Las leyes que penalizan la conducta habitual de los sin techo, como
dormir en las calles o tener sus pertenencias en espacios públicos, se han
intensificado en los últimos tiempos en muchas ciudades de Estados
Unidos.
El jefe de Policía retirado Arnold Abbott, de Pennsylvania (Estados
Unidos), que dirige la organización sin ánimo de lucro a favor de los
derechos de los sin techo, 'Love Thy Neighbor', ha condenado el aumento
de la discriminación de los sin techo en las calles.
'Love Thy Neighbor' ayuda a los mendigos en Broward County, en
Florida, y su director ha afirmado que estas nuevas ordenanzas convierten el hecho de ser
vagabundo en una ofensa criminal, según ha publicado el diario 'The Independent'.
La ciudad estadounidense de Fort Lauderdale, en Florida, ha aprobado dos leyes este
año, una que penaliza orinar en lugares públicos y otra que permite confiscar los bienes que
se encuentren en la calle. Además, una nueva ley se prevé que incluya dificultades para
que los servicios sociales sirvan comidas a sin techo en lugares públicos.
"Tiene que ver con el dolár, pero también con la mentalidad elitista", ha explicado uno de
los miembros de la campaña 'Broward Homeless', Jeff Weinberger. "Ellos no quieren nada
que desmonte su fantasía de una existencia perfecta".
Abbott ha asegurado que hasta cinco veces la ciudad de Broward County ha intentado que
deje de servir comidas en la playa, al lado de la ruta turística, como hace cada miércoles.
"Les gustaría ponerlos [a los mendigos] en un autobús y enviarlos a Miami o Palm Beach.
Está muy cerca de la limpieza étnica. Pero no van a tener éxito", ha aseverado el policía
retirado.
Un nuevo estudio del Centro Nacional de Leyes de Personas sin hogar y Pobreza (NLCHP,
por sus siglas en inglés) ha llevado a cabo varios intentos para criminalizar la vida en las
calles en 187 ciudades de Estados Unidos.
"Muchas ciudades han elegido criminalizar a la gente viviendo en las calles por hacer lo
que todos los seres humanos deben hacer para sobrevivir", ha explicado.
Desde 2011, ha habido un incremento de un 60 por ciento en las leyes que prohiben
acampar en público, que presuponen que los sin techo romperán las leyes mientras
duermen.
"Muchas ciudades están eligiendo convertir la conducta necesaria de un sin techo en
una actividad criminal", ha explicado la directora del NLCHP, Maria Foscarinis y ha añadido
que "estas leyes amenazan los derechos humanos y constitucionales de los sin techo,
imponen innecesarios costes en las ciudades, y no hacen nada para resolver aquello
que pretenden enfrentar".