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Etiquetas | Internacional | Venezuela
A pesar de haber usado toda su fuerza en una embestida contra la revolución bolivariana, la ultraderecha transnacional acabó otra vez derrotada en Venezuela

Nicolás Maduro hace morder el polvo a la Secta Moon

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Dijo un filósofo que el asesinato de un hombre no destruye su escala de valores, pero la estupidez política muchas veces es incapaz de comprender esta gigantesca verdad.

Es lo que ha sucedido con los opositores a la revolución bolivariana, quienes planeando un magnicidio perpetraron más bien su propio suicidio en estos días.

En ese contexto, el presidente de la República bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, agradeció ayer a los 20 gobernadores y 205 alcaldes de la Revolución que rechazaron categóricamente los planes de magnicidio que planeaba la ultraderecha venezolana.

A través de la red social Twitter, el jefe del estado venezolano exhortó a su pueblo a redoblar el esfuerzo y trabajo para neutralizar los planes fascistas que buscan desestabilizar al país. También pidió confianza en la justicia como camino hacia la paz.

El espaldarazo de las autoridades de todo el país se produjo al día siguiente que un grupo de opositores -incluida la destituida diputada María Corina Machado- y al embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, fueran acusados de planear un golpe de Estado y atentar contra la vida de Maduro.

En las redes sociales, ciber activistas opuestos a Maduro instigaban al golpe militar y al magnicidio, corroborando las fuertes versiones que reflejaban la impotencia de estos grupos fascistoides para desestabilizar al gobierno de Caracas. Ya en septiembre del año pasado Maduro había dispuesto la expulsión de tres empleados de la embajada de EE.UU. -Elizabeth Hunderland, David Mutt y Kelly Keiderlinh- por estar incursos en actos desestabilizadores contra el país.

Demás está decir que la oposición a Maduro tuvo un fuerte apoyo transnacional, dado que incluso en Paraguay, algunos sectores de la ultraderecha criolla manifestaron su apoyo al intento de derrocamiento del actual gobierno venezolano. Entre estos sectores destacaron la prensa vinculada a NED, Freedom House, USAID CIA, sobre todo el diario ABC color, y el tristemente clan Samaniego, ambos grupos vinculados a la Secta Moon.

Varios de estos grupos que operan en Paraguay con total impunidad, también son acusados en Venezuela de financiar el Plan desestabilizador, entre ellos NED, Freedom House, Canvas, AEI y Otper.

Moon ganó notoriedad en Paraguay cuando los empresarios de la secta compraron extensiones tan grandes de territorio paraguayo, que habían quedado literalmente en posesión de varias ciudades del país establecidas en sus nuevos dominios.

En Paraguay la editorial de Aldo Zucolillo, propietario de ABC color, fue encargada hasta no hace mucho de la impresión paraguaya de Tiempos del Mundo, extraño periódico relacionado con Moon que llegó a distribuirse en 17 países de América Latina y en tres ciudades de Estados Unidos. Zucolillo tiene por esta vía intereses comunes con la senadora electa por el Partido Colorado Lilian Samaniego, y con su hermano Arnaldo, quienes con frecuencia viajan a Estados Unidos para participar de asambleas de la Secta Moon.

Un influyente senador paraguayo, Juan Carlos Galaverna, periódicamente responsabiliza a Zucolillo de ser responsable intelectual de varios asesinatos perpetrados a la sombra de impunidad que le conferían las dictaduras militares del Plan Cóndor.

Esta prensa también está vinculada a Freedom House, NED y USAID desde mediados de la década de 1980, como puede constatarse en los informes anuales publicados por estos organismos auxiliares de la CIA en 1987.

Esto explica el desproporcionado interés de estos sectores políticos y de la prensa paraguaya en asuntos venezolanos, con evidente sesgo anti-bolivariano, el cual quedó en evidencia cuando pequeños grupos de activistas neo nazis salieron a las calles de Asunción a celebrar los violentos disturbios que ocasionaba la oposición no democrática en Venezuela.

Algunos de estos grupos vinculados al clan Samaniego llegaron al absurdo de manifestarse en los alrededores de las embajadas de países bolivarianos, causando extrañeza en la ciudadanía. Un dirigente incluso contrató a una vedette paraguaya para realizar un espectáculo pornográfico en la vía pública en “apoyo” a la violencia opositora venezolana.

No hace falta aclarar que la “solidaridad” de la ultraderecha paraguaya cesó abruptamente en forma simultánea con el fracaso golpista en Venezuela, la férrea respuesta del gobierno bolivariano y la detención de varios de los instigadores del derrocamiento violento de su gobierno. Paralelamente, la insurgencia golpea duramente al gobierno paraguayo, que se debate en medio de ataques de la guerrilla en el norte y la impotencia de los organismos del estado ante el secuestro del adolescente Arlan Fick.

Muchos ciudadanos cuestionan la preocupación de estos “defensores de la libertad y la democracia” por los disturbios venezolanos, cuando en Paraguay los problemas son muchos más serios. En tanto Venezuela recupera su estabilidad y paulatinamente el país vuelve a la normalidad, en Paraguay la inseguridad es responsable de desapariciones de personas y embates de una guerrilla que actúa impune dejando muertos, heridos y lisiados aprovechando la inoperancia del ministro del Interior.

Presentando pruebas de un plan magnicida contra el jefe de estado venezolano, la revolución bolivariana vuelve a pasar a la ofensiva, haciendo morder el polvo a la ultraderecha internacional, que se auto convocó para un intento fallido de desestabilización en las tierras de Simón Bolívar.

Ya decía el libertador de América nacido en Venezuela, que el sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. Difícilmente el camino señalado por la Secta Moon y la injerencia del imperio norteamericano en América Latina conduzcan a ese destino.

Nicolás Maduro hace morder el polvo a la Secta Moon

A pesar de haber usado toda su fuerza en una embestida contra la revolución bolivariana, la ultraderecha transnacional acabó otra vez derrotada en Venezuela
Luis Agüero Wagner
viernes, 30 de mayo de 2014, 07:41 h (CET)
Dijo un filósofo que el asesinato de un hombre no destruye su escala de valores, pero la estupidez política muchas veces es incapaz de comprender esta gigantesca verdad.

Es lo que ha sucedido con los opositores a la revolución bolivariana, quienes planeando un magnicidio perpetraron más bien su propio suicidio en estos días.

En ese contexto, el presidente de la República bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, agradeció ayer a los 20 gobernadores y 205 alcaldes de la Revolución que rechazaron categóricamente los planes de magnicidio que planeaba la ultraderecha venezolana.

A través de la red social Twitter, el jefe del estado venezolano exhortó a su pueblo a redoblar el esfuerzo y trabajo para neutralizar los planes fascistas que buscan desestabilizar al país. También pidió confianza en la justicia como camino hacia la paz.

El espaldarazo de las autoridades de todo el país se produjo al día siguiente que un grupo de opositores -incluida la destituida diputada María Corina Machado- y al embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, fueran acusados de planear un golpe de Estado y atentar contra la vida de Maduro.

En las redes sociales, ciber activistas opuestos a Maduro instigaban al golpe militar y al magnicidio, corroborando las fuertes versiones que reflejaban la impotencia de estos grupos fascistoides para desestabilizar al gobierno de Caracas. Ya en septiembre del año pasado Maduro había dispuesto la expulsión de tres empleados de la embajada de EE.UU. -Elizabeth Hunderland, David Mutt y Kelly Keiderlinh- por estar incursos en actos desestabilizadores contra el país.

Demás está decir que la oposición a Maduro tuvo un fuerte apoyo transnacional, dado que incluso en Paraguay, algunos sectores de la ultraderecha criolla manifestaron su apoyo al intento de derrocamiento del actual gobierno venezolano. Entre estos sectores destacaron la prensa vinculada a NED, Freedom House, USAID CIA, sobre todo el diario ABC color, y el tristemente clan Samaniego, ambos grupos vinculados a la Secta Moon.

Varios de estos grupos que operan en Paraguay con total impunidad, también son acusados en Venezuela de financiar el Plan desestabilizador, entre ellos NED, Freedom House, Canvas, AEI y Otper.

Moon ganó notoriedad en Paraguay cuando los empresarios de la secta compraron extensiones tan grandes de territorio paraguayo, que habían quedado literalmente en posesión de varias ciudades del país establecidas en sus nuevos dominios.

En Paraguay la editorial de Aldo Zucolillo, propietario de ABC color, fue encargada hasta no hace mucho de la impresión paraguaya de Tiempos del Mundo, extraño periódico relacionado con Moon que llegó a distribuirse en 17 países de América Latina y en tres ciudades de Estados Unidos. Zucolillo tiene por esta vía intereses comunes con la senadora electa por el Partido Colorado Lilian Samaniego, y con su hermano Arnaldo, quienes con frecuencia viajan a Estados Unidos para participar de asambleas de la Secta Moon.

Un influyente senador paraguayo, Juan Carlos Galaverna, periódicamente responsabiliza a Zucolillo de ser responsable intelectual de varios asesinatos perpetrados a la sombra de impunidad que le conferían las dictaduras militares del Plan Cóndor.

Esta prensa también está vinculada a Freedom House, NED y USAID desde mediados de la década de 1980, como puede constatarse en los informes anuales publicados por estos organismos auxiliares de la CIA en 1987.

Esto explica el desproporcionado interés de estos sectores políticos y de la prensa paraguaya en asuntos venezolanos, con evidente sesgo anti-bolivariano, el cual quedó en evidencia cuando pequeños grupos de activistas neo nazis salieron a las calles de Asunción a celebrar los violentos disturbios que ocasionaba la oposición no democrática en Venezuela.

Algunos de estos grupos vinculados al clan Samaniego llegaron al absurdo de manifestarse en los alrededores de las embajadas de países bolivarianos, causando extrañeza en la ciudadanía. Un dirigente incluso contrató a una vedette paraguaya para realizar un espectáculo pornográfico en la vía pública en “apoyo” a la violencia opositora venezolana.

No hace falta aclarar que la “solidaridad” de la ultraderecha paraguaya cesó abruptamente en forma simultánea con el fracaso golpista en Venezuela, la férrea respuesta del gobierno bolivariano y la detención de varios de los instigadores del derrocamiento violento de su gobierno. Paralelamente, la insurgencia golpea duramente al gobierno paraguayo, que se debate en medio de ataques de la guerrilla en el norte y la impotencia de los organismos del estado ante el secuestro del adolescente Arlan Fick.

Muchos ciudadanos cuestionan la preocupación de estos “defensores de la libertad y la democracia” por los disturbios venezolanos, cuando en Paraguay los problemas son muchos más serios. En tanto Venezuela recupera su estabilidad y paulatinamente el país vuelve a la normalidad, en Paraguay la inseguridad es responsable de desapariciones de personas y embates de una guerrilla que actúa impune dejando muertos, heridos y lisiados aprovechando la inoperancia del ministro del Interior.

Presentando pruebas de un plan magnicida contra el jefe de estado venezolano, la revolución bolivariana vuelve a pasar a la ofensiva, haciendo morder el polvo a la ultraderecha internacional, que se auto convocó para un intento fallido de desestabilización en las tierras de Simón Bolívar.

Ya decía el libertador de América nacido en Venezuela, que el sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. Difícilmente el camino señalado por la Secta Moon y la injerencia del imperio norteamericano en América Latina conduzcan a ese destino.

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