El aumento de la aprehensión por causa de la pandemia hace que se desboquen los comentarios acerca de tí y de los demás, particularmente denigrantes y poco positivos. Nada de pensar que el otro está ahí porque quiere ayudarte a hacer las cosas mejor, sino que viene a por tí desequilibrado, y lo notas porque no piensa como tú.
Eso de querer ser el único, o la única, que siempre tiene razón hace que todos los propósitos de escuchar más a los demás, sea porque ellos lo necesitan de tí y no porque tú los necesites a ellos, como si no tuvieran nada que decirte, a pesar de que el tinglado se está viniendo abajo y harían falta otras iniciativas distintas a las tuyas para que no acabemos todos desequilibrados como locos.
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