La mejor forma de resumir su personalidad y su carrera sucedió uno de los días más importantes en la historia del club valencianista
Nacho Moreno viernes, 2 de agosto de 2019, 11:39 h (CET)
Ricardo Arias llegó al Valencia Club de Fútbol siendo un niño vergonzoso y salió como una leyenda. Cuando hablamos de su figura hablamos de uno de los mejores líberos de la historia del fútbol, un jugador que gracias a que empezó su carrera futbolística como mediocentro, tuvo las cualidades técnicas para deslumbrar detrás de la línea defensiva. Y es que él era el último reducto del equipo, el salvador, el jugador que separaba la línea defensiva con el portero.
Y el bueno de Ricardo Arias, a pesar de ser uno de los mejores en su posición, tan sólo fue a una convocatoria con la Selección Española. Algunos dicen que los entrenadores de entonces apostaban por defensores más expeditivos, pero casi todo el mundo sabe que Arias tenía mala fama por la capital de España y esto fue el principal impedimento para que no fuera un asiduo en las convocatorias nacionales.
Su presencia en el campo lo decía todo: su fuerte carácter y sus aires chulescos se contraponían a una elegancia exquisita a la hora de tratar el balón. Pero a él jamás le importó su escasa presencia en el equipo nacional, ya que su vida era el Valencia Club de Fútbol.
La mejor forma de resumir su personalidad y su carrera sucedió uno de los días más importantes en la historia del club valencianista. El 14 de mayo de 1980, el Valencia liderado por Mario Alberto Kempes se enfrentaba al Arsenal inglés en la final de la Recopa de Europa en el estadio de Heysel, en Bruselas. El camino a la final para los valencianistas estuvo lleno de goles y de buen juego, pero el día de la final, todo eso se esfumó y los nervios atenazaron a los jugadores, que prácticamente no lograron un tiro a puerta en todo el partido y la prórroga.
Los minutos pasaban y el marcador seguía con el 0-0 inicial, por lo que la tanda de penaltis acechaba. Las paradas de Pereira pusieron el título de cara, pero la última palabra la tenía Ricardo Arias. Un joven de 23 años que alzó la voz cuando todos se escondían y le dijo al técnico Alfredo Di Stéfano, "míster, yo lo tiro". Y con ese temple y determinación Ricardo metió el penalti que daría al Valencia Club de Fútbol la Recopa de Europa.
Por último, adjuntamos el documental realizado por la cuenta de Twitter, Instagram y Youtube dedicada a la historia del Valencia (@VCFVintage) sobre su figura.
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