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El falso caramelo de la seducción

La seducción de España

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Ante los diversos intentos fallidos de España para seducir a más de dos millones de catalanes soberanistas ojeo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y de las tres acepciones que tiene la palabra

“seducir” me quedo con la primera, que, simplemente dice “persuadir a alguien con argucias o halagos para algo, frecuentemente malo.” Y analizando esta definición del verbo seducir veo que todos los gobiernos de España, sean del color que sean y de cualquier tiempo y época histórica no han hecho otra cosa que intentar llevar a cabo la descripción que la RAE da del verbo transitivo seducir. A lo largo de los años, y, especialmente en estos últimos tiempos, des del poder político de Madrid no hacen otra cosa que lanzar cantos de sirena dirigidos a los partidarios de la independencia para que vuelvan al redil y se comporten como perfectos especímenes del español amante de una madre patria que, para Catalunya, siempre ha sido más bien una feroz madrastra.

Últimamente desde el Gobierno de Pedro Sánchez y sus aledaños se intenta persuadir a los tenaces catalanes que, hartos ya de promesas incumplidas, se niegan a votar afirmativamente los presupuestos del partido socialista, con el espantajo de la posible llegada del “coco” de las derechas, haciendo hincapié en la posible presencia de VOX en un gobierno de España, como ya lo está de manera indirecta en el de Andalucía. Esta es la principal “argucia” que usan desde España para con los votos del independentismo catalán poder sacar adelante unos presupuestos para los que la derecha extrema, quiero decir el PP y C’s ya han anunciado su voto negativo. Desde el PSOE y su prensa afín, que ya no es mucha, se comienza a acusar al nacionalismo de todos los males que puedan sufrir los españolitos de a pie si estos presupuestos no salen adelante. Y si el partido del puño abierto y la rosa marchita no saca adelante sus presupuestos será, sencilla y llanamente, por sus maneras prepotentes, maneras que le han hecho creer que los que expulsaron a Mariano Rajoy de los cómodos sillones de Moncloa les habían dado un cheque en blanco para que hicieran de su capa un sayo. El partido en el Gobierno no ha sabido o no ha querido dialogar con sus posibles socios en la aprobación de los presupuestos, y cuando lo ha hecho les ha engañado como ha hecho con Podemos y la modificación de la legislatura sobre alquileres, que, finalmente, se han tenido que comer con patatas por prepotentes y por no cumplir lo pactado,

El capítulo de las argucias le ha fallado estrepitosamente al PSOE, el soberanísmo no se ha dejado engatusar por un pequeño caramelo envenenado disfrazado de inversiones millonarias, inversiones que, por cierto, todavía están 3 puntos por debajo de lo que correspondería a Catalunya con arreglo a su aportación al IPB español. Pero es en el apartado de los “halagos” donde la socialdemocracia española ha patinado estrepitosamente. Mientras Pedro Sánchez simula extender una mano amiga al Gobierno catalán algunos de sus ministros y los barones de su partido se dedican a jugar al pim,pam, pum con Catalunya y los catalanes, haciendo gala de aquel verso machadiano del “desprecia cuanto ignora”.

Aquel grito lleno de odio hacia Catalunya de “a por ellos” que resonó en la boca de muchos ciudadanos que, con alegría, despedían a los guardia civiles que en Setiembre del 2017 marchaban a Catalunya para prohibir el libre ejercicio de votar y para agredir con sus porras a una pacifica población civil, aquel grito de “a por ellos” posteriormente fue refrendado por Felipe VI que el 3 de octubre de 2017 con sus palabras dejó de ser el rey de más de dos millones de catalanes. Aquel grito, preñado de odio, en la boca de ciudadanos engañados, en algunas ocasiones, por su gobierno, fue la señal de partida de una serie de ofensas contra Catalunya y el pueblo catalán llevadas a cabo por una reata de ignorantes, indignos de estar al frente de cualquier Gobierno.

Los “halagos” siguieron adelante, y “la sultana socialista” de Andalucía no encontró otra excusa para justificar la pérdida del feudo andaluz del PSOE durante 40 años que Catalunya, ya que el PP, C’s y VOX, los vencedores, se habían pasado toda la campaña hablando de Catalunya en lugar de dar soluciones a una CC.AA. como la andaluza que no goza de una economía boyante, aunque sí de unos índices de paro alarmantes, que todavía lo serian más sin el subsidio del PER, un subsidio que durante muchos años ha tenido cautivo el voto de los jornaleros andaluces. Por si Catalunya no entendía los cantos de sirena de los españoles los “halagos” continuaron. En esta ocasión llegaban de otra de las regiones con más paro, más analfabetismo, más funcionarios por metro cuadrado y una de las más subsidiadas de España. Desde Extremadura el PSOE, el PP y C’s aprobaban una moción parlamentaria pidiendo al Gobierno de España la aplicación del artículo 155 de la Constitución a Catalunya. Seguramente los parlamentarios extremeños viven en el mejor de los mundos, estoy seguro que ellos así lo hacen, con un buen sueldo oficial, pero dudo mucho que los ciudadanos extremeños, los que no pueblan esa pléyade de funcionarios extremeños que pagamos entre todos, tengan como principal preocupación lo que pasa en Catalunya.

Pero no son solo los llamados “barones” del PSOE los que con esta clase de “halagos” quieren devolver los catalanes al metafórico redil español. Ese “jubilado de oro” llamado Alfonso Guerra, cuya única cotización a la Seguridad Social ha sido como político, también se suma a los que piden mano dura contra el soberanismo catalán, y con él un catalán renegado como el ministro Borrell, que como buen renegado, y, tal vez, para hacerse perdonar el haber nacido catalán, destila odio y rabia contra todo lo que llegue desde el soberanismo catalán, y miente como un bellaco ante sus colegas de la Unión Europea afirmando, sin que el rubor asome a sus mejillas, que el 1-O no hubo los heridos que están documentados ni la policía se comportó miserablemente, llegando a afirmar que algunos de los videos donde se ve claramente a guardia civiles apaleando ciudadanos indefensos son un montaje y que dichas imágenes son de Chile en manifestaciones contra Pinochet. Más cinismo es imposible.

Está claro que la seducción española ha fallado, las argucias y los “halagos” no han servido para nada, y es que, como dice la definición de la RAE, generalmente se seduce con argucias y halagos para algo malo, en este caso la seducción intenta que más de dos millones de catalanes cierren los ojos ante la mala praxis del Gobierno central, sea del color que sea. Desde hace más de cien años para todos ellos Catalunya siempre será un problema que nunca han querido resolver por la vía política.

La seducción de España

El falso caramelo de la seducción
Rafa Esteve-Casanova
martes, 29 de enero de 2019, 08:17 h (CET)

Ante los diversos intentos fallidos de España para seducir a más de dos millones de catalanes soberanistas ojeo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y de las tres acepciones que tiene la palabra

“seducir” me quedo con la primera, que, simplemente dice “persuadir a alguien con argucias o halagos para algo, frecuentemente malo.” Y analizando esta definición del verbo seducir veo que todos los gobiernos de España, sean del color que sean y de cualquier tiempo y época histórica no han hecho otra cosa que intentar llevar a cabo la descripción que la RAE da del verbo transitivo seducir. A lo largo de los años, y, especialmente en estos últimos tiempos, des del poder político de Madrid no hacen otra cosa que lanzar cantos de sirena dirigidos a los partidarios de la independencia para que vuelvan al redil y se comporten como perfectos especímenes del español amante de una madre patria que, para Catalunya, siempre ha sido más bien una feroz madrastra.

Últimamente desde el Gobierno de Pedro Sánchez y sus aledaños se intenta persuadir a los tenaces catalanes que, hartos ya de promesas incumplidas, se niegan a votar afirmativamente los presupuestos del partido socialista, con el espantajo de la posible llegada del “coco” de las derechas, haciendo hincapié en la posible presencia de VOX en un gobierno de España, como ya lo está de manera indirecta en el de Andalucía. Esta es la principal “argucia” que usan desde España para con los votos del independentismo catalán poder sacar adelante unos presupuestos para los que la derecha extrema, quiero decir el PP y C’s ya han anunciado su voto negativo. Desde el PSOE y su prensa afín, que ya no es mucha, se comienza a acusar al nacionalismo de todos los males que puedan sufrir los españolitos de a pie si estos presupuestos no salen adelante. Y si el partido del puño abierto y la rosa marchita no saca adelante sus presupuestos será, sencilla y llanamente, por sus maneras prepotentes, maneras que le han hecho creer que los que expulsaron a Mariano Rajoy de los cómodos sillones de Moncloa les habían dado un cheque en blanco para que hicieran de su capa un sayo. El partido en el Gobierno no ha sabido o no ha querido dialogar con sus posibles socios en la aprobación de los presupuestos, y cuando lo ha hecho les ha engañado como ha hecho con Podemos y la modificación de la legislatura sobre alquileres, que, finalmente, se han tenido que comer con patatas por prepotentes y por no cumplir lo pactado,

El capítulo de las argucias le ha fallado estrepitosamente al PSOE, el soberanísmo no se ha dejado engatusar por un pequeño caramelo envenenado disfrazado de inversiones millonarias, inversiones que, por cierto, todavía están 3 puntos por debajo de lo que correspondería a Catalunya con arreglo a su aportación al IPB español. Pero es en el apartado de los “halagos” donde la socialdemocracia española ha patinado estrepitosamente. Mientras Pedro Sánchez simula extender una mano amiga al Gobierno catalán algunos de sus ministros y los barones de su partido se dedican a jugar al pim,pam, pum con Catalunya y los catalanes, haciendo gala de aquel verso machadiano del “desprecia cuanto ignora”.

Aquel grito lleno de odio hacia Catalunya de “a por ellos” que resonó en la boca de muchos ciudadanos que, con alegría, despedían a los guardia civiles que en Setiembre del 2017 marchaban a Catalunya para prohibir el libre ejercicio de votar y para agredir con sus porras a una pacifica población civil, aquel grito de “a por ellos” posteriormente fue refrendado por Felipe VI que el 3 de octubre de 2017 con sus palabras dejó de ser el rey de más de dos millones de catalanes. Aquel grito, preñado de odio, en la boca de ciudadanos engañados, en algunas ocasiones, por su gobierno, fue la señal de partida de una serie de ofensas contra Catalunya y el pueblo catalán llevadas a cabo por una reata de ignorantes, indignos de estar al frente de cualquier Gobierno.

Los “halagos” siguieron adelante, y “la sultana socialista” de Andalucía no encontró otra excusa para justificar la pérdida del feudo andaluz del PSOE durante 40 años que Catalunya, ya que el PP, C’s y VOX, los vencedores, se habían pasado toda la campaña hablando de Catalunya en lugar de dar soluciones a una CC.AA. como la andaluza que no goza de una economía boyante, aunque sí de unos índices de paro alarmantes, que todavía lo serian más sin el subsidio del PER, un subsidio que durante muchos años ha tenido cautivo el voto de los jornaleros andaluces. Por si Catalunya no entendía los cantos de sirena de los españoles los “halagos” continuaron. En esta ocasión llegaban de otra de las regiones con más paro, más analfabetismo, más funcionarios por metro cuadrado y una de las más subsidiadas de España. Desde Extremadura el PSOE, el PP y C’s aprobaban una moción parlamentaria pidiendo al Gobierno de España la aplicación del artículo 155 de la Constitución a Catalunya. Seguramente los parlamentarios extremeños viven en el mejor de los mundos, estoy seguro que ellos así lo hacen, con un buen sueldo oficial, pero dudo mucho que los ciudadanos extremeños, los que no pueblan esa pléyade de funcionarios extremeños que pagamos entre todos, tengan como principal preocupación lo que pasa en Catalunya.

Pero no son solo los llamados “barones” del PSOE los que con esta clase de “halagos” quieren devolver los catalanes al metafórico redil español. Ese “jubilado de oro” llamado Alfonso Guerra, cuya única cotización a la Seguridad Social ha sido como político, también se suma a los que piden mano dura contra el soberanismo catalán, y con él un catalán renegado como el ministro Borrell, que como buen renegado, y, tal vez, para hacerse perdonar el haber nacido catalán, destila odio y rabia contra todo lo que llegue desde el soberanismo catalán, y miente como un bellaco ante sus colegas de la Unión Europea afirmando, sin que el rubor asome a sus mejillas, que el 1-O no hubo los heridos que están documentados ni la policía se comportó miserablemente, llegando a afirmar que algunos de los videos donde se ve claramente a guardia civiles apaleando ciudadanos indefensos son un montaje y que dichas imágenes son de Chile en manifestaciones contra Pinochet. Más cinismo es imposible.

Está claro que la seducción española ha fallado, las argucias y los “halagos” no han servido para nada, y es que, como dice la definición de la RAE, generalmente se seduce con argucias y halagos para algo malo, en este caso la seducción intenta que más de dos millones de catalanes cierren los ojos ante la mala praxis del Gobierno central, sea del color que sea. Desde hace más de cien años para todos ellos Catalunya siempre será un problema que nunca han querido resolver por la vía política.

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