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Día Internacional de la Memoria Trans

Hay que ponerle fin a la epidemia de violencia transfóbica

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El 20 de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Memoria Trans. Gwendolyn Ann Smith inició la conmemoración en 1999 para recordar a Rita Hester, asesinada un año antes, y a Chanelle Pickett, asesinada tres años antes de eso. Diez años después de la primera conmemoración, Smith relató: “Hablaba con la gente y nadie sabía quién era Chanelle Pickett. Entonces me pareció evidente que estábamos olvidando nuestro pasado y, parafraseando a George Santayana, estábamos condenados a repetirlo”. Smith creó el Día de la Memoria Transgénero para que las víctimas de la violencia transfóbica no sean olvidadas, así como para generar conciencia sobre estos crímenes de odio.

Además de llorar a quienes fueron asesinados, los grupos de activistas trans y sus aliados organizaron la “Semana de la Conciencia Trans”, previa al Día de la Memoria. Tal como lo describe la organización GLAAD, la semana tiene la intención de impulsar “la acción… al educar a la población sobre quiénes son las personas transgénero, compartiendo historias y experiencias, y promoviendo la defensa de los derechos en torno a las problemáticas de prejuicio, discriminación y violencia que afectan a la comunidad transgénero”.


La violencia es extrema. La organización Transrespeto versus Transfobia en el Mundo lleva un registro de ataques contra personas transgénero. En coincidencia con el Día de la Memoria, publica todos los años su informe anual de monitoreo de asesinatos trans. Desde el 1º de octubre de 2018 hasta el 30 de septiembre de 2019 se documentaron 331 asesinatos de personas trans y no binarias en todo el mundo. Según el informe, los países con la mayor cantidad de asesinatos fueron Brasil, con 130; México, con 63 y Estados Unidos, con 30. En total, desde 2008 –cuando comenzó la documentación regular de estos asesinatos– ha habido 3.314 asesinatos de personas transgénero y de género diverso en todo el mundo. Según el informe “Una epidemia nacional: violencia letal contra personas transgénero en Estados Unidos en 2019”, que acaba de publicar esta semana la organización LGTB Campaña de Derechos Humanos, de las 22 víctimas registradas este año en Estados Unidos, el 91% eran mujeres afroestadounidenses, el 81% eran menores de 30 años y el 68% se encontraba en la región sur del país.


Layleen Cubilette-Polanco, una mujer transgénero, murió en junio en la tristemente célebre cárcel Rikers de la ciudad de Nueva York tras ser arrestada por delitos menores y luego encarcelada por no poder pagar una fianza de 500 dólares. La pusieron en confinamiento solitario y murió por una epilepsia que, según su familia, se vio exacerbada por la negligencia de los funcionarios carcelarios. Chynal Lindsey fue asesinada en junio y arrojada al lago White Rock, en Dallas, un mes después de que Muhlaysia Booker fuera asesinada en la misma ciudad. El asesinato de Booker se produjo un mes después de que se volviera viral un video en el que se ve cómo una turba la apalea. Ambas víctimas eran mujeres trans afroestadounidenses y, en ambos casos, los sospechosos del asesinato han sido arrestados. El principal agresor de Booker en el video del ataque de abril también fue arrestado, declarado culpable y condenado a 300 días de cárcel.


Una mujer salvadoreña transgénero de 25 años de edad llamada Johana Medina Leon murió cuatro días después de ser liberada, tras pasar casi dos meses bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, período en el que sufrió constantes problemas de salud. Su muerte es un ejemplo de la cantidad de prejuicios interseccionales y complejos desafíos que las personas transgénero de color enfrentan a diario.


En una entrevista para “Democracy Now!”, Lala B Zannell, activista con una gran trayectoria de lucha por los derechos trans, declaró: “Cada vez que muere una mujer trans, particularmente una mujer trans de color, es como si siempre padecieras de ansiedad, siempre estás viviendo una realidad en la que podrías ser la próxima”. Al describir el Día de la Memoria de este año, señaló: “Muchas personas trans se están apropiando de este espacio y de este momento, porque hemos tenido un año muy difícil con este gobierno [del presidente Donald Trump]. Realmente estamos tratando de programar eventos que sean de sanación, que no sean traumáticos para las personas trans”.


Un objetivo clave del Día de la Memoria Transgénero y de la semana de concientización previa es involucrar a los aliados del movimiento para acabar con la discriminación y la violencia. Lala B explicó: “La mejor manera de combatir [la transfobia] es demostrarle apoyo al colectivo trans, denunciar la transfobia cuando ocurra en tu vecindario, no confundir el género de las personas trans, honrar y proteger a las que están en tu vecindario, ir a tu escuela y decir que no te incomoda que acudan personas trans y que necesitan espacios seguros para ir al baño, que se les permita participar de los deportes y asistir al baile de graduación de la forma en que se sienten auténticas. Puedes decir en tu trabajo: ‘En este espacio vamos a contratar personas trans. No vamos a permitir la transfobia. No vamos a discriminar a las personas’. Y cuando veas actos de violencia no te limites a sacar tu teléfono y grabar. No seas un mero espectador, ponle fin a la violencia contra las mujeres trans de color”.


El último llamado a la acción de Lala B Zannell, el de intervenir ante un ataque en curso, requiere un gran coraje. Pero este es el compromiso que se necesita para poner fin al creciente flagelo de la violencia contra personas transgénero y de género no binario.

Hay que ponerle fin a la epidemia de violencia transfóbica

Día Internacional de la Memoria Trans
Amy Goodman
domingo, 1 de diciembre de 2019, 10:06 h (CET)

El 20 de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Memoria Trans. Gwendolyn Ann Smith inició la conmemoración en 1999 para recordar a Rita Hester, asesinada un año antes, y a Chanelle Pickett, asesinada tres años antes de eso. Diez años después de la primera conmemoración, Smith relató: “Hablaba con la gente y nadie sabía quién era Chanelle Pickett. Entonces me pareció evidente que estábamos olvidando nuestro pasado y, parafraseando a George Santayana, estábamos condenados a repetirlo”. Smith creó el Día de la Memoria Transgénero para que las víctimas de la violencia transfóbica no sean olvidadas, así como para generar conciencia sobre estos crímenes de odio.

Además de llorar a quienes fueron asesinados, los grupos de activistas trans y sus aliados organizaron la “Semana de la Conciencia Trans”, previa al Día de la Memoria. Tal como lo describe la organización GLAAD, la semana tiene la intención de impulsar “la acción… al educar a la población sobre quiénes son las personas transgénero, compartiendo historias y experiencias, y promoviendo la defensa de los derechos en torno a las problemáticas de prejuicio, discriminación y violencia que afectan a la comunidad transgénero”.


La violencia es extrema. La organización Transrespeto versus Transfobia en el Mundo lleva un registro de ataques contra personas transgénero. En coincidencia con el Día de la Memoria, publica todos los años su informe anual de monitoreo de asesinatos trans. Desde el 1º de octubre de 2018 hasta el 30 de septiembre de 2019 se documentaron 331 asesinatos de personas trans y no binarias en todo el mundo. Según el informe, los países con la mayor cantidad de asesinatos fueron Brasil, con 130; México, con 63 y Estados Unidos, con 30. En total, desde 2008 –cuando comenzó la documentación regular de estos asesinatos– ha habido 3.314 asesinatos de personas transgénero y de género diverso en todo el mundo. Según el informe “Una epidemia nacional: violencia letal contra personas transgénero en Estados Unidos en 2019”, que acaba de publicar esta semana la organización LGTB Campaña de Derechos Humanos, de las 22 víctimas registradas este año en Estados Unidos, el 91% eran mujeres afroestadounidenses, el 81% eran menores de 30 años y el 68% se encontraba en la región sur del país.


Layleen Cubilette-Polanco, una mujer transgénero, murió en junio en la tristemente célebre cárcel Rikers de la ciudad de Nueva York tras ser arrestada por delitos menores y luego encarcelada por no poder pagar una fianza de 500 dólares. La pusieron en confinamiento solitario y murió por una epilepsia que, según su familia, se vio exacerbada por la negligencia de los funcionarios carcelarios. Chynal Lindsey fue asesinada en junio y arrojada al lago White Rock, en Dallas, un mes después de que Muhlaysia Booker fuera asesinada en la misma ciudad. El asesinato de Booker se produjo un mes después de que se volviera viral un video en el que se ve cómo una turba la apalea. Ambas víctimas eran mujeres trans afroestadounidenses y, en ambos casos, los sospechosos del asesinato han sido arrestados. El principal agresor de Booker en el video del ataque de abril también fue arrestado, declarado culpable y condenado a 300 días de cárcel.


Una mujer salvadoreña transgénero de 25 años de edad llamada Johana Medina Leon murió cuatro días después de ser liberada, tras pasar casi dos meses bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, período en el que sufrió constantes problemas de salud. Su muerte es un ejemplo de la cantidad de prejuicios interseccionales y complejos desafíos que las personas transgénero de color enfrentan a diario.


En una entrevista para “Democracy Now!”, Lala B Zannell, activista con una gran trayectoria de lucha por los derechos trans, declaró: “Cada vez que muere una mujer trans, particularmente una mujer trans de color, es como si siempre padecieras de ansiedad, siempre estás viviendo una realidad en la que podrías ser la próxima”. Al describir el Día de la Memoria de este año, señaló: “Muchas personas trans se están apropiando de este espacio y de este momento, porque hemos tenido un año muy difícil con este gobierno [del presidente Donald Trump]. Realmente estamos tratando de programar eventos que sean de sanación, que no sean traumáticos para las personas trans”.


Un objetivo clave del Día de la Memoria Transgénero y de la semana de concientización previa es involucrar a los aliados del movimiento para acabar con la discriminación y la violencia. Lala B explicó: “La mejor manera de combatir [la transfobia] es demostrarle apoyo al colectivo trans, denunciar la transfobia cuando ocurra en tu vecindario, no confundir el género de las personas trans, honrar y proteger a las que están en tu vecindario, ir a tu escuela y decir que no te incomoda que acudan personas trans y que necesitan espacios seguros para ir al baño, que se les permita participar de los deportes y asistir al baile de graduación de la forma en que se sienten auténticas. Puedes decir en tu trabajo: ‘En este espacio vamos a contratar personas trans. No vamos a permitir la transfobia. No vamos a discriminar a las personas’. Y cuando veas actos de violencia no te limites a sacar tu teléfono y grabar. No seas un mero espectador, ponle fin a la violencia contra las mujeres trans de color”.


El último llamado a la acción de Lala B Zannell, el de intervenir ante un ataque en curso, requiere un gran coraje. Pero este es el compromiso que se necesita para poner fin al creciente flagelo de la violencia contra personas transgénero y de género no binario.

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