Aunque sea lo último que haga en mi vida, tengo que defender la Gloria de Cristo Jesús, maltratado, humillado, olvidado, despreciado en su propia Iglesia. El Vaticano insiste en la vacunación a escala universal. He relatado el mensaje profético que considero cierto aunque sea privado, de fecha 14 de Noviembre 2021.
A la vista de esta nueva petición del Vaticano sobre las vacunas, tengo que expresar lo más fundamental este mensaje “La humanidad no encuentra salida al virus que los tiene presos; el malvado espíritu los tiene en sus redes. Hoy es el que gobierna al mundo junto a sus secuaces, sus socios, que los ayudan destruyendo a los habitantes del mundo. Estoy asqueado de ver tanta podredumbre y miseria.
El infierno se vive en la tierra y todo lo inmundo está aquí, los mandamientos han sido abandonados, fueron dados para un buen vivir y ser respetados, pero han sido tirados a la basura. Este mundo está por concluir.” “¡Ay de mi Iglesia católica que pena me da! Yo permitiré esta purificación de ella, mis templos serán saqueados, incendiados, profanados, lo que ya está ocurriendo. Roma mi Roma. Tus días están contados, te miro y observo desde lo alto y, pagaras por tus infidelidades. Todo lo habéis permitido; las apostasías y sacrilegios cometidos no quedarán impunes.
Una de las más graves acusaciones que te hago es haber permitido dar la comunión en la mano, haciendo caer a mis hijos predilectos los sacerdotes y a mis fieles que obedecen tus mandatos, recibiéndome en las manos que no están consagradas. Los fieles acatan por respeto las órdenes del Clero y, y se han servido de un virus creado por el mismo demonio, quien se alegra de ver a una iglesia destruida.” Después de leer este apocalíptico mensaje, lo que procede es que con la mayor rapidez posible, por si conseguimos obtener perdón de Dios, es la vacuna de la conversión, del arrepentimiento, de la penitencia, de la oración, de la mortificación.
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