Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Constitución | Reflexión | Democracia

¿Estamos al fin del ciclo fatal de cuarenta años?

¿Acaso somos demócratas por ir a votar una y otra vez?
Francisco Rodríguez
martes, 8 de octubre de 2019, 10:39 h (CET)

Desde que fue aprobada la Constitución de 1978 creí que su título I, capítulo II, sobre los derechos y deberes fundamentales de los españoles era cierto, nos convertía en un país democrático y nos ponía a salvo de la persecución y la arbitrariedad, pero pasados cuarenta años (siempre el fatídico período de cuarenta años) compruebo con tristeza que no es verdad. Que mis opiniones no sirven para nada si no coinciden con las del gobierno y que el gobierno, de unos u otros, se encarga de blindar, apoyar y subvencionar sus propias opiniones y si no las compartimos, peor para mí y los que opinen como yo.

Así que nada de país democrático, solo apariencia. El gobierno o mejor dicho los numerosos gobiernos que deciden por nosotros ya se encargan de dictar leyes sobre la educación, el feminismo feroz que ha destruido la igualdad de los ciudadanos ante la ley, la ideología de género y el matrimonio homosexual, y el aborto prácticamente libre, que está eliminando la familia. Nuestras propias viviendas, que pueden ser ocupadas impunemente, la imparable emigración subvencionada, etc. etc. y todo ello regado abundantemente con subvenciones de los ayuntamientos, de las comunidades autónomas o del estado.

Luego nos cuentan que hay una España prácticamente vacía, que hay bandas de menores emigrantes no acompañados, “menas” o “bandas latinas” de llegados de la América Hispana, que siembran el terror en bastante barrios de nuestras ciudades sin una acción punitiva y eficaz de nuestro sistema judicial ni penitenciario.

Se les llena la boca a nuestros gobernantes hablando de las prestaciones sociales o de nuestra sanidad pública, pero no consiguen garantizar las pensiones de los que trabajaron y cotizaron toda su vida.

Nuestros políticos no son siquiera capaces de ponerse de acuerdo para buscar el bien común de los españoles, pues cada uno persigue su propio beneficio, pero nos ordenan volver a votar otra vez, ¿para qué? ¿Cuáles son sus programas? ¿Significa algo votar a la izquierda o a la derecha? ¿Cuáles son las diferencias? ¿Es urgente desenterrar a Franco o derribar la cruz del Valle? ¿Se quiere poner punto final a la transición que nos pareció modélica?

La Ley de Memoria Histórica ¿para qué? Dejad la historia para los historiadores y dedicaros a la tarea urgente de gobernar sin aumentar la deuda, sin agobiarnos con impuestos, sin atizar discordias, pero sin aceptar la ruptura de España.

Seguramente que lo que yo piense o deje de pensar le importa un bledo a nuestros políticos, salvo que me oponga al aborto, al matrimonio homosexual al adoctrinamiento escolar de los niños o a la destrucción de la familia pues si consiguiera hacerme oír me mirarían con desprecio y me calificarían de facha.

Mi voz no llegará muy lejos, pero seguiré pataleando y gritando que esto no es ninguna democracia, que las libertades y derechos que aparecen la Constitución del 78 son papel mojado y que me siento engañado y desilusionado con un régimen que voté esperanzado.

¿Será verdad que en España cada cuarenta años todo se va al traste y hay que volver a empezar? No voy a vivir lo suficiente para ver lo que pasa, pero a mis hijos y nietos les deseo una España mejor.

Noticias relacionadas

En las últimas semanas, la inflación en Estados Unidos ha vuelto al debate político y económico. Algunos analistas afirman que este fenómeno podría, en teoría, “beneficiar” al gobierno de Donald Trump al reducir el peso real de la deuda pública. Pero, ¿hasta qué punto es cierto esto? ¿Realmente la inflación es aliada de la administración actual en su reto fiscal?

Tal como nos aclaró Winston Churchill, «la democracia es el peor de los sistemas políticos, si exceptuamos a todos los demás». Para los que hemos vivido la mayor parte de nuestras vidas en un régimen democrático, nos podría parecer que esa es la situación normal, pero no es así, tal como demuestra la realidad de nuestra historia. 

Desde las enigmáticas necrópolis megalíticas hasta los impresionantes rascacielos modernos, la ingeniería ha sido fundamental para el progreso de las civilizaciones. Fue gracias a ella que los egipcios erigieron pirámides que aún hoy desafían el tiempo, que los romanos llevaron con sus acueductos agua a tierras áridas, y que imperios enteros construyeron puentes, murallas y ciudades que marcaron épocas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto