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El lingüista lleva toda una vida dedicada al estudio de la lengua y, quizá a causa de eso o como consecuencia de eso, no tiene pareja. Desde el punto de vista teórico, conoce todos los entresijos de las palabras, de las oraciones, de los sintagmas…, pero, a la hora de llevarlo a la práctica, es incapaz de sentarse delante de una mujer y demostrarle todo lo que siente.
Era una casa sencilla, sin muchos lujos o detalles exóticos. La parte que da a la calle era una pared cascada, corroída por el tiempo, dentro de ella la situación era distinta, debido al decorado-ubicación-de los escritorios, libros, pinturas que mostraba en las paredes de la sala del escritor y pintor.
El vuelo de mi atardecer, de la poeta uruguaya Gaby Saltorio (n. 1960), no es solo una colección de poemas, es un mapa de emociones que tejen la geografía humana: amor que quema, ausencia que desgarra, esperanza que ilumina incluso en la noche más oscura. Gaby no escribe desde la distancia, sino desde las entrañas de lo vivido. Cada palabra es un latido, cada verso, una confesión que resuena en el eco de tu propia historia.
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