934 y la de Hitler en Alemania las Olimpiadas de 1936.


Al querer transformar a Rusia en el paria del globo se han venido produciendo importantes cambios. Por primera vez en la historia Suiza ha roto su neutralidad financiera (pues ha sancionado a Rusia, algo que nunca había hecho ni con los nazis ni con ninguna otra autocracia del planeta), Alemania ha enviado armas de guerra a un antiguo territorio soviético que los nazis invadieron y desangraron (cuando se supone que después de la derrota de Hitler debía frenarse toda posible intervención militar externa) y Suecia (militarmente neutral) también destine armamento a Ucrania.


En la ofensiva económica contra Rusia se busca hacer que Alemania y los países del centro europeo (que tanto dependían del gas barato ruso para calentar sus hogares en invierno y para sus industrias) ahora se vean obligados a romper con ese mercado e ir a adquirir gas a precios mayores, el cual va a ser suministrado por multinacionales (especialmente anglo-americanas) que le transporten desde el Medio Oriente o generando nuevos pozos en EEUU (generando nuevos problemas para el medio ambiente con técnicas de bombeo y contaminación de agua o perforando en Alaska).


Europarlamentarios de la extrema derecha e izquierda han cuestionado esa orientación. Los euroescépticos critican a la UE porque sus acciones implicas empujar a Rusia fuera de Europa y en dirección a consolidar su bloque con China, Irán y las 9 naciones centroasiáticas que conforman el bloque de Beijing. Los comunistas y socialistas radicales conciben que la OTAN debe desaparecer pues es quien ha alentado el conflicto.


Sin embargo, en el parlamento británico TODOS los partidos se han alineado con la ofensiva antirrusa (desde separatistas de Escocia y Gales hasta laboristas y conservadores), lo mismo que ha pasado con el grueso de los partidos de las derechas e izquierdas "moderadas" y el centro europeos, desde los socialistas ibéricos y los verdes hasta los liberales y los socialcristianos germanos.

La incursión rusa en Ucrania ha jugado en contra de los intentos de Putin de dividir a la UE y, más bien, ha unido a esta en su contra. La ruso-fobia viene acercando a las anteriormente fragmentadas OTAN y UE. Mientras Donald Trump trató de menospreciar a la OTAN y de escindir a la UE, Joe Biden ha unido a estas creando un nuevo enemigo común. Ya no es el peligro del "comunismo", sino de una especie de neo-zarismo, como le describen.


DE PRO-PUTINISTAS A ANTI-PUTINISTAS


Con Putin viene pasando un fenómeno que recuerda al de Saddam Hussein, al cual inicialmente Occidente armó y financió para que atacara a la revolución iraní de 1979 e hiciera contra esta la guerra de 1980-88 que costó un millón de muertos. Entonces, las "democracias liberales" se hacían los de la vista de gorda cuando el dictador de Bagdad lanzaba gases venenosos proporcionados por Francia a miles de sus compatriotas kurdos. Empero, cuando en 1991 Hussein pensó que la OTAN le iba a permitir recapturar Kuwait (así como antes a Indonesia le permitieron hacer lo mismo con Timor Este y a Marruecos con Sahara Occidental), las petro-monarquías arábigas y sus socios occidentales cambiaron de posición y se lanzaron a atacarlo. En el 2003, finalmente, Busch hijo decidió poner punto final a lo que inició su padre y terminó invadiendo a Irak y ejecutando a su ex aliado Hussein.


Putin fue inicialmente uno de los hombres de confianza de Boris Yeltsin, el excomunista ruso que en 1991 desintegró a la URSS, destronó al Partido Comunista, restableció el capitalismo y alineó a Moscú tras Washington. Cuando Putin hizo sus ofensivas militares contra el separatismo de Chechenia, Occidente volvió a hacerse el de la vista gorda pese a que esta nación musulmana con un idioma caucásico y una historia de resistencia contra Rusia fuese sofocada brutalmente y su capital Grozny quedase arrasada. Entonces, se le toleraba a Putin pues él no se oponía a las guerras que EEUU libraba en Afganistán 2001 o Irak 2003.


A medida que Putin se fue consolidando, él decidió que era hora de parar la expansión de la OTAN al este, la misma que, tras la disolución de la URSS en 1991, había ido gradualmente expandiéndose (junto con la UE) hacia todos los demás países que llegaron a ser parte del fenecido Pacto de Varsovia (Alemania oriental que fue anexada por la Alemania occidental, Polonia, Hungría, las repúblicas checas y eslovaca, Rumanía y Bulgaria), además de las 3 ex repúblicas soviéticas del Báltico (Lituania, Estonia y Letonia).


Por esas razones Putin invadió Georgia y luego Ucrania. En todas esas naciones él creó repúblicas separatistas prorrusas (las de Abjasia y Osetia del Sur en Georgia y las de Crimea, Luhansk y Donetsk en Ucrania), una táctica similar a la que había empleado en Moldova al escindir a la Transnistria eslava de la mayoría rumano-hablante.


Algo que ha irritado mucho a la OTAN es la actitud de Rusia en la guerra civil siria. Washington esperaba que Moscú no se metiese en dicha guerra, así como no lo había hecho cuando esta destrozó a Afganistán, Irak y Libia. Empero, Siria era un viejo aliado de Rusia y de Irán, además de brindarle en su costa a Moscú su única base naval en el Mar Mediterráneo. La alianza militar entre Rusia, Irán, Hizbola del Líbano y el Gobierno de Assad en Damasco logró vencer a las fuerzas armadas y financiadas por EEUU y las petro-monarquías arábigas. Turquía, la cual inicialmente se enfrentó a Assad acabó coqueteando con el eje ruso-iraní debido al fracaso de una intentona golpista contra su Presidente Erdogan, la cual fue planificada desde EEUU. Con ello cambió la correlación de fuerzas en el Medio Oriente pues Teherán pudo crear su "arco chiita" que va desde zonas afganas al este hasta Líbano en el oeste pasando por Irak y Siria. A este los ayatolas lo denominan como el "Eje de la Resistencia" y en este incluyen a la Yihad Islámica y al Hamas que controlan Gaza y partes de Palestina, así como a los hutíes que gobiernan Sana'a, la capital del Yemen que resiste la invasión de los sauditas y emiratíes.


Además de todo ello, Rusia ha generado una alianza militar con la Venezuela chavista, a la cual EEUU ha buscado socavar, con Cuba, con Bolivia y con Nicaragua. Lo más grave de todo es que Moscú y Beijing, que llegaron a ser enemigos mortales en la última fase de Mao Tsé Tung, ahora conforman un bloque anti-EEUU que domina el grueso de la mayor masa terrestre (Eurasia). China, por su parte, ya viene alcanzando a EEUU como la principal potencia económica y espacial. Los chinos han desplazado a los norteamericanos como el principal socio comercial de muchas repúblicas sudamericanas (incluyendo los derechistas Chile y Brasil), asiáticas y africanas.


De allí que para Washington es esencial cortar la influencia de Moscú en Europa y en el mundo, y la guerra en Ucrania les ha caído como anillo en el dedo. Si antes Occidente simpatizaba con Putin, ahora él es presentado como un "monstruo" o un Putler (una variante de Hitler).


UCRANIA


Durante más de 3 meses Putin estuvo tratando de asustar a Ucrania con la perspectiva de una guerra. En su frontera colocó 150 mil hombres y luego hizo ejercicios militares conjuntos con Belarús y dentro de esta iba mostrando armamento capaz de llevar ojivas nucleares. Con esos métodos Putin buscaba lograr lo mismo que EEUU consiguió hace 6 décadas cuando pudo presionar a la URSS a que desista de enviar misiles atómicos a Cuba que apunten contra Norteamérica. No obstante, Biden no ha querido ceder.


Es más, en el fin de semana previo a la guerra se dio una conferencia en Múnich donde el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo a los mandatarios occidentales que él quería que Ucrania entre a la OTAN y que vuelva a tener armas nucleares, lo cual fue visto como por Putin como una provocación que no podía dejar pasar.


A inicios de los 1990 en el suelo de Ucrania había más bombas atómicas que en la suma de China, Francia y Reino Unido, pero este país cuando se independizó decidió remover estas para lograr una serie de créditos financieros. Como Putin sabe que Kiev aún mantiene gran parte de esa infraestructura y muchos de los técnicos especializados en energía atómica, su temor es que Ucrania pueda volver a tener misiles nucleares, los mismos que esta vez estuvieran bajo un régimen hostil que pudiese hacerlos llegar en 5 minutos a Moscú.


Su otra precaución es que si Ucrania entra a la OTAN esta pudiese invocar a todo esta en sus intentos para recuperar Crimea (que Rusia ha anexado) y a Luhansk y Donetsk (dos repúblicas de habla rusa que el Kremlin ha defendido y que hoy ya reconoce su independencia). Putin, al parecer, no ha querido llegar al extremo de ingresar a Ucrania, pero se ha visto presionado a hacer ello por la negativa de la OTAN de darle garantías.


Mientras Boris Johnson habla de que la OTAN es una alianza defensiva, los rusos le recuerdan que esta bombardeó Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia y Siria, y que los EEUU han atacado Somalia, Pakistán y otros países del viejo mundo, además de haber invadido y ocupado Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Panamá, Nicaragua, Granada y México y haber impulsado decenas de golpes militares en todo el mundo.


En vano, Moscú ha pedido a la OTAN a que retire sus bases que apuntan cohetes atómicos en contra suya y que se encuentran estacionados en Polonia, Rumanía y el Báltico, en tanto que EEUU tiene otras bases que pueden atacar a Rusia desde el sur, el oeste y el norte (a través de cruzar el polo norte).


El ingreso de tropas rusas a Ucrania ha transformado a Zelenski en un héroe nacional e internacional, ha hecho que en Reino Unido se deje de cuestionar al Premier Boris Johnson por los escándalos de haber violado sus propias reglas durante la cuarentena y ha convertido a Jose Biden en un líder del "mundo libre". Hasta la guerra estos 3 mandatarios estaban en capa caída en sus respectivas naciones, situación que ahora han revertido.


Los EEUU, que han estado acostumbrados a quedar en minoría extrema en varias asambleas generales de la ONU, ahora han volteado la tortilla y han puesto en una similar situación a sus rivales rusos. Los demócratas han logrado ahora algo que no consiguieron con sus anteriores presidentes (como Barack Obama o Bill Clinton) pues vienen aprovechando la guerra ucraniana para unir a toda Europa, Oceanía, Japón y Corea del Sur en un bloque. Todos los noticieros occidentales presentan la imagen de que están unidos por la defensa de un nuevo David contra un Goliat, pues Ucrania es una nación que lucha por su propia existencia frente al abuso del oso ruso.


Paradójicamente, toda esta prensa ignora que en el 2014 se produjo un levantamiento y un golpe contra un Gobierno constitucional popularmente electo, el cual fue promovido por EEUU y la UE y en cuyas fuerzas de choque se destacaron bandas abiertamente nazis. En Ucrania, que es un país bilingüe, se eliminó al ruso como idioma cooficial y se quiso reprimir la cultura rusa y la reivindicación de los héroes de la revolución soviética y de la guerra antinazi. Mientras que al Partido Comunista, que llegó a ser el más grande y votado de Ucrania, se le proscribía, al igual que a otras formaciones de izquierda, se alentaban a las bandas de Stepan Bandera, el comandante de las fuerzas ucranianas que colaboraron con las SS.


Hoy Ucrania es el único país del mundo donde actúan impúnemente paramilitares que reivindican a las fuerzas hitlerianas durante la II Guerra Mundial, las mismas que han sido responsables de numerosas atrocidades desde el 2014: como el haber quemado vivos a 48 personas en la casa de los sindicatos en Odesa (y disparar o matar a golpes a los que se escapaban del incendio hecho por ellos) y por el asesinato en masa de miles de ucranianos de lengua materna rusa, desde esa fecha hasta hoy.


En el 2014, mientras en Reino Unido se dio un pacífico referéndum sobre la independencia de Escocia, en el cual ambas partes se comprometieron a respetar, en Ucrania, el Gobierno nacionalista post-golpe se negó a respetar los resultados de los referéndums en Crimea, Luhansk y Donetsk. Su respuesta fue condenar a esos pueblos como "terroristas". A Crimea no la pudieron invadir pues Rusia mandó tropas para protegerla y anexarla tras que más del 90% de sus habitantes decidieron retornar a Rusia, del cual formaron parte hasta antes de 1954. Empero, se estima que unas 14,000 personas fueron muertas en los constantes e imparables combates en Luhansk y Donetsk, donde Kiev logró recuperar 2/3 de ambos territorios, aunque las autodenominadas "repúblicas populares" ruso-hablantes siguieron controlando las capitales de ambos. Civiles rusos en esas 2 regiones han sido víctimas de constantes bombardeos y matanzas, las cuales incluyen a menores de edad. Numerosas fosas comunes han venido siendo encontradas con cadáveres mutilados.


PERSPECTIVAS


Es difícil saber bien lo que pasa realmente en Ucrania debido a la extrema censura y parcialidad de los medios. Mientras escribimos esta nota (inicio del día 8 de la guerra), la BBC informa de que hay como 7 mil soldados rusos y menos de 500 ucranianos muertos. Esto último es difícil de creer pues se supone que los atacantes tienen amplia superioridad bélica. De ser cierto ello, esto implicaría demasiada cautela rusa de no querer atacar blancos civiles, a punto de descuidar a sus propias tropas.


Hay muchas escenas de guerra que, en verdad, son tomadas de otros conflictos (y hasta de juegos electrónicos o trucos de filmación) y hay versiones muy contradictorias. Lo cierto es que los rusos se han ido moviendo con cierta cautela buscando, no una "guerra relámpago" total y devastadora al estilo de Hitler, sino buscando tratar de avanzar posiciones y cercar al enemigo obligándole a ceder o rendirse.


Combates en las 2 principales ciudades de Ucrania ya se han iniciado (Járkov y Kiev, la capital). Esta última va a ser el centro de la batalla, pues allí constantemente aparece Zelenski queriendo demostrar que él está a cargo de la resistencia. Los rusos han venido avanzando para reconquistar todo Luhansk y Donetsk y han logrado penetrar mucho desde el sur y desde el este. Putin viene eludiendo atacar la Ucrania occidental históricamente tan antirrusa (fue antes parte de Polonia, Eslovaquia, Rumanía o Austria-Hungría) y no ha desembarcado en Odesa (el mayor puerto de Ucrania que se encuentra al sudoeste), pues parece que su fin es capturar buena parte del sur y del este, así como las 2 mayores urbes ucranianas.


Los primeros intentos de negociar en la frontera entre Ucrania y Belarús no han llegado a resultados concretos, aunque se habla de que Putin y Zelenski pudiesen ir hacia una cumbre. Por el momento es difícil encontrar puntos de acuerdo pues Moscú demanda la "desmilitarización" y "desnazificación" de Ucrania, lo que implica que Ucrania renuncie a dotarse de armas atómicas o de ingresar a la OTAN o la UE, que sean proscritos y procesados varios grupos nazis acusados de haber desencadenado los tiroteos de la plaza Maidán en 2014 y que la lengua rusa vuelva a ser cooficial garantizándose la autodeterminación nacional de las regiones mayoritarias ruso-hablantes de Ucrania.


Kiev, por su parte, exige un inmediato cese al fuego y que Rusia repliegue todas sus tropas, en tanto que se le permita ingresar inmediatamente a la UE. Zelenski, además, ha pedido que la OTAN garantice que el cielo ucraniano quede libre, algo que rechaza Johnson aduciendo que ello implicaría ir a una guerra directa con Rusia. Ucrania ha distribuido miles de armas a todo el mundo y ha liberado a numerosos presos para enrolarlos en sus filas, todo lo cual puede dar paso a que se armen grupos de bandidos o que crezcan las bandas nazis (algo que ya viene pasando). Mientras Moscú dice que eso es una muestra de debilidad, Kiev responde lo mismo a Moscú cuando esta ha dispuesto poner en alerta a sus fuerzas nucleares y a su flota en el océano Pacífico.


En los hechos la guerra de Ucrania se ha transformado en una entre Washington y Moscú. La OTAN no se atreve a enviar tropas, pero manda miles de armas de diverso tipo, les brinda apoyo logístico y entrenadores y ahora organiza miles de voluntarios extranjeros (dentro de los cuales no faltarán muchos oficiales muy entrenados). A eso se suma una feroz guerra económica.


En Occidente se especula qué pasaría si Putin gana la guerra sosteniendo que su siguiente objetivo podría ser avanzar sobre Moldova o sobre algún país integrante de la OTAN. Sinceramente, creo que ese último objetivo no es posible. Más bien, una victoria de la OTAN en esta guerra implicaría una ulterior desintegración de Rusia, pues Occidente animaría una serie de movimientos separatistas en su interior.


Putin ha pedido al ejército ucraniano que se rebele y tome el poder. Para él lo ideal es un "cambio de régimen" en Ucrania para que este país, junto con Rusia y Belarús, vuelvan a restablecer su tradicional alianza eslava ortodoxa. El objetivo occidental es el de que Rusia quede atrapado en un nuevo Afganistán animando a los ucranianos a resistir con todo y, de esta manera, terminar produciendo un "cambio de régimen", pero en Moscú.


Putin quiere demostrar que con él Rusia ha recuperado un alto poderío militar (tiene más misiles nucleares y armas hipersónicas y sofisticadas que la OTAN, aunque esta última le gana en cantidad de armas y hombres), pero su talón de Aquiles es que sus rivales controlan la mitad de la economía global, la cual buscan cerrar a sus rivales para querer estrangularle. Pese a sus inmensas reservas naturales y a su tesoro, no sabemos por cuánto tiempo Moscú va a resistir económicamente. El rublo y la bolsa de valores de Moscú han caído drásticamente. Para sobrevivir Rusia debe estrechar sus lazos con Oriente, particularmente con China, algo que puede ayudar a esta última en su carrera contra EEUU.


Y, mientras todo esto se produce, el peligro de una escalada en el conflicto pudiese llevar al primer conflicto nuclear de la historia. Los ucranianos empiezan a pagar en carne propia lo mismo que ha pasado con los eslavos del sur (Yugoslavia) y con otros pueblos del Medio Oriente. Una nación con más de 40 millones de habitantes y con el mayor territorio en Europa (fuera de Rusia) es ahora el campo de batalla entre los intereses de Washington que quiere volver a ser la única megapotencia y Moscú que quiere evitar su avance. En ese conflicto miles han de morir y millones podrán acabar desplazados.


PS- Dedico esta nota a la memoria de mi bisabuela y de toda mi familia materna originaria que se quedó en los 1940 en Ucrania o Moldova, todos los cuales fueron exterminados por los nazis o sus aliados locales.

​Ucrania: la guerra más riesgosa de este milenio

Las draconianas sanciones financieras y deportivas contra Rusia no están deteniendo a Putin
Isaac Bigio
sábado, 5 de marzo de 2022, 12:05 h (CET)

Al entrar al noveno día de la guerra en Ucrania las tropas rusas ya han entrado a combatir por el control de sus dos mayores urbes (la capital Kiev y Járkov), mientras que vienen capturando los principales puertos del centro y este de ese país y van penetrando desde el sur, el este, el norte y el noreste.


Kiev acusa a Moscú de haber puesto en peligro a la humanidad cuando se apoderaron de la mayor planta nuclear europea bajo fuego, cosa que Rusia rechaza. Mientras Ucrania ha llegado a reclamar en la primera semana del conflicto que habían matado a unos 7 mil invasores, el Kremlin solo reconoce una cifra menos de diez veces inferior a esta.


Las draconianas sanciones financieras y deportivas contra Rusia no están deteniendo a Putin, sino que le están alentando a buscar una victoria militar. Moscú plantea que su meta no es ocupar a su vecino, sino desmilitarizarlo y "desnazificarlo", lo que a la postre implica producir un cambio de régimen colocando en el poder a alguna figura nativa opuesta a la OTAN u obligando a Zelenskyy a capitular.


El presidente ucraniano se la para quejando de la OTAN porque esta no interviene el espacio aéreo o les manda aviones o drones, pero la alianza occidental no se atreve a ir a una confrontación directa, la misma que pudiese producir una hecatombe atómica.


Ello implicaría reconocer que la OTAN ha empujado a su Gobierno a enfrentarse a Putin, sin que esta se encuentre dispuesta a asumir todas las consecuencias. Es decir, les ha empujado al "matadero".

Mientras tanto, ya hay más de un millón de ucranianos que han fugado de su república creando una colosal crisis de refugiados en la UE, la cual va a ir creciendo.


Las posibilidades de que Zelenskyy logre detener el avance ruso no son muy grandes. En el mejor de los casos a lo que apuntan es hacia crear la mayor cantidad de bajas posibles a sus atacantes, pero lo más probable es que las tropas de Putin progresivamente van a ir logrando expandirse hasta controlar los principales puntos del centro y este de Ucrania, incluyendo su capital.


El pueblo ucraniano ha sido condenado a padecer tremendas adversidades como parte de la confrontación entre Washington y Moscú en torno a zonas de influencias. Esto implica que se han convertido en el campo de batalla entre una OTAN que les manda armas y les endeuda enormemente y un Kremlin que no quiere permitir que la mayor moalición militar de la historia se extienda más hasta sus fronteras.


Una posible salida pudiese ser el que la OTAN renuncie a expandirse a otros países europeos, que se vuelva a reconocer al ruso como idioma cooficial y que se acepten los resultados de los referéndums por la independencia del Donbás y Crimea (o se convoquen unos nuevos), algo que debiera darse de la mano con el retiro inmediato y total de las fuerzas armadas intervencionistas y la eliminación de todas las sanciones.


TODOS CONTRA RUSIA


Rusia ha sido sometida a las peores sanciones que se hayan dado en la humanidad, posiblemente desde la II Guerra Mundial. Ni siquiera durante la guerra fría Moscú fue tan castigado. Estas van desde las de corte financiero hasta las mediáticas y deportivas.


Se supone que las democracias occidentales se basan en la libertad de empresa y de información, así como en la sacrosanta propiedad privada. No obstante, todo banco, corporación o millonario de origen ruso tienen ahora sus bienes confiscados o intervenidos, y todo ello sin derecho a la defensa. Rusia ha sido vetada de participar en el sistema Swift de intercambio inmediato de transacciones monetarias internacionales y sus billonarias cuentas en el exterior (tanto de su Estado como de varios de sus ciudadanos) han sido congeladas.


La Unión Europea (UE) ha decidido proscribir a los canales de TV rusos de sus sistemas de cables y Youtube y otras redes sociales. El miércoles 2 de marzo mientras estaba escribiendo esta nota a las 5 pm se cortó la transmisión del canal de RT que estaba viendo en Inglaterra. Esta noticia no aparece en los medios europeos donde solamente se habla de la censura dentro de Rusia.


En medio de una guerra, que puede llegar a ser la primera de corte nuclear en la historia, los europeos están condenados a solo recibir informes parcializados de una prensa que constantemente les reporta un único lado de la moneda. Facebook ha bloqueado a Russian TV, pero ha abierto sus páginas al Batallón Azov y a otros grupos paramilitares abiertamente hitleristas que torturan, queman vivos, asesinan y decapitan civiles rusos reivindicando a los héroes y a los símbolos del nazismo ucraniano que junto a las SS masacraron a millones de sus compatriotas, y a soviéticos, rusos, polacos y judíos.


Rusia ha sido expulsada de toda competencia deportiva, incluida las del mundial de fútbol, pese a que fue el anfitrión de la pasada copa. A los atletas rusos y bielorrusos de los juegos paralímpicos de invierno que comienzan este fin de semana en Beijing se les ha permitido participar como individuos, pero sin poder usar sus camisetas o banderas nacionales y sin que se entonen sus himnos patrios. Roman Abramovich, el millonario ruso que, al comprar al Chelsea FC lo trasformó en uno de los mejores equipos de Europa, le han obligado en los hechos a rematarlo.


La sede de la copa FIFA 2022 es Qatar, el primer país en organizar tal evento en tener menos de 2 millones de ciudadanos, poseer un clima muy hostil y nunca haber jugado en cualquier previa mundial. Este diminuto país, gracias a sus grandes riquezas, ha financiado grupos terroristas binladenistas y la destrucción militar de Libia y Siria. Qatar, además, tiene una monarquía absolutista donde la inmensa mayoría de quienes viven allí no tienen derechos, hay una inmensa disparidad social entre los petro-oligarcas y los obreros que sobreviven en inhumanas pocilgas laborando el doble de tiempo de la jornada laboral mundial. Allí más de 6,500 trabajadores han muerto en las construcciones de las obras por el mundial, existe la pena de muerte, la mujer carece de derechos (la poligamia es normal en las elites) y no hay sindicatos.


Cuando a Israel se le sindica de bombardear o maltratar palestinos o de haber violado resoluciones de la ONU para anexarse la Jerusalén oriental y otras zonas que fueron antes de Jordania y el Golán sirio, a este país simplemente se le hace jugar en la liga europea (pese a encontrarse en el Asia al lado del África). A EEUU, Francia o Reino Unido y todos los otros países que bombardearon y destrozaron a Yugoslavia, Irak o Libia ni se les toca, como también pasa lo mismo con los 2 mayores vecinos de Qatar (Arabia Saudita y Emiratos) quienes han masacrado a decenas de miles al invadir Yemen. Tampoco se toca a Colombia, la república occidental con más asesinatos extrajudiciales de líderes sociales, a Birmania por la limpieza étnica de sus musulmanes, o a otras naciones sindicadas de hacer atrocidades (incluyendo China, la cual el 4-20 de febrero fue anfitriona de las olimpiadas de invierno). Por último, hay que recordar que las dictaduras de Mussolini en Italia organizó el Mundial de 1934 y la de Hitler en Alemania las Olimpiadas de 1936.


Al querer transformar a Rusia en el paria del globo se han venido produciendo importantes cambios. Por primera vez en la historia Suiza ha roto su neutralidad financiera (pues ha sancionado a Rusia, algo que nunca había hecho ni con los nazis ni con ninguna otra autocracia del planeta), Alemania ha enviado armas de guerra a un antiguo territorio soviético que los nazis invadieron y desangraron (cuando se supone que después de la derrota de Hitler debía frenarse toda posible intervención militar externa) y Suecia (militarmente neutral) también destine armamento a Ucrania.


En la ofensiva económica contra Rusia se busca hacer que Alemania y los países del centro europeo (que tanto dependían del gas barato ruso para calentar sus hogares en invierno y para sus industrias) ahora se vean obligados a romper con ese mercado e ir a adquirir gas a precios mayores, el cual va a ser suministrado por multinacionales (especialmente anglo-americanas) que le transporten desde el Medio Oriente o generando nuevos pozos en EEUU (generando nuevos problemas para el medio ambiente con técnicas de bombeo y contaminación de agua o perforando en Alaska).


Europarlamentarios de la extrema derecha e izquierda han cuestionado esa orientación. Los euroescépticos critican a la UE porque sus acciones implicas empujar a Rusia fuera de Europa y en dirección a consolidar su bloque con China, Irán y las 9 naciones centroasiáticas que conforman el bloque de Beijing. Los comunistas y socialistas radicales conciben que la OTAN debe desaparecer pues es quien ha alentado el conflicto.


Sin embargo, en el parlamento británico TODOS los partidos se han alineado con la ofensiva antirrusa (desde separatistas de Escocia y Gales hasta laboristas y conservadores), lo mismo que ha pasado con el grueso de los partidos de las derechas e izquierdas "moderadas" y el centro europeos, desde los socialistas ibéricos y los verdes hasta los liberales y los socialcristianos germanos.

La incursión rusa en Ucrania ha jugado en contra de los intentos de Putin de dividir a la UE y, más bien, ha unido a esta en su contra. La ruso-fobia viene acercando a las anteriormente fragmentadas OTAN y UE. Mientras Donald Trump trató de menospreciar a la OTAN y de escindir a la UE, Joe Biden ha unido a estas creando un nuevo enemigo común. Ya no es el peligro del "comunismo", sino de una especie de neo-zarismo, como le describen.


DE PRO-PUTINISTAS A ANTI-PUTINISTAS


Con Putin viene pasando un fenómeno que recuerda al de Saddam Hussein, al cual inicialmente Occidente armó y financió para que atacara a la revolución iraní de 1979 e hiciera contra esta la guerra de 1980-88 que costó un millón de muertos. Entonces, las "democracias liberales" se hacían los de la vista de gorda cuando el dictador de Bagdad lanzaba gases venenosos proporcionados por Francia a miles de sus compatriotas kurdos. Empero, cuando en 1991 Hussein pensó que la OTAN le iba a permitir recapturar Kuwait (así como antes a Indonesia le permitieron hacer lo mismo con Timor Este y a Marruecos con Sahara Occidental), las petro-monarquías arábigas y sus socios occidentales cambiaron de posición y se lanzaron a atacarlo. En el 2003, finalmente, Busch hijo decidió poner punto final a lo que inició su padre y terminó invadiendo a Irak y ejecutando a su ex aliado Hussein.


Putin fue inicialmente uno de los hombres de confianza de Boris Yeltsin, el excomunista ruso que en 1991 desintegró a la URSS, destronó al Partido Comunista, restableció el capitalismo y alineó a Moscú tras Washington. Cuando Putin hizo sus ofensivas militares contra el separatismo de Chechenia, Occidente volvió a hacerse el de la vista gorda pese a que esta nación musulmana con un idioma caucásico y una historia de resistencia contra Rusia fuese sofocada brutalmente y su capital Grozny quedase arrasada. Entonces, se le toleraba a Putin pues él no se oponía a las guerras que EEUU libraba en Afganistán 2001 o Irak 2003.


A medida que Putin se fue consolidando, él decidió que era hora de parar la expansión de la OTAN al este, la misma que, tras la disolución de la URSS en 1991, había ido gradualmente expandiéndose (junto con la UE) hacia todos los demás países que llegaron a ser parte del fenecido Pacto de Varsovia (Alemania oriental que fue anexada por la Alemania occidental, Polonia, Hungría, las repúblicas checas y eslovaca, Rumanía y Bulgaria), además de las 3 ex repúblicas soviéticas del Báltico (Lituania, Estonia y Letonia).


Por esas razones Putin invadió Georgia y luego Ucrania. En todas esas naciones él creó repúblicas separatistas prorrusas (las de Abjasia y Osetia del Sur en Georgia y las de Crimea, Luhansk y Donetsk en Ucrania), una táctica similar a la que había empleado en Moldova al escindir a la Transnistria eslava de la mayoría rumano-hablante.


Algo que ha irritado mucho a la OTAN es la actitud de Rusia en la guerra civil siria. Washington esperaba que Moscú no se metiese en dicha guerra, así como no lo había hecho cuando esta destrozó a Afganistán, Irak y Libia. Empero, Siria era un viejo aliado de Rusia y de Irán, además de brindarle en su costa a Moscú su única base naval en el Mar Mediterráneo. La alianza militar entre Rusia, Irán, Hizbola del Líbano y el Gobierno de Assad en Damasco logró vencer a las fuerzas armadas y financiadas por EEUU y las petro-monarquías arábigas. Turquía, la cual inicialmente se enfrentó a Assad acabó coqueteando con el eje ruso-iraní debido al fracaso de una intentona golpista contra su Presidente Erdogan, la cual fue planificada desde EEUU. Con ello cambió la correlación de fuerzas en el Medio Oriente pues Teherán pudo crear su "arco chiita" que va desde zonas afganas al este hasta Líbano en el oeste pasando por Irak y Siria. A este los ayatolas lo denominan como el "Eje de la Resistencia" y en este incluyen a la Yihad Islámica y al Hamas que controlan Gaza y partes de Palestina, así como a los hutíes que gobiernan Sana'a, la capital del Yemen que resiste la invasión de los sauditas y emiratíes.


Además de todo ello, Rusia ha generado una alianza militar con la Venezuela chavista, a la cual EEUU ha buscado socavar, con Cuba, con Bolivia y con Nicaragua. Lo más grave de todo es que Moscú y Beijing, que llegaron a ser enemigos mortales en la última fase de Mao Tsé Tung, ahora conforman un bloque anti-EEUU que domina el grueso de la mayor masa terrestre (Eurasia). China, por su parte, ya viene alcanzando a EEUU como la principal potencia económica y espacial. Los chinos han desplazado a los norteamericanos como el principal socio comercial de muchas repúblicas sudamericanas (incluyendo los derechistas Chile y Brasil), asiáticas y africanas.


De allí que para Washington es esencial cortar la influencia de Moscú en Europa y en el mundo, y la guerra en Ucrania les ha caído como anillo en el dedo. Si antes Occidente simpatizaba con Putin, ahora él es presentado como un "monstruo" o un Putler (una variante de Hitler).


UCRANIA


Durante más de 3 meses Putin estuvo tratando de asustar a Ucrania con la perspectiva de una guerra. En su frontera colocó 150 mil hombres y luego hizo ejercicios militares conjuntos con Belarús y dentro de esta iba mostrando armamento capaz de llevar ojivas nucleares. Con esos métodos Putin buscaba lograr lo mismo que EEUU consiguió hace 6 décadas cuando pudo presionar a la URSS a que desista de enviar misiles atómicos a Cuba que apunten contra Norteamérica. No obstante, Biden no ha querido ceder.


Es más, en el fin de semana previo a la guerra se dio una conferencia en Múnich donde el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo a los mandatarios occidentales que él quería que Ucrania entre a la OTAN y que vuelva a tener armas nucleares, lo cual fue visto como por Putin como una provocación que no podía dejar pasar.


A inicios de los 1990 en el suelo de Ucrania había más bombas atómicas que en la suma de China, Francia y Reino Unido, pero este país cuando se independizó decidió remover estas para lograr una serie de créditos financieros. Como Putin sabe que Kiev aún mantiene gran parte de esa infraestructura y muchos de los técnicos especializados en energía atómica, su temor es que Ucrania pueda volver a tener misiles nucleares, los mismos que esta vez estuvieran bajo un régimen hostil que pudiese hacerlos llegar en 5 minutos a Moscú.


Su otra precaución es que si Ucrania entra a la OTAN esta pudiese invocar a todo esta en sus intentos para recuperar Crimea (que Rusia ha anexado) y a Luhansk y Donetsk (dos repúblicas de habla rusa que el Kremlin ha defendido y que hoy ya reconoce su independencia). Putin, al parecer, no ha querido llegar al extremo de ingresar a Ucrania, pero se ha visto presionado a hacer ello por la negativa de la OTAN de darle garantías.


Mientras Boris Johnson habla de que la OTAN es una alianza defensiva, los rusos le recuerdan que esta bombardeó Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia y Siria, y que los EEUU han atacado Somalia, Pakistán y otros países del viejo mundo, además de haber invadido y ocupado Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Panamá, Nicaragua, Granada y México y haber impulsado decenas de golpes militares en todo el mundo.


En vano, Moscú ha pedido a la OTAN a que retire sus bases que apuntan cohetes atómicos en contra suya y que se encuentran estacionados en Polonia, Rumanía y el Báltico, en tanto que EEUU tiene otras bases que pueden atacar a Rusia desde el sur, el oeste y el norte (a través de cruzar el polo norte).


El ingreso de tropas rusas a Ucrania ha transformado a Zelenski en un héroe nacional e internacional, ha hecho que en Reino Unido se deje de cuestionar al Premier Boris Johnson por los escándalos de haber violado sus propias reglas durante la cuarentena y ha convertido a Jose Biden en un líder del "mundo libre". Hasta la guerra estos 3 mandatarios estaban en capa caída en sus respectivas naciones, situación que ahora han revertido.


Los EEUU, que han estado acostumbrados a quedar en minoría extrema en varias asambleas generales de la ONU, ahora han volteado la tortilla y han puesto en una similar situación a sus rivales rusos. Los demócratas han logrado ahora algo que no consiguieron con sus anteriores presidentes (como Barack Obama o Bill Clinton) pues vienen aprovechando la guerra ucraniana para unir a toda Europa, Oceanía, Japón y Corea del Sur en un bloque. Todos los noticieros occidentales presentan la imagen de que están unidos por la defensa de un nuevo David contra un Goliat, pues Ucrania es una nación que lucha por su propia existencia frente al abuso del oso ruso.


Paradójicamente, toda esta prensa ignora que en el 2014 se produjo un levantamiento y un golpe contra un Gobierno constitucional popularmente electo, el cual fue promovido por EEUU y la UE y en cuyas fuerzas de choque se destacaron bandas abiertamente nazis. En Ucrania, que es un país bilingüe, se eliminó al ruso como idioma cooficial y se quiso reprimir la cultura rusa y la reivindicación de los héroes de la revolución soviética y de la guerra antinazi. Mientras que al Partido Comunista, que llegó a ser el más grande y votado de Ucrania, se le proscribía, al igual que a otras formaciones de izquierda, se alentaban a las bandas de Stepan Bandera, el comandante de las fuerzas ucranianas que colaboraron con las SS.


Hoy Ucrania es el único país del mundo donde actúan impúnemente paramilitares que reivindican a las fuerzas hitlerianas durante la II Guerra Mundial, las mismas que han sido responsables de numerosas atrocidades desde el 2014: como el haber quemado vivos a 48 personas en la casa de los sindicatos en Odesa (y disparar o matar a golpes a los que se escapaban del incendio hecho por ellos) y por el asesinato en masa de miles de ucranianos de lengua materna rusa, desde esa fecha hasta hoy.


En el 2014, mientras en Reino Unido se dio un pacífico referéndum sobre la independencia de Escocia, en el cual ambas partes se comprometieron a respetar, en Ucrania, el Gobierno nacionalista post-golpe se negó a respetar los resultados de los referéndums en Crimea, Luhansk y Donetsk. Su respuesta fue condenar a esos pueblos como "terroristas". A Crimea no la pudieron invadir pues Rusia mandó tropas para protegerla y anexarla tras que más del 90% de sus habitantes decidieron retornar a Rusia, del cual formaron parte hasta antes de 1954. Empero, se estima que unas 14,000 personas fueron muertas en los constantes e imparables combates en Luhansk y Donetsk, donde Kiev logró recuperar 2/3 de ambos territorios, aunque las autodenominadas "repúblicas populares" ruso-hablantes siguieron controlando las capitales de ambos. Civiles rusos en esas 2 regiones han sido víctimas de constantes bombardeos y matanzas, las cuales incluyen a menores de edad. Numerosas fosas comunes han venido siendo encontradas con cadáveres mutilados.


PERSPECTIVAS


Es difícil saber bien lo que pasa realmente en Ucrania debido a la extrema censura y parcialidad de los medios. Mientras escribimos esta nota (inicio del día 8 de la guerra), la BBC informa de que hay como 7 mil soldados rusos y menos de 500 ucranianos muertos. Esto último es difícil de creer pues se supone que los atacantes tienen amplia superioridad bélica. De ser cierto ello, esto implicaría demasiada cautela rusa de no querer atacar blancos civiles, a punto de descuidar a sus propias tropas.


Hay muchas escenas de guerra que, en verdad, son tomadas de otros conflictos (y hasta de juegos electrónicos o trucos de filmación) y hay versiones muy contradictorias. Lo cierto es que los rusos se han ido moviendo con cierta cautela buscando, no una "guerra relámpago" total y devastadora al estilo de Hitler, sino buscando tratar de avanzar posiciones y cercar al enemigo obligándole a ceder o rendirse.


Combates en las 2 principales ciudades de Ucrania ya se han iniciado (Járkov y Kiev, la capital). Esta última va a ser el centro de la batalla, pues allí constantemente aparece Zelenski queriendo demostrar que él está a cargo de la resistencia. Los rusos han venido avanzando para reconquistar todo Luhansk y Donetsk y han logrado penetrar mucho desde el sur y desde el este. Putin viene eludiendo atacar la Ucrania occidental históricamente tan antirrusa (fue antes parte de Polonia, Eslovaquia, Rumanía o Austria-Hungría) y no ha desembarcado en Odesa (el mayor puerto de Ucrania que se encuentra al sudoeste), pues parece que su fin es capturar buena parte del sur y del este, así como las 2 mayores urbes ucranianas.


Los primeros intentos de negociar en la frontera entre Ucrania y Belarús no han llegado a resultados concretos, aunque se habla de que Putin y Zelenski pudiesen ir hacia una cumbre. Por el momento es difícil encontrar puntos de acuerdo pues Moscú demanda la "desmilitarización" y "desnazificación" de Ucrania, lo que implica que Ucrania renuncie a dotarse de armas atómicas o de ingresar a la OTAN o la UE, que sean proscritos y procesados varios grupos nazis acusados de haber desencadenado los tiroteos de la plaza Maidán en 2014 y que la lengua rusa vuelva a ser cooficial garantizándose la autodeterminación nacional de las regiones mayoritarias ruso-hablantes de Ucrania.


Kiev, por su parte, exige un inmediato cese al fuego y que Rusia repliegue todas sus tropas, en tanto que se le permita ingresar inmediatamente a la UE. Zelenski, además, ha pedido que la OTAN garantice que el cielo ucraniano quede libre, algo que rechaza Johnson aduciendo que ello implicaría ir a una guerra directa con Rusia. Ucrania ha distribuido miles de armas a todo el mundo y ha liberado a numerosos presos para enrolarlos en sus filas, todo lo cual puede dar paso a que se armen grupos de bandidos o que crezcan las bandas nazis (algo que ya viene pasando). Mientras Moscú dice que eso es una muestra de debilidad, Kiev responde lo mismo a Moscú cuando esta ha dispuesto poner en alerta a sus fuerzas nucleares y a su flota en el océano Pacífico.


En los hechos la guerra de Ucrania se ha transformado en una entre Washington y Moscú. La OTAN no se atreve a enviar tropas, pero manda miles de armas de diverso tipo, les brinda apoyo logístico y entrenadores y ahora organiza miles de voluntarios extranjeros (dentro de los cuales no faltarán muchos oficiales muy entrenados). A eso se suma una feroz guerra económica.


En Occidente se especula qué pasaría si Putin gana la guerra sosteniendo que su siguiente objetivo podría ser avanzar sobre Moldova o sobre algún país integrante de la OTAN. Sinceramente, creo que ese último objetivo no es posible. Más bien, una victoria de la OTAN en esta guerra implicaría una ulterior desintegración de Rusia, pues Occidente animaría una serie de movimientos separatistas en su interior.


Putin ha pedido al ejército ucraniano que se rebele y tome el poder. Para él lo ideal es un "cambio de régimen" en Ucrania para que este país, junto con Rusia y Belarús, vuelvan a restablecer su tradicional alianza eslava ortodoxa. El objetivo occidental es el de que Rusia quede atrapado en un nuevo Afganistán animando a los ucranianos a resistir con todo y, de esta manera, terminar produciendo un "cambio de régimen", pero en Moscú.


Putin quiere demostrar que con él Rusia ha recuperado un alto poderío militar (tiene más misiles nucleares y armas hipersónicas y sofisticadas que la OTAN, aunque esta última le gana en cantidad de armas y hombres), pero su talón de Aquiles es que sus rivales controlan la mitad de la economía global, la cual buscan cerrar a sus rivales para querer estrangularle. Pese a sus inmensas reservas naturales y a su tesoro, no sabemos por cuánto tiempo Moscú va a resistir económicamente. El rublo y la bolsa de valores de Moscú han caído drásticamente. Para sobrevivir Rusia debe estrechar sus lazos con Oriente, particularmente con China, algo que puede ayudar a esta última en su carrera contra EEUU.


Y, mientras todo esto se produce, el peligro de una escalada en el conflicto pudiese llevar al primer conflicto nuclear de la historia. Los ucranianos empiezan a pagar en carne propia lo mismo que ha pasado con los eslavos del sur (Yugoslavia) y con otros pueblos del Medio Oriente. Una nación con más de 40 millones de habitantes y con el mayor territorio en Europa (fuera de Rusia) es ahora el campo de batalla entre los intereses de Washington que quiere volver a ser la única megapotencia y Moscú que quiere evitar su avance. En ese conflicto miles han de morir y millones podrán acabar desplazados.


PS- Dedico esta nota a la memoria de mi bisabuela y de toda mi familia materna originaria que se quedó en los 1940 en Ucrania o Moldova, todos los cuales fueron exterminados por los nazis o sus aliados locales.

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Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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