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Si los resultados del primer trimestre no fueron los esperados, todavía queda por delante un largo curso para acabar con unas buenas calificaciones

¿Cómo ayudar a los más pequeños a mejorar las notas después de unos malos resultados en el primer trimestre?

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El curso escolar es un partido que se juega en tres partes, o mejor dicho, en tres evaluaciones. Si los resultados del primer trimestre no fueron los esperados, todavía queda por delante un largo curso para acabar con unas buenas calificaciones. ¿El concepto clave? La famosa evaluación continua, un método de evaluación que tiene en cuenta la progresión del alumno a lo largo del año y de la que podemos aprovecharnos para motivar a los niños.


“Algunos niños no empiezan con buen pie el año académico, consiguiendo unos resultados pobres o incluso malos en relación a su capacidad”, explica Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools.“No existe una única causa que explique el fracaso escolar por lo que debemos de analizar de forma particular cada caso para hallar las causas que están interfiriendo negativamente en el rendimiento. Cuando desde el colegio nos informan de que no hay dificultades de aprendizaje, deberemos fijarnos en los hábitos de estudio y en el nivel de autonomía de los más pequeños, ya que con algunos ajustes en sus rutinas de estudio podremos mejorar sus resultados”, concluye Ana Herrero.


5 trucos para mejorar los resultados académicos de los niños si han sacado malas notas:

Evita el castigo: debemos hacerle saber al niño que no ha cumplido con sus obligaciones académicas y que estamos preocupados por los resultados obtenidos. Lo más probable es que el niño tampoco se sienta satisfecho. De nada servirá castigar si no comprenden el motivo y por qué deben cumplir con sus responsabilidades. El castigo por sí solo ni educa ni enseña a hacer las cosas bien. Sí se pueden definir consecuencias ligadas a la responsabilidad: algunos privilegios solo se podrán disfrutar cuando el niño muestre una actitud de responsabilidad y compromiso hacia sus estudios o tareas, independientemente del resultado. Debemos centrarnos en ayudar al pequeño, no en castigarlo, confiando en él e involucrándole en la toma de decisiones sobre opciones de mejora.


Buscar un momento para el estudio: el día tiene 24 horas y con una correcta planificación los más pequeños pueden tener tiempo para desarrollar las actividades necesarias para su formación y diversión. Lo importante es crear rutinas, buscando un horario fijo en casa para dedicarla a la realización de deberes y al estudio. Es recomendable dedicar las primeras horas de la tarde para este cometido y evitar hacerlo cuando el niño (y los padres) están muy cansados.


Organizar los tiempos: Es bueno enseñar a los niños a gestionar el tiempo. Lo adecuado es hacer al principio la lista de tareas a realizar (la agenda escolar es el mejor método para recoger la información sobre los deberes). Cada tarea tiene que tener un tiempo de inicio y final (importante para aquellos niños que se distraen con facilidad), intercalando entre cada tarea unos minutos de descanso: pueden levantarse, beber agua, estirar las piernas... evitando empezar juegos a los que se puedan “enganchar” y, por supuesto, dispositivos móviles, videojuegos, etc.


El descanso adecuado: Unos buenos resultados académicos están marcados por una buena capacidad de concentración, y esta está directamente ligada al descaso. Para que los niños puedan atender adecuadamente a los docentes es necesario que duerman un mínimo de 8 horas.


Repasar antes de dormir: ¿Mañana es día de examen? Está comprobado que el repaso antes de irse a dormir ayuda a memorizar la información. Por tanto, puedes animar a tu hijo a repasar los puntos más importantes (por ejemplo, a través de un esquema) antes de irse a la cama. Un buen descanso ayudará a que esos aprendizajes se consoliden.

¿Cómo ayudar a los más pequeños a mejorar las notas después de unos malos resultados en el primer trimestre?

Si los resultados del primer trimestre no fueron los esperados, todavía queda por delante un largo curso para acabar con unas buenas calificaciones
Redacción
domingo, 20 de enero de 2019, 09:04 h (CET)

El curso escolar es un partido que se juega en tres partes, o mejor dicho, en tres evaluaciones. Si los resultados del primer trimestre no fueron los esperados, todavía queda por delante un largo curso para acabar con unas buenas calificaciones. ¿El concepto clave? La famosa evaluación continua, un método de evaluación que tiene en cuenta la progresión del alumno a lo largo del año y de la que podemos aprovecharnos para motivar a los niños.


“Algunos niños no empiezan con buen pie el año académico, consiguiendo unos resultados pobres o incluso malos en relación a su capacidad”, explica Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools.“No existe una única causa que explique el fracaso escolar por lo que debemos de analizar de forma particular cada caso para hallar las causas que están interfiriendo negativamente en el rendimiento. Cuando desde el colegio nos informan de que no hay dificultades de aprendizaje, deberemos fijarnos en los hábitos de estudio y en el nivel de autonomía de los más pequeños, ya que con algunos ajustes en sus rutinas de estudio podremos mejorar sus resultados”, concluye Ana Herrero.


5 trucos para mejorar los resultados académicos de los niños si han sacado malas notas:

Evita el castigo: debemos hacerle saber al niño que no ha cumplido con sus obligaciones académicas y que estamos preocupados por los resultados obtenidos. Lo más probable es que el niño tampoco se sienta satisfecho. De nada servirá castigar si no comprenden el motivo y por qué deben cumplir con sus responsabilidades. El castigo por sí solo ni educa ni enseña a hacer las cosas bien. Sí se pueden definir consecuencias ligadas a la responsabilidad: algunos privilegios solo se podrán disfrutar cuando el niño muestre una actitud de responsabilidad y compromiso hacia sus estudios o tareas, independientemente del resultado. Debemos centrarnos en ayudar al pequeño, no en castigarlo, confiando en él e involucrándole en la toma de decisiones sobre opciones de mejora.


Buscar un momento para el estudio: el día tiene 24 horas y con una correcta planificación los más pequeños pueden tener tiempo para desarrollar las actividades necesarias para su formación y diversión. Lo importante es crear rutinas, buscando un horario fijo en casa para dedicarla a la realización de deberes y al estudio. Es recomendable dedicar las primeras horas de la tarde para este cometido y evitar hacerlo cuando el niño (y los padres) están muy cansados.


Organizar los tiempos: Es bueno enseñar a los niños a gestionar el tiempo. Lo adecuado es hacer al principio la lista de tareas a realizar (la agenda escolar es el mejor método para recoger la información sobre los deberes). Cada tarea tiene que tener un tiempo de inicio y final (importante para aquellos niños que se distraen con facilidad), intercalando entre cada tarea unos minutos de descanso: pueden levantarse, beber agua, estirar las piernas... evitando empezar juegos a los que se puedan “enganchar” y, por supuesto, dispositivos móviles, videojuegos, etc.


El descanso adecuado: Unos buenos resultados académicos están marcados por una buena capacidad de concentración, y esta está directamente ligada al descaso. Para que los niños puedan atender adecuadamente a los docentes es necesario que duerman un mínimo de 8 horas.


Repasar antes de dormir: ¿Mañana es día de examen? Está comprobado que el repaso antes de irse a dormir ayuda a memorizar la información. Por tanto, puedes animar a tu hijo a repasar los puntos más importantes (por ejemplo, a través de un esquema) antes de irse a la cama. Un buen descanso ayudará a que esos aprendizajes se consoliden.

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