El Sevilla no pudo (2-0) este jueves con un serio Feyenoord con lo que dejó en el aire su clasificación para los dieciseisavos de final de la Europa League, la cual tendrá que firmar en la última jornada de la fase de grupos en el Ramón Sánchez Pizjuán ante el Rijeka, después de un mal partido de los de Unai Emery en Róterdam.

El defensor del título llegaba con la intención de dar un golpe en la mesa en su competición fetiche y de paso espantar las malas sensaciones tras tres pinchazos consecutivos en la Liga BBVA. Las derrotas ante Barça y Athletic, con un empate ante el Levante entre medias, pesaron más que el hambre de ser primeros del Grupo G.

Ahora, con una nueva jornada sin sumar los tres puntos a domicilio, el Sevilla (8 puntos) se medirá al Rijeka (7) en el Sánchez Pizjuán dentro de dos semanas con el objetivo de al menos ser segundos, ya que la primera posición tomó esta quinta jornada claro color holandés. Con nueve puntos, el Feyenoord se medirá a un Standard Lieja ya eliminado. Los de Emery dependen de sí mismos pero repitieron la mala imagen del último tramo de temporada.

Los de Nervión firmaron un pobre encuentro en tierras holandesas. El Feijenoord Stadion fue una olla a presión. Presión que sobre el césped ejercieron los locales. Sin apenas ocasiones en los primeros 45 minutos, se vio a un Feyenoord cómodo y concentrado en no cometer errores. El Sevilla, mientras, se conformaba con un partido tranquilo, pero sin mirar en ningún momento a la portería rival.

Sin centro del campo, la superioridad de los visitantes de medio campo en adelante no aparecía. La intensidad local mantenía en un segundo plano a los de Emery, que no terminaban de meterse en el partido. Y es que fue sólo hasta que se vio por debajo el conjunto español cuando se dio por aludido y apareció en el encuentro. El tanto de Toornstra, despropósito en la defensa andaluza, espoleó al campeón.

Bacca, recién entrado, tuvo dos ocasiones claras, y Mbia vio puerta pero el colegiado lo anuló de forma incorrecta por un fuera de juego que no era. La reacción tardía del Sevilla no fue suficiente y el paso de los minutos hizo que llegase la precipitación. El Feyenoord se aferró al liderato y sentenció el duelo en una contra. Los de Emery se dejan los deberes por hacer y las buenas sensaciones, por recuperar.