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Educación: Dardo del Partido Popular

Jesús Salamanca
Jesús  Salamanca
sábado, 17 de febrero de 2007, 04:06 h (CET)
Doroteo Arango, más conocido como ‘Pancho Villa’, se quejaba constantemente de que sus soldados no hacían piña. Es decir, que cada uno actuaba sin orden ni concierto. Esa visión es la que ha quedado al mundo. Decir que algo funciona como el ejército de Pancho Villa es sinónimo de caos y desorganización.

En esa línea está el PP respecto a la LOE. No les gusta a los ‘peperos’ y, en vez de ayudar al Gobierno a resolver los numerosos problemas que afectan al país, busca el enfrentamiento. Hasta tal punto es así que en las comunidades donde gobiernan presentarán varios decretos como desarrollo de la Ley Orgánica de Educación. Quieren ir a su aire, como los soldados de Doroteo Arango. Y algunas veces se quejan, cuando el PSOE les acusa de ‘echarse al monte’. Si la derecha siempre intenta meter el dedo en el ojo al contrario ¿Qué espera? En el Partido Popular deberían saber que una broma es una broma, pero clavar la garieta al macho no lo es, aunque les cueste creerlo.

Después de mucho empeño, sin negar haber hecho uso del honrado tráfico de influencias, hemos podido estudiar algunos de esos decretos ya elaborados por el Partido Popular. Y, créanme, aunque echamos en falta ideas frescas, matices realistas y cierto desconocimiento de la realidad, también nos hemos llevado gratas sorpresas que nos hacen reflexionar.

El decreto de contenidos mínimos sí ha quedado muy logrado en los diversos niveles del sistema educativo (un poco deslavazado en ESO), aunque se ‘fusila’ mucho de lo existente. Resultan bastante más atractivos los referidos a la Admisión de Alumnos, Educación para la Ciudadanía y Convivencia. En positivo vemos también las medidas que se aplicarán a la atención a la Diversidad, con partidas adicionales y la consideración del profesor como “autoridad pública” en su lugar de trabajo; bien es verdad que en esto último ha sido el Sindicato de docentes (ANPE) quien les ha dado hecho el trabajo. Dicho mérito no es del Partido Popular, ni por asomo.

Lo que no nos gusta tanto es la transitoriedad que quiere darse al cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria. Eso de los “cursos preparatorios para…” es una fórmula que nunca ha funcionado en el sistema educativo. Al final, ni es transitorio, ni preparatorio y, sin embargo, sí suele haber un importante relajamiento general, con lo que se convierte en un curso perdido y mediocre.

Mencionar la “Educación para la Ciudadanía” delante del Partido Popular es como mencionar la soga en casa del ahorcado. Reaccionan como neuróticos en masa: ni se va a hacer política, ni se aprecia el pensamiento único. Esa materia será lo que el profesorado quiera que sea, diga lo que digan el MEC y las comunidades autónomas. Quien imparte los contenidos es el docente y, haciendo uso de su libertad de cátedra, dará al político donde más le duele. Es más, el profesor responsable impartirá los contenidos que considere apropiados para la formación del discente, independientemente de lo que diga el currículum. Siempre ha sido así y en vistas de que los partidos consideran la educación como dardo arrojadizo, los docentes acabarán mandando al político a tomar ‘por donde nadie quiere y cada vez menos van’. En ello estamos.

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