Es, aunque Dios no lo quiera que te amo
o te necesito Dios no lo querrá, pero sucede Que te necesito (o te amo) Y te sucede que, aunque Dios no lo quiera -es verificable, ostensible, incordioso- vos me amás Me amás o te desborda el metejón y te crispa que pudiera yo -en felicidad- revolcarme con otras O lo que te pasa es lo que me pasa y nos sobrepasa y no es amor sino engrudo: susceptibilidad sensorial determinismo de la pulsión regionalización de la libido Y todo este entramado de imprecisiones pero furiosas y hasta imperiosas es lo que le jode -aunque él no lo quiera- a Dios.
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