Decía Roger Wolfe que el periodismo es arrojar basura y después lavarse las manos, algo que con frecuencia sucede en Paraguay, país carente de las leyes que en países serios rigen actividades tan delicadas como las comunicacionales.

Esta semana el diario ABC color publicó la noticia de que “El Presidente electo de Paraguay, Horacio Cartes, rechazó la invitación de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, para asistir a la misa que el papa Francisco oficiará el domingo en Río de Janeiro”.

Inmediatamente, el equipo del presidente electo del Paraguay desmintió categóricamente las expresiones del diario de Aldo Zucolillo, afirmando que tales expresiones eran “del diario (ABC)”.

“En primer término, el presidente no rechazó ninguna invitación de la presidenta Dilma Rousseff” afirmó Eladio Loizaga, vocero de Cartes en temas de relacionamiento exterior, a través de la emisora Radio Mil de la capital paraguaya.

“El presidente Horacio Cartes agradece a la presidenta Dilma Rousseff la distinción, y la valora mucha” señalan también los voceros de Cartes, explicando que en realidad solo se excusó de participar del evento considerando que aún no asumirá para esas fechas sus funciones de presidente.

Añadió que el Paraguay está muy bien representado en ese evento por millares de jóvenes paraguayos.

“La palabra “RECHAZAR” utilizada por el diario no pasa por las intenciones ni por la mente del presidente electo” afirmaron los auténticos voceros de Cartes.

ABC color un diario vinculado a la SIP, NED, USAID y CIA, propiedad de Aldo Zucolillo., conocido empresario vinculado al Plan Cóndor, la represión de tiempos de la dictadura de Stroessner y a la secta Moon.

Zucolillo es un empresario que financió en su momento al centro de detenciones y torturas de la dictadura paraguaya, dirigido por Antonio Campos Alum con asesoramiento de la CIA y la embajada norteamericana de Asunción. Aldo Zucolillo también es conocido por su sociedad con Massera y con la Secta Moon, además de ser protegido de la Fundación Nacional para la Democracia (NED, USA) y directivo de la SIP.

Zucolillo tenía además fuertes vínculos con el dictador Alfredo Stroessner, quien gobernó al Paraguay con respaldo de Washington entre 1954 y 1989. Las vinculaciones sobrepasaban lo ideológico, ya que su hermano Antonio (Tuco), era incluso consuegro de Stroessner y embajador en Londres, su hermano Julio César, se desempeñaba como delator al servicio de Pastor Coronel y su célebre cuñado, Conrado Pappalardo Zaldìvar, era el encargado de los actos ceremoniales del dictador, posición encumbrada desde la cual se involucró en actos terroristas del Operativo Cóndor como el asesinato de Orlando Letelier en Washington, en 1976.

Hoy sigue controlando o manipulando, en sociedad con sus afines, la mayor parte de lo que en Paraguay se puede decir. Valga el desmentido del gobierno electo del Paraguay para demostrarlo.