Hay quien es de alguna cosa, pero cuando le tocan el bolsillo se echa para atrás. Hay quien dice que es rojo, otros verdes, otros morados... Hay quien dice que es de derechas, otros de izquierdas, otros del centro... Hay quien dice:” Eres más tonto que un obrero de derechas”. Pero todos se equivocan porque solo hay una forma de ser: de la verdad.
Me explico:” Aunque Hitler mataba mucho, que decía Gila, su régimen fue el primero en promulgar leyes en defensa de los animales, ¿acaso el hecho de que él fuera malo anula la bondad de esta medida?" No, no seamos infantiles. Y con este rasero hay que medirlo todo, pues todos somos un porcentaje de aciertos y otro de errores. Lo que ocurre es que, en ocasiones, para decir la verdad hay que ser valiente, tener un alto sentido de la dignidad y no importarle a uno que lo marginen. Y si no, que se los pregunten a Sergio Sayas y Carlos García Adanero. De lo cual se deduce que esta sociedad premia al cobarde y castiga al valiente. De lo cual se deduce que cuando la sociedad habla de valores humanos, lo que en realidad está diciendo es: siempre y cuando no ataques al sistema.
Por eso pienso que, en ocasiones, no hay mayor bien para la humanidad que escupir en la cara de la sociedad.
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