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Opinión
Etiquetas | Animalistas | Especismo | Naturaleza | Reflexión
Los animalistas luchan por todos los animales, sin excepción

Animalismo: la lucha fundamental

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Lucha que nace en el seno de la sociedad humana pero no es social en tanto que lucha para que los animales que no desean estar en las ciudades humanas, porque fueron secuestrados y encerrados y usados durante siglos, aborrecen lo social; en tanto representantes suyos, el animalismo es asocial. Lo social siempre estará en confrontación con lo salvaje, que es precisamente el principal valor que tienen los animales que desean ser libres: y salvajes.

Los animalistas luchan por todos los animales, sin excepción. El animalismo se confronta con el especismo. El especismo consiste en favorecer una o unas especies en detrimento de otras, a las que se ningunea o explota. Por tanto el animalismo es una lucha cuyos componentes son veganos, porque el veganismo no es más que no comer cadáveres de animales que han sido secuestrados de sus casas naturales abiertas, o hace poco o hace siglos e hijos e hijas nacen ya en cautividad. Aquellas y aquellos que dicen ser animalistas sin ser veganos mienten. Es como decir que se es feminista, ir a la manifestación y en la casa golpear a la mujer; que es lo mismo que uno que rescata un perro, se dice animalista y luego se come un trozo de cadáver de pez al que le han arrebatado la vida para su gula. Para un sabor. Sin más. Porque ni hace falta comer animales por salud, porque está demostrado que comerlos genera todo tipo de enfermedades, y por encima de todo no es justo que un ser tenga que vivir para que alguien disfrute en un bar o en su casa pasándolo genial con su familia. En el animalismo hay infinidad de individuos y activistas que son especistas, ya sea por ser veganos o por defender y ser portavoces de tales animales y de otros no.

Popularmente, se confunde el animalismo con la no necesidad de ser vegano. Piensa un taurino o uno que rescata gatos o está en una protectora unas horas, que ya ha hecho “algo” y eso es como poder permitirse después “el pecadito” de comer cadáveres. Eso es una aberración, una incoherencia, una deshonestidad y una crueldad.

Incluso entre gente conocida del animalismo español todavía hay individuos que comen animales asesinados para ellos.

Esto debería servir para, todas/os a una, echarlos, si esta palabra sirve (hay muchas formas de echar a alguien de un movimiento, una de ellas es el vacío). Quien come a nuestros defendidos no lucha de nuestra parte. Es enemigo, sin ambages.

Liberación animal
Este término significa lo mismo que el animalismo pero llega más lejos. El animalismo defiende los derechos y la libertad y está en contra del maltrato, uso y la explotación animal -el verdadero, el falso, no-, pero no tiene una caladura tan honda como la liberación animal, cuyo precepto fundamental es buscar la forma de liberar a todos los animales de todos sus claustros y abolir la esclavitud animal. Liberación animal es también liberación humana, pues también somos animales y también somos reos en las penitenciarías con amos de las ciudades. Los que peor parte llevan son sin duda los no humanos, pero la liberación o es para todas/os o no será, pues de liberar al resto de los animales y dejar ciegos adentro del especismo a los animales humanos, que tornarán a encerrar animales, su gran vicio y su “poder”.


A dónde nos llevará nuestra bandera anarquista.

Pronósticos de futuro:


La bella revolución

Concepto visionario del poeta Ángel Padilla cuya fundamentación lógica y sencilla es que hay que abrir todas las jaulas pase lo que pase. Su Visión es que habrá un futuro no muy lejano en que activistas en todo el mundo lograrán la forma de aunar sentires libertarios y fijarán días y horas para abrir mataderos, zoos y todo tipo de lugares donde los animales están muertos en vida para que salgan. La debacle será tremenda. Habrá sangre y muerte por doquier. Pero habrá, al fin, dignidad. Veo animales atestando las ciudades, paralizando la luz eléctrica, los transportes, y para mucho tiempo porque el desastre será mundial. Muchos lograrán llegar al campo. A la Resistencia humana y los rebeldes se les unirán humanos despertados, de nuevo sintiéndose animales, sin la cadena social. Lo importante es que salgan a oleadas sin cesar de los cautiverios y al menos durante un segundo vean el cielo y que éste toque sus lomos y frentes casi muertas. A partir de este suceso habrá un antes y un después relevante y fundamental. Así como Freud pretendía en una de las cosas en que tenía razón, que los histéricos y locos, viendo sus fantasmas bajo el sol, podrían sanarse, que los esclavistas, los consumidores mundiales, observen a la cara a sus monstruos ocultos en los sótanos a millones de la tierra. Hay un futuro para la libertad de todos, y ocurrirá con lo menos pensado. Esa es mi visión, el dolor será grande. En el libro “La Bella Revolución”, ya escrito (aunque aún inédito) se dice entre otras cosas que Lo que ocurra con la apertura de la jaula de un reo sólo tendrá culpa el carcelero. Y que todo reo tiene derecho a conocer la libertad aunque sea horas o un sólo día. El encierro en penumbra y sin casi movimiento de por vida es un estado peor que la muerte.


El sueño por el que luchamos es Justicia planetaria. Y esta, os aseguro, de todas las posibles insurgencias, es la única que no esperan.

Empero, la teoría libertaria tiene muchas salidas y caminos.


El animalismo, la liberación animal, es la lucha más importante de toda la historia del paso del hombre y la mujer por esta tierra. Es evolución, un estadio evolutivo que ya va germinando cada vez más rápido en miles, millones de individuos del orbe, que tomarán partido en la confrontación contra un sistema piramidal y dominante que mata tanto a animales humanos como no humanos. Quien desee nacer y morir sin haber hecho nada contra toda esta barbarie y miseria, es su decisión. Quien busque derechos para humanos entre humanos en este manicomio, en esta cárcel gigante abierta, beneficiará a esos humanos en inferioridad de condiciones, pero no matará la raíz que genera todos los problemas y abre su flor de violencia por todo lugar y rincón. "Mientras no liberéis a vuestros esclavos, jamás podréis pedir que no haya violencia y desigualdad en las falsedades de mundo que son las metrópolis".


Muchas/os ya entregamos nuestra vida, coraje y firmeza insobornable a producir el cambio.

No parches en la sociedad, que politizada y militarizada jamás cambiará. Sino emerger lo salvaje libre entre toda esta fantasmagoría sangrante basada en el Capital, unos energúmenos riquísimos de dinero a costa de millones de idiotas.

Lo salvaje libre en sí mismo será lo que parará todos los relojes del capitalismo y pondrá en marcha el tiempo nuevo de las flores.

Flores, no relojes.

Ramas de árbol y montañas, no balcones.

Entrega, no egoísmo.

Tú, y no tu cobardía.

Caminos hacia el mar. Ya estamos en el Poema.


Que nos respeten y nos teman.

No debemos caer simpáticos. Tengamos en cuenta que nos enfrentamos a sectarizados desde pequeños. Y que los animales no pueden ya esperar debates calmados y protocolarios y tiempos de decisión de personas que dicen que "están en ello", en tornarse veganos, en tomar partido. Que aumente la contundencia de nuestra palabra. Que aumente la fuerza de nuestros hechos. Toda evolución humana se produce naturalmente, pero avanza más rápido o menos según lo que por ella hagan sus hijas e hijos más despiertos.

Decir animalismo es decir: existirá un mañana. Decir especismo es nombrar el caos que destruirá, de no frenarlo, el planeta todo y cualquier posibilidad de vida en éste.

Animalismo: la lucha fundamental

Los animalistas luchan por todos los animales, sin excepción
Ángel Padilla
jueves, 7 de marzo de 2019, 15:59 h (CET)


Lucha que nace en el seno de la sociedad humana pero no es social en tanto que lucha para que los animales que no desean estar en las ciudades humanas, porque fueron secuestrados y encerrados y usados durante siglos, aborrecen lo social; en tanto representantes suyos, el animalismo es asocial. Lo social siempre estará en confrontación con lo salvaje, que es precisamente el principal valor que tienen los animales que desean ser libres: y salvajes.

Los animalistas luchan por todos los animales, sin excepción. El animalismo se confronta con el especismo. El especismo consiste en favorecer una o unas especies en detrimento de otras, a las que se ningunea o explota. Por tanto el animalismo es una lucha cuyos componentes son veganos, porque el veganismo no es más que no comer cadáveres de animales que han sido secuestrados de sus casas naturales abiertas, o hace poco o hace siglos e hijos e hijas nacen ya en cautividad. Aquellas y aquellos que dicen ser animalistas sin ser veganos mienten. Es como decir que se es feminista, ir a la manifestación y en la casa golpear a la mujer; que es lo mismo que uno que rescata un perro, se dice animalista y luego se come un trozo de cadáver de pez al que le han arrebatado la vida para su gula. Para un sabor. Sin más. Porque ni hace falta comer animales por salud, porque está demostrado que comerlos genera todo tipo de enfermedades, y por encima de todo no es justo que un ser tenga que vivir para que alguien disfrute en un bar o en su casa pasándolo genial con su familia. En el animalismo hay infinidad de individuos y activistas que son especistas, ya sea por ser veganos o por defender y ser portavoces de tales animales y de otros no.

Popularmente, se confunde el animalismo con la no necesidad de ser vegano. Piensa un taurino o uno que rescata gatos o está en una protectora unas horas, que ya ha hecho “algo” y eso es como poder permitirse después “el pecadito” de comer cadáveres. Eso es una aberración, una incoherencia, una deshonestidad y una crueldad.

Incluso entre gente conocida del animalismo español todavía hay individuos que comen animales asesinados para ellos.

Esto debería servir para, todas/os a una, echarlos, si esta palabra sirve (hay muchas formas de echar a alguien de un movimiento, una de ellas es el vacío). Quien come a nuestros defendidos no lucha de nuestra parte. Es enemigo, sin ambages.

Liberación animal
Este término significa lo mismo que el animalismo pero llega más lejos. El animalismo defiende los derechos y la libertad y está en contra del maltrato, uso y la explotación animal -el verdadero, el falso, no-, pero no tiene una caladura tan honda como la liberación animal, cuyo precepto fundamental es buscar la forma de liberar a todos los animales de todos sus claustros y abolir la esclavitud animal. Liberación animal es también liberación humana, pues también somos animales y también somos reos en las penitenciarías con amos de las ciudades. Los que peor parte llevan son sin duda los no humanos, pero la liberación o es para todas/os o no será, pues de liberar al resto de los animales y dejar ciegos adentro del especismo a los animales humanos, que tornarán a encerrar animales, su gran vicio y su “poder”.


A dónde nos llevará nuestra bandera anarquista.

Pronósticos de futuro:


La bella revolución

Concepto visionario del poeta Ángel Padilla cuya fundamentación lógica y sencilla es que hay que abrir todas las jaulas pase lo que pase. Su Visión es que habrá un futuro no muy lejano en que activistas en todo el mundo lograrán la forma de aunar sentires libertarios y fijarán días y horas para abrir mataderos, zoos y todo tipo de lugares donde los animales están muertos en vida para que salgan. La debacle será tremenda. Habrá sangre y muerte por doquier. Pero habrá, al fin, dignidad. Veo animales atestando las ciudades, paralizando la luz eléctrica, los transportes, y para mucho tiempo porque el desastre será mundial. Muchos lograrán llegar al campo. A la Resistencia humana y los rebeldes se les unirán humanos despertados, de nuevo sintiéndose animales, sin la cadena social. Lo importante es que salgan a oleadas sin cesar de los cautiverios y al menos durante un segundo vean el cielo y que éste toque sus lomos y frentes casi muertas. A partir de este suceso habrá un antes y un después relevante y fundamental. Así como Freud pretendía en una de las cosas en que tenía razón, que los histéricos y locos, viendo sus fantasmas bajo el sol, podrían sanarse, que los esclavistas, los consumidores mundiales, observen a la cara a sus monstruos ocultos en los sótanos a millones de la tierra. Hay un futuro para la libertad de todos, y ocurrirá con lo menos pensado. Esa es mi visión, el dolor será grande. En el libro “La Bella Revolución”, ya escrito (aunque aún inédito) se dice entre otras cosas que Lo que ocurra con la apertura de la jaula de un reo sólo tendrá culpa el carcelero. Y que todo reo tiene derecho a conocer la libertad aunque sea horas o un sólo día. El encierro en penumbra y sin casi movimiento de por vida es un estado peor que la muerte.


El sueño por el que luchamos es Justicia planetaria. Y esta, os aseguro, de todas las posibles insurgencias, es la única que no esperan.

Empero, la teoría libertaria tiene muchas salidas y caminos.


El animalismo, la liberación animal, es la lucha más importante de toda la historia del paso del hombre y la mujer por esta tierra. Es evolución, un estadio evolutivo que ya va germinando cada vez más rápido en miles, millones de individuos del orbe, que tomarán partido en la confrontación contra un sistema piramidal y dominante que mata tanto a animales humanos como no humanos. Quien desee nacer y morir sin haber hecho nada contra toda esta barbarie y miseria, es su decisión. Quien busque derechos para humanos entre humanos en este manicomio, en esta cárcel gigante abierta, beneficiará a esos humanos en inferioridad de condiciones, pero no matará la raíz que genera todos los problemas y abre su flor de violencia por todo lugar y rincón. "Mientras no liberéis a vuestros esclavos, jamás podréis pedir que no haya violencia y desigualdad en las falsedades de mundo que son las metrópolis".


Muchas/os ya entregamos nuestra vida, coraje y firmeza insobornable a producir el cambio.

No parches en la sociedad, que politizada y militarizada jamás cambiará. Sino emerger lo salvaje libre entre toda esta fantasmagoría sangrante basada en el Capital, unos energúmenos riquísimos de dinero a costa de millones de idiotas.

Lo salvaje libre en sí mismo será lo que parará todos los relojes del capitalismo y pondrá en marcha el tiempo nuevo de las flores.

Flores, no relojes.

Ramas de árbol y montañas, no balcones.

Entrega, no egoísmo.

Tú, y no tu cobardía.

Caminos hacia el mar. Ya estamos en el Poema.


Que nos respeten y nos teman.

No debemos caer simpáticos. Tengamos en cuenta que nos enfrentamos a sectarizados desde pequeños. Y que los animales no pueden ya esperar debates calmados y protocolarios y tiempos de decisión de personas que dicen que "están en ello", en tornarse veganos, en tomar partido. Que aumente la contundencia de nuestra palabra. Que aumente la fuerza de nuestros hechos. Toda evolución humana se produce naturalmente, pero avanza más rápido o menos según lo que por ella hagan sus hijas e hijos más despiertos.

Decir animalismo es decir: existirá un mañana. Decir especismo es nombrar el caos que destruirá, de no frenarlo, el planeta todo y cualquier posibilidad de vida en éste.

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Pienso, y esto no deja de ser una opinión exclusivamente personal, que la literatura debe estar escrita siempre desde el foco de la ilusión y la esperanza. Son los esenciales avituallamientos para la creatividad. No digo ya que las novelas deban tener un matiz rosa y de amores platónicos que nos alejan de la realidad. Porque ante todo hay que tener presente el punto de unión entre la ficción y la realidad.

Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.

El padre de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi, en su obra "El Crimen de la Guerra"(1870), afirma: "No puede haber guerra justa, porque no hay guerra juiciosa. La guerra es la pérdida temporal del juicio". Asimismo, añade que "las guerras serán mas raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y las invitan".

 
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