Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cooperación | Cambio climático | Democracia

El movimiento cooperativo

“No existe una mejor prueba de avance humanitario que la del espíritu cooperante”
Víctor Corcoba
jueves, 2 de julio de 2020, 08:03 h (CET)

Hay fechas que debieran ser inolvidables. Una de ellas, es la que se celebra cada primer sábado de julio desde 1923, propiciada por el movimiento cooperativo, siempre en disposición de hacerse todo con todos, sin buscar la vanagloria personal, sino el acceso a la creación de riqueza y la eliminación de la pobreza; no en vano, los miembros contribuyen equitativamente y controlan democráticamente el capital de su cooperativa.

Precisamente esta gratuidad de donarse, de entregarse a las personas y no a ese frío mundo de las finanzas, hace que las cooperativas hayan sido reconocidas como asociaciones verdaderamente integradoras, a través de las cuales los ciudadanos pueden mejorar sus vidas de manera positiva, mientras a la vez contribuyen a la inclusión de su gente, tanto afectivamente como activamente, puesto que su ánimo cooperante está basado en las relaciones y no en la producción.

Hoy sabemos que más del 12% de la población mundial es cooperativista de alguna de las tres millones de cooperativas del planeta y que, éstas emplean a millones de personas en todo el mundo, pues no solo se ocupan de la cooperación entre cooperativas, también se preocupan por la comunidad a la que se entregan y sirven. Sin duda, no existe una mejor prueba de avance humanitario que la del espíritu cooperante. A mi juicio, la humanización sólo se presenta cuando la coexistencia de culturas adopta cultos determinantes de colaboración y concurrencia recíprocos entre sí. No olvidemos, que todo es resultado de un esfuerzo; y, como tal, requiere del empeño de todos, para que la civilización permanezca y no se hunda.

En efecto, esa formación e información transparente, además de ese espíritu colectivo autónomo e independiente, de afiliación voluntaria y abierta, debe concienciarnos, ya no solo para fortalecer y ampliar las alianzas, sino también para ejemplarizar actitudes en un mundo globalizado como el presente, donde ha de regirse por un conjunto de valores como los del movimiento cooperativo; de lo contrario, la desigualdad y los excesos crearán sociedades insostenibles.


Con su singular y distintivo énfasis en los principios, el movimiento cooperativista ha demostrado ser un referente en la construcción de un espacio más habitable, con un modelo empresarial viable, que frena las tentaciones del individualismo y del egoísmo que tanto nos esclaviza con el beneficio, adaptado a los diversos entornos culturales, incluso en épocas difíciles; en parte, porque combina por un lado la lógica de la empresa y, por otro, la de la solidaridad.

Por cierto, este año la onomástica del movimiento cooperativo, se centra en la contribución de las cooperativas en la lucha contra el cambio climático, algo que afecta gravemente la vida de las personas en todo el planeta, especialmente los grupos más desfavorecidos, como los pequeños agricultores, las mujeres, los jóvenes, los pueblos indígenas o las minorías étnicas, que han de hacer frente a las catástrofes naturales extremas y a la degradación de los recursos naturales. Un gesto que es de agradecer, ya que nuestro mundo está enfermo. Unos y otros, de abandono, desinterés y desatención. Activemos la cultura del querer; no solo viendo, sino mirando y comprometiéndonos; no sólo oyendo, sino escuchando y tendiendo manos; no sólo cruzándonos por los caminos, sino parándonos e interesándonos; ofreciéndoles una gota de esperanza, de vida en suma. 

Noticias relacionadas

Mientras termino de cenar en mi terraza, inevitablemente tengo que mirar hacia el mar. De pronto surge desde levante un hermoso disco dorado de colores suaves y una belleza que se refleja en las olas. Poéticamente diríamos que la luz lunar riela sobre las aguas.

En uno de los apuntes al natural, JL. Martin muestra al orador pontificando desde la estrada. “¡No todos los políticos son corruptos!” Desde platea, el representante del público le dice: “De acuerdo. La pregunta es: ¿Por qué los corruptos siempre llegan a la cúpula de los partidos?” Interesante pregunta, ¿verdad?

Hemos vivido tiempos, décadas, que parecía que todo el mundo deseaba ser notable y extraordinario, pero quizás, la normalidad, sea el mayor y mejor calificativo de una persona. Ya sé que en psicología y psiquiatría y en algunas ciencias sociales se pone en crisis o en duda el concepto de normalidad.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto