Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Comunicación positiva

El monarca que no deseaba reinar

Sainete en tres párrafos
Francisco J. Caparrós
martes, 11 de noviembre de 2014, 07:53 h (CET)
Erase una vez un templado soberano que, para poder sentirse verdaderamente todo un mandatario, nunca pensó ni por asomo que a su regencia le faltase algo, a su juicio, tan intrascendente como el ejercicio de haber condenado a alguno de sus súbditos durante su reinado. Pero como tampoco es menos cierto, que determinados miembros de su corte, algunos con la boca pequeña, pero otros tan de viva voz que era imposible no oírles, le reprochaban que no adoptase decisiones en esos términos, parece ser que acabó convenciéndose a sí mismo de ello.

Consciente de que su reinado podía tener los días contados si no demostraba poseer el arrojo que le exigía su Corte, y habiéndose presentado una buena oportunidad de poner aquel despropósito en práctica, en la figura de un virrey que llevaba meses desafiando su autoridad, se puso pesadamente manos a la obra. Y como se esperaba no fue, ni mucho menos, dicho y hecho, porque apenas ponerse en marcha el primer problema con el que se encontró fue que él solo, por su cuenta y riesgo, no podía ejercer la justicia como le viniese en gana. ¡Cómo aborreció, en ese preciso instante, no ser un rey absolutista para poder dictar sentencia condenatoria contra aquel súbdito que pretendía poner en entredicho su poder!

Y todo ello, neciamente, por satisfacer a todos aquellos merced a los cuales su reinado pendía de un hilo. Pero eso no era cierto del todo porque sus cortesanos, que se venían aprovechando de su peculiar modo de gobernar, porfiando a sus espaldas con todo aquello que les podía beneficiar de algún modo, no le agradecerían nunca el haberse expuesto al inclemente escarnio de su pueblo por algo en lo que no creía realmente, declinando su aprecio por el monarca cuando éste ya no les satisfacía como facilitador de sus componendas.

Noticias relacionadas

Publicidad y propaganda es todo artefacto visual y/o sonoro que interfiere en tu vida cotidiana lo quieras o no. Eso se llama libertad creativa de mercado. Sin publicidad o propaganda (vender lo que sea es el leit motiv de las sociedades de consumo) el capitalismo se vendría abajo como un castillo de naipes.

Un rey tenía diez perros salvajes (o hienas) que utilizaba para castigar a sus sirvientes cuando cometían errores. La sentencia era terrible: ser arrojado a los perros para que lo devoraran. Uno de los sirvientes más antiguos, que había servido al rey durante diez años, cometió un error y fue condenado a sufrir el mismo destino.

En tiempos de oscuridad interior, cuando la depresión parece borrar los colores de la vida, cuidarse puede sonar casi imposible. Sin embargo, esos pequeños gestos cotidianos de autocuidado se convierten en actos de resistencia: una manera de decirle a la tristeza que no tiene la última palabra.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto