| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
En la Eucaristía del pasado domingo se rememoraba el evangelio en el que se recoge la multiplicación de los panes y los peces. Aquel día la multitud tenía hambre y no tenía que comer. No voy a entrar en como se realizó el milagro, pero me voy a quedar en dos frases. La primera: dadle vosotros de comer, y la segunda: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces.
Una situación parecida se ha ido repitiendo a lo largo de la historia. Sin ir más lejos se sigue produciendo en nuestros días. Y el milagro se sigue viviendo entre nosotros. Personalmente asisto a diario al reparto de alimentos para miles de personas de todas las edades en nuestra querida Málaga. Curiosamente, la gran mayoría, en instituciones regidas y administradas por seguidores de ese Jesús de Nazaret que nos sigue diciendo: dadle vosotros de comer.
Doy fe de aquellos que viven el milagro cada día. Sin saber de donde, año tras años, los comedores sociales de inspiración cristiana, tales como: El comedor de Santo Domingo, Calor y Café, Amfremar, Yo soy tú, Emaús, El biberódromo, San Juan de Dios, etc., etc., dan de comer a miles de necesitados. Todos ellos ponen sus cinco panes y sus dos peces.
Estas instituciones dependen de la buena voluntad de las autoridades malagueñas, de los particulares, de los voluntarios y del Banco de Alimentos. Estos seguidores de Jesús, hacen presente cada día el milagro de los panes y de los peces.Mi buena noticia de hoy me la transmite la solidaridad que se sigue produciendo 2020 años después.
En la homilía que escuché ayer, el celebrante insistía en lo que pasó aquel día en Galilea. Yo pienso que sigue sucediendo hoy en día. Dios está siempre presente. Nos sigue utilizando como sus manos. Esta es una buena noticia.
Pienso, y esto no deja de ser una opinión exclusivamente personal, que la literatura debe estar escrita siempre desde el foco de la ilusión y la esperanza. Son los esenciales avituallamientos para la creatividad. No digo ya que las novelas deban tener un matiz rosa y de amores platónicos que nos alejan de la realidad. Porque ante todo hay que tener presente el punto de unión entre la ficción y la realidad.
Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.
El padre de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi, en su obra "El Crimen de la Guerra"(1870), afirma: "No puede haber guerra justa, porque no hay guerra juiciosa. La guerra es la pérdida temporal del juicio". Asimismo, añade que "las guerras serán mas raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y las invitan".
|