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Ya son dos las enfermeras contagiadas por ébola en EE.UU. Ambas trataron al paciente que murió en Dallas. La segunda sanitaria contagiada incluso viajó en avión junto a otras 132 personas el día antes de conocer que estaba infectada.
Es evidente que en la primera potencia mundial y con más control sobre los protocolos de seguridad sanitaria se producen fallos. Quienes se entretuvieron en elogiar la reacción de EE.UU al primer contagio para desacreditar al Gobierno de Rajoy deberían ahora revisar sus conclusiones. No olvidemos que ningún protocolo de seguridad es infalible.
Utilizar al Rey como actor forzado en la escena final de su opereta y ni siquiera anunciar una moción de confianza prueban que este hombre buscaba - sin mucho éxito - provocar a los malos, al enemigo, a los periodistas y tertulianos que forman parte de ese imaginario contubernio fascista que le quiere desalojar del poder.
En bastantes ocasiones he escrito sobre este pobre hombre que preside, para desgracia de todos, el gobierno de España. Y otras tantas le he tachado de cateto (solo hay que ver cómo se contonea, para exhibir su supuesta guapura), también de plagiador (porque ha plagiado más de una vez) y de embustero (porque ha mentido en innumerables ocasiones).
El 30 de abril de 1935 el embajador mexicano en Río de Janeiro, el conocido escritor Alonso Reyes Ochoa, informaba al gobierno de Lázaro Cárdenas del súbito interés brasileño en la resolución del conflicto entre Paraguay y Bolivia. El gobierno brasileño, invitado en Washington para participar con Argentina y Chile en la conferencia de Buenos Aires para pacificar el Chaco, declinó al principio este ofrecimiento.
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