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Cuento

Su arte ahora: la pelusa, el chocoyito Lulán y el gallo

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Eran las nueve de la mañana, el reflejo de los rayos del sol penetraban dulcemente en la sala de⁸ don Guadalupe, que leía afanosamente el libro Elogio de la locura del autor Erasmo de Rotterdam, y de soslayo volvía a ver su biblioteca echándole la mirada al libro Crimen y Castigo de Fiodor Dostoyevski, fue tanta su inquietud que lo tomó pero volvió a ponerlo en su lugar, y sacó otra obra letrística La piel de Zapa de Honoré de Balzac, en ese instante se aparcó un vehículo frente al anden de su casa, una camioneta doble cabina color plomiza. 


Era, su amigo de antaño, Ramón, y acto seguido se bajó su esposa y abrió la tapa de la cabina de la camioneta, sacó una cabeza de plátanos, entonces la hija de don Guadalupe corrió a buscar la llave para abrir el portón de la casa, y era tan pesada la cabeza de plátano que su mamá Chenta le ayudó a cargarla. Después regresa a la cabina de la camioneta la esposa de Ramón y sacó un ave de plumas color blanco, era un inmenso gallo con su hermosa cresta roja, pero era tan grande el gallo que la pobre hija de don Guadalupe no lo podía cargar de tan pesado, tirándolo al patio, mientras llegaba su mamá, venía amarrado.


Pasaron tres días. Había una disputa entre el gallo y la mascota pelusa, y Lulán; pelusa queda durmiendo afuera de la casa y el gallo amarrado durmiendo adentro en un  palo colgante de escoba. Pero cual fue el primer susto, que a las diez de la noche el bendito gallo cantó quiquiriquíquiquiriquí, pero un quiquiriquí añejado, ronco. Seasustaron Lupe y Chenta por la sonoridad y lo melodioso de ese canto, no pasó a más. Se volvieron a dormir, pero de nuevo a las tres y media de la madrugada el bendito gallo vuelve a cantar quiquiriquí, quiquiriquíquiquiriquí, la mascota pelusa con su ladrido acompañaba el canto del gallo  igual Lulán. Se asustaron,d⁷on Guadalupe y su familia creían que eran fantasma porque no se acordaban que tenían un gallo dentro de la casa.


-Mirá, el enorme susto que nos dio este gallo-le dijo Don Guadalupe a su esposa-.
-Sí. como no estamos acostumbrado a tener este tipo de animal, pero pronto lo vamos a degustar-replicó la esposa de don Guadalupe-. Y se volvieron a quedar dormidos.


Cuando eran las 6 de mañana vuelve el canto del gallo y así sucesivamente durante 3 días el gallo emitía sus sonidos con una bella melodía añejada, sonora ronca y ventilada por el sabor del tiempo. Doña Chenta, todas las mañanas, le daba pan y al medio día le ponía su panita de arroz cosido y agua. Así transcurrieron esos 3 días, con esa melodía hermosa que se escuchaba, del gallo, la mascota pelusa,Lulán,el chocoyito, se asemejaba a una orquesta de nobles sonidos.


Llegó el día de la muerte, doña Chenta muy de mañanita dijo: --Oe vos Guadalupe, y vos chavala venía para acá, que vamos a darle matarife a este gallo. Chenta agarró un machete y de un solo guas maso le cortó el pescuezo y lo guindo de un árbol, el agua ya estaba puesta en la cocina para dejarla caer en las plumas del gallo e irlas pelando para después descuartizarlo y así fue.


-Ve Chenta, tráete la balanza vamos a pesar este gallo cálculo que son 6 libras que pesa-le expresó don Guadalupe a su esposa-. Chenta fue y trajo la balanza. Metieron el gallo destazado en la balanza y exactamente pesó 6 libras completitas.


Chenta, hizo todos los preparativos. Primero hizo una sopa, una vez hecha la sopa sacó la carne y por aparte hizo el henchido. Así fue el triste final de la melodía estruendosa del gallo que cantaba de día y de noche con su sonoro quiqu⁷iriki ronco, melodioso y hermoso. ¡Ah! pero la mascota pelusa y el chocoyito emitían sus sonidos al compás del tiempo del gallo. Cuando el gallo cantaba ella ladraba y el choyito silbaba, entonces, en el ambiente se formaba una bella melodía, entre notas naturales, corcheas, semicorcheas. era maravilloso escuchar al gallo en su (s) canto, a pelusa con su ladrido y el choyito acompañando.


Para más, estos animalitos y otros por doquier encantan el ambiente con sus sonidos emitidos, equivalentes a una brillante melodía natural, sin cobrar honorarios, o emolumentos, su sinfonía es gratuita, hacen una invasión de pura cultura en las artes, así debería ser la cultura actuante del ser humano.


De que sirve ser escritor y/o artista (s), si éste no hace público su arte ahora que hay mejores oportunidades con el Internet para publicar, para que el mundo lo lea o vea escuche sus artes, sería o un timorato o un vil egoísta o a saber qué. Hay que hacer una invasión de artes ante el mundo, así irá cambiando, no obstaculizando o pretendiendo destruir son sofismas culturales a los que mal quieren ó ignorándoles los encargados de la cultura,  por determinadas razones o no. Ese es el mundo desafortunadamente.

Su arte ahora: la pelusa, el chocoyito Lulán y el gallo

Cuento
Bayardo Quinto Núñez
viernes, 21 de enero de 2022, 08:36 h (CET)

Eran las nueve de la mañana, el reflejo de los rayos del sol penetraban dulcemente en la sala de⁸ don Guadalupe, que leía afanosamente el libro Elogio de la locura del autor Erasmo de Rotterdam, y de soslayo volvía a ver su biblioteca echándole la mirada al libro Crimen y Castigo de Fiodor Dostoyevski, fue tanta su inquietud que lo tomó pero volvió a ponerlo en su lugar, y sacó otra obra letrística La piel de Zapa de Honoré de Balzac, en ese instante se aparcó un vehículo frente al anden de su casa, una camioneta doble cabina color plomiza. 


Era, su amigo de antaño, Ramón, y acto seguido se bajó su esposa y abrió la tapa de la cabina de la camioneta, sacó una cabeza de plátanos, entonces la hija de don Guadalupe corrió a buscar la llave para abrir el portón de la casa, y era tan pesada la cabeza de plátano que su mamá Chenta le ayudó a cargarla. Después regresa a la cabina de la camioneta la esposa de Ramón y sacó un ave de plumas color blanco, era un inmenso gallo con su hermosa cresta roja, pero era tan grande el gallo que la pobre hija de don Guadalupe no lo podía cargar de tan pesado, tirándolo al patio, mientras llegaba su mamá, venía amarrado.


Pasaron tres días. Había una disputa entre el gallo y la mascota pelusa, y Lulán; pelusa queda durmiendo afuera de la casa y el gallo amarrado durmiendo adentro en un  palo colgante de escoba. Pero cual fue el primer susto, que a las diez de la noche el bendito gallo cantó quiquiriquíquiquiriquí, pero un quiquiriquí añejado, ronco. Seasustaron Lupe y Chenta por la sonoridad y lo melodioso de ese canto, no pasó a más. Se volvieron a dormir, pero de nuevo a las tres y media de la madrugada el bendito gallo vuelve a cantar quiquiriquí, quiquiriquíquiquiriquí, la mascota pelusa con su ladrido acompañaba el canto del gallo  igual Lulán. Se asustaron,d⁷on Guadalupe y su familia creían que eran fantasma porque no se acordaban que tenían un gallo dentro de la casa.


-Mirá, el enorme susto que nos dio este gallo-le dijo Don Guadalupe a su esposa-.
-Sí. como no estamos acostumbrado a tener este tipo de animal, pero pronto lo vamos a degustar-replicó la esposa de don Guadalupe-. Y se volvieron a quedar dormidos.


Cuando eran las 6 de mañana vuelve el canto del gallo y así sucesivamente durante 3 días el gallo emitía sus sonidos con una bella melodía añejada, sonora ronca y ventilada por el sabor del tiempo. Doña Chenta, todas las mañanas, le daba pan y al medio día le ponía su panita de arroz cosido y agua. Así transcurrieron esos 3 días, con esa melodía hermosa que se escuchaba, del gallo, la mascota pelusa,Lulán,el chocoyito, se asemejaba a una orquesta de nobles sonidos.


Llegó el día de la muerte, doña Chenta muy de mañanita dijo: --Oe vos Guadalupe, y vos chavala venía para acá, que vamos a darle matarife a este gallo. Chenta agarró un machete y de un solo guas maso le cortó el pescuezo y lo guindo de un árbol, el agua ya estaba puesta en la cocina para dejarla caer en las plumas del gallo e irlas pelando para después descuartizarlo y así fue.


-Ve Chenta, tráete la balanza vamos a pesar este gallo cálculo que son 6 libras que pesa-le expresó don Guadalupe a su esposa-. Chenta fue y trajo la balanza. Metieron el gallo destazado en la balanza y exactamente pesó 6 libras completitas.


Chenta, hizo todos los preparativos. Primero hizo una sopa, una vez hecha la sopa sacó la carne y por aparte hizo el henchido. Así fue el triste final de la melodía estruendosa del gallo que cantaba de día y de noche con su sonoro quiqu⁷iriki ronco, melodioso y hermoso. ¡Ah! pero la mascota pelusa y el chocoyito emitían sus sonidos al compás del tiempo del gallo. Cuando el gallo cantaba ella ladraba y el choyito silbaba, entonces, en el ambiente se formaba una bella melodía, entre notas naturales, corcheas, semicorcheas. era maravilloso escuchar al gallo en su (s) canto, a pelusa con su ladrido y el choyito acompañando.


Para más, estos animalitos y otros por doquier encantan el ambiente con sus sonidos emitidos, equivalentes a una brillante melodía natural, sin cobrar honorarios, o emolumentos, su sinfonía es gratuita, hacen una invasión de pura cultura en las artes, así debería ser la cultura actuante del ser humano.


De que sirve ser escritor y/o artista (s), si éste no hace público su arte ahora que hay mejores oportunidades con el Internet para publicar, para que el mundo lo lea o vea escuche sus artes, sería o un timorato o un vil egoísta o a saber qué. Hay que hacer una invasión de artes ante el mundo, así irá cambiando, no obstaculizando o pretendiendo destruir son sofismas culturales a los que mal quieren ó ignorándoles los encargados de la cultura,  por determinadas razones o no. Ese es el mundo desafortunadamente.

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