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​No usar el nombre de Dios en vano

Enric Barrull Casals, Gerona
Lectores
jueves, 10 de junio de 2021, 08:45 h (CET)

Recuerda el Segundo Mandamiento de la Ley de Dios: No se puede usar el nombre de Dios en vano. Es precisamente en el nombre de Dios, como ha hecho Francisco, en el que hay que pedir que cesen las hostilidades, especialmente a los que tienen la responsabilidad de hacer cesar el ruido de las armas y de recorrer el camino de la paz, con la ayuda también de la comunidad internacional.


Aunque, en efecto, nos pueda parecer que poco podemos hacer nosotros, la realidad es que hay cosas que sí están en nuestras manos, como informarnos de manera rigurosa de lo que allí está pasando, porque a veces los discursos simplistas que nos llegan desde los medios, no nos ayudan.

Y podemos, por supuesto, poner en nuestras intenciones a las víctimas, a las personas que más están sufriendo, así como rezar incesantemente por ellas, para que puedan encontrar cuanto antes el camino del diálogo y del perdón, para ser pacientes constructores de paz y de justicia, abriéndose paso a una esperanza común y a la convivencia entre hermanos que son tan urgentes y tan necesarias.

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Someter a la política al principio de racionalidad por la vía del Derecho, fue uno de los logros del sistema político moderno. Por otro lado, el hombre común pasó a ocupar un lugar en la toma de decisiones políticas, en cierta forma para dejar constancia tanto de su nuevo papel como persona y como ciudadano.

Hay dolores que no se ven, pero que se sienten hasta los huesos. Dolor que no se expresa, que no se llora, que no se dice en voz alta porque “hay que seguir adelante”, porque “no es tan grave”, porque “otros están peor”. Ese dolor —el que se traga y no se digiere— no desaparece: se instala en el cuerpo, en lo profundo, y un día, cuando menos lo esperas, empieza a hablar por su cuenta.

 
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