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La forma del agua

En la actualidad la mujer debe seguir luchando precisamente con algunos hombres-bestias no tan pacíficos ni tan galantes
Nieves Fernández
miércoles, 2 de enero de 2019, 09:05 h (CET)

“El tiempo es un río que fluye de nuestro pasado”, dicen los autores más románticos, pero hay una teoría que lo niega, y es que siempre estamos viviendo en el presente, aunque tengamos la sensación de vivir nuevos tiempos. Esa frase la encuentra Elisa, protagonista de la mejor película del ya viejo año 2018 en un calendario, antiguo almanaque de hojas. Busca cada día la palabra porque la naturaleza le roba un modo mejor de expresarse, al ser muda. La historia demostrará que a veces la palabra es innecesaria.


Es la actriz británica Sally Hawkins, dirigida por el mejicano Guillermo del Toro en la película La forma del agua. Cada día al quitar la hoja del almanaque, ordena las fechas de su vida. Trabaja en unas instalaciones secretas del gobierno como limpiadora de una manera rutinaria. Pero no hay rutina, se está investigando un proyecto extraño, los países de siempre rivalizan por el secreto de un ser híbrido, un hombre-pez, un descolocado de la naturaleza, un apresado anfibio con el que Elisa iniciará una historia de amor al estilo de La bella y la bestia.


Cuando en 2014 Guillermo del Toro quiere contratarla, lo tiene claro, el papel es para ella, y todo está preparado para que fuera sólo esta actriz inglesa la protagonista, la elegida, y afirma igualmente que ésta es su mejor película. Pero no todo es brillante en la historia de la mejor película del 2018, ha sido acusada de plagio, se dice que tiene un guion parecido a La mujer y el monstruo de Jack Arnold, película de 1954, con Julia Adams como protagonista. Se vuelve a elucubrar con la idea de que Guillermo del Toro siendo niño quedó muy impresionado con la película de los años 50, como muchos lo estamos con su film La forma del agua.


Ganadora de cuatro Premios Óscar en 2018 la avalan: mejor película, mejor dirección, mejor banda sonora y mejor diseño de producción, aunque en cierto modo no todo es maravilloso pues tenía 13 nominaciones.


En síntesis su historia es la de la limpiadora Elisa, joven muda que descubre, en el lugar donde limpia, un gran secreto. En una gran piscina hay un anfibio con el que extrañamente se comunica y del que se enamora. Con pocos medios materiales y humanos la chica idea un plan para liberarlo, por lo que el gran pez enamorado pasa de la piscina a la bañera de Elisa, en una orquestada historia de amor sin palabras. Se une a la larga lista de bestias de la literatura y del cine que se enamoran galantemente de la mujer en historias increíbles como La bella y la bestia, La mujer y el monstruo, King Kong, Frankenstein o Drákula.


Y si el tiempo es río que fluye y nos lleva al presente, hay que decir que todas ellas son historias increíbles, pues en la actualidad la mujer debe seguir luchando precisamente con algunos hombres-bestias, no tan pacíficos ni tan galantes.  

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