Palabras del periodista peruano, Jaime Vayly, que me hacen pensar: ” Yo sigo creyendo, por supuesto que las esposas lo negarán, que entre los políticos siempre hay celos. Y aunque ustedes no lo crean, son más frecuentes los celos entre los políticos de un mismo partido, de una misma tienda política y de una misma generación. Esto ocurre, entonces, es más fácil que Capriles y Leopoldo López se tengan celos, que Capriles y Maduro ¿verdad? Ahora, Capriles y Leopoldo ¿de quién tienen celos? De Juan Guaidó. Porque Guaidó ha resultado ser una estrella, una aparición providencial.
Él es ahora mismo la esperanza, el futuro, toda la oposición encarnada en él. Lógicamente, los otros líderes opositores que aspiran a lo mismo que Guaidó y que ven que Guaidó ha descollado, lo ven con un pelín de celos, es normal. Los celos, generalmente, aparecen más poderosos entre personas que comparten un oficio. Es raro que un dentista tenga celos a un abogado. No es raro que, en un congreso de dentistas, dos odontólogos se peleen. Yo lo sé porque soy escritor y nunca he visto tanta enemistad y tantos celos y tanta insidia, como en cualquier congreso de escritores, en cualquier lugar del mundo. Todos son enemigos, se envenenan y apuñalan fraternalmente retorciendo el puñal. Aunque lo camuflan, lo encubren, pero es así, ¿no es cierto?”
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