El abogado Javier Otaola dijo:" José Bonaparte hubiera sido un magnífico rey. Pensó que podía ser un rey español". Contrariamente a la leyenda popular, José I era un hombre inteligente, sumamente culto y con talento para moverse en las turbulentas aguas de la política. Además, era honesto y, a pesar de su rechazo inicial de la corona española, pretendía gobernar con magnanimidad y acento ilustrado. También formó un gobierno con españoles partidarios del candidato napoleónico.
Tan solo un reducido grupo de “afrancesados”, entre los que se contaba Leandro Fernández de Moratín o Francisco de Goya, prestaba su apoyo al nuevo rey. Incluso se anexionó virtualmente Cataluña al Imperio francés.
Con respecto a los talibanes de Afganistán, creo que Occidente es el equivalente al “Pepe botella”: los españoles de aquel entonces preferían un mal rey español, a un buen rey extranjero. Y yo me pregunto: ”Decía Jaime Gil de Biedma que de todas las historias de la Historia, la más triste sin duda es la de España porque termina mal. Entonces ¿Qué derecho tenemos nosotros de meternos en su territorio a imponerles nuestras leyes y nuestra dudosa forma de vivir?
|