Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cesta de Dulcinea | Poesía | Abuelas
La Aguirre octogenaria lee con calma en el escenario. La Vitale vitalista, todavía se queda hasta altas horas de la noche escribiendo

Octogenaria Paca y nonagenaria Ida

|

Decían de los premios dados, recientemente, a dos casi centenarias mujeres poetas que a buenas horas les llegaba el honor y los miles de euros. Si son premios a toda una vida dedicada al trabajo literario y realizado con éxito, bienvenidos sean, sobre todo cuando aún se dedican a difundir la poesía en los teatros, y la recitan y leen como hemos tenido ocasión de comprobar en la Semana de Poesía de Almagro de este año, con Paca Aguirre.


La Aguirre octogenaria lee con calma en el escenario. Lo hace con asiento, en ambos sentidos de la palabra, y ésta fluye en el silencio que deja la noche y el aplauso. Francisca Aguirre habla, más que lee o recita, y llega con su voz tan tranquila hasta más arriba del poema y título de libro “Los trescientos escalones” que le dedica a su padre, el pintor Lorenzo Aguirre, a quien acompañó en su exilio a Francia. “Papá, perdimos tantas cosas/ además de la infancia y los trescientos escalones que tú pintaste/ nunca he sabido si para decirnos que había que subirlos o bajarlos/”. Pues parece que ha sido para subirlos, para subirla a lo alto de la cima de la poesía, porque le ha llegado el nombramiento y Premio Nacional de las Letras 2018.


La Vitale vitalista, todavía se queda hasta altas horas de la noche escribiendo, como hacen muchos escritores, corrigiendo sus escritos. La nonagenaria Ida y sus 95 años han tenido, al igual que Paca Aguirre, en parte una vida de exilio, en su caso desde Uruguay a México, a Estados Unidos, incluso a España, y en todos esos lugares se ha ido llevando sus libros y poemas: “Andábamos entre libros, algo que inquietaba a los militares”. Cómo no hacerlo si comenzó a publicar con sólo 14 años y ha alcanzado una cifra que roza los 40 títulos entre poesía, traducciones y ensayos, ¿cómo evitar ese ambiente culto de casa de revistas, libros y periódicos? Además, la vitalidad de su nombre la acompaña, y la poeta Ida está de racha, en tres días le entregan el Premio Feria del Libro de Guadalajara (FIL), en Jalisco (México), unido ahora al Premio Miguel de Cervantes en Lengua Castellana. En el año 1984 nos decía: “De la memoria sólo sube / un vago polvo y un perfume. / ¿Acaso sea la poesía? /”.


Al ser entrevistada hace dos días por el diario ABC, Ida ha reconocido que nunca hubiera imaginado que sus 95 años le iban a llegar tan cargados. En la misma entrevista se muestra deseosa de venir a España a recoger su Premio, si es que vive, nos dice, e insiste, porque “el Premio no me da la inmunidad”, aunque escuchando hablar y leyendo tanto a Ida Vitale como a Paca Aguirre, grandes poetas de la lengua castellana, se nos ocurre pensar que tienen toda la energía por delante para disfrutarlos. Y sus ochenta o noventa años no son nada para impedirlo. ¡Qué hermosura!, que diría mi abuela. 

Octogenaria Paca y nonagenaria Ida

La Aguirre octogenaria lee con calma en el escenario. La Vitale vitalista, todavía se queda hasta altas horas de la noche escribiendo
Nieves Fernández
miércoles, 21 de noviembre de 2018, 08:41 h (CET)

Decían de los premios dados, recientemente, a dos casi centenarias mujeres poetas que a buenas horas les llegaba el honor y los miles de euros. Si son premios a toda una vida dedicada al trabajo literario y realizado con éxito, bienvenidos sean, sobre todo cuando aún se dedican a difundir la poesía en los teatros, y la recitan y leen como hemos tenido ocasión de comprobar en la Semana de Poesía de Almagro de este año, con Paca Aguirre.


La Aguirre octogenaria lee con calma en el escenario. Lo hace con asiento, en ambos sentidos de la palabra, y ésta fluye en el silencio que deja la noche y el aplauso. Francisca Aguirre habla, más que lee o recita, y llega con su voz tan tranquila hasta más arriba del poema y título de libro “Los trescientos escalones” que le dedica a su padre, el pintor Lorenzo Aguirre, a quien acompañó en su exilio a Francia. “Papá, perdimos tantas cosas/ además de la infancia y los trescientos escalones que tú pintaste/ nunca he sabido si para decirnos que había que subirlos o bajarlos/”. Pues parece que ha sido para subirlos, para subirla a lo alto de la cima de la poesía, porque le ha llegado el nombramiento y Premio Nacional de las Letras 2018.


La Vitale vitalista, todavía se queda hasta altas horas de la noche escribiendo, como hacen muchos escritores, corrigiendo sus escritos. La nonagenaria Ida y sus 95 años han tenido, al igual que Paca Aguirre, en parte una vida de exilio, en su caso desde Uruguay a México, a Estados Unidos, incluso a España, y en todos esos lugares se ha ido llevando sus libros y poemas: “Andábamos entre libros, algo que inquietaba a los militares”. Cómo no hacerlo si comenzó a publicar con sólo 14 años y ha alcanzado una cifra que roza los 40 títulos entre poesía, traducciones y ensayos, ¿cómo evitar ese ambiente culto de casa de revistas, libros y periódicos? Además, la vitalidad de su nombre la acompaña, y la poeta Ida está de racha, en tres días le entregan el Premio Feria del Libro de Guadalajara (FIL), en Jalisco (México), unido ahora al Premio Miguel de Cervantes en Lengua Castellana. En el año 1984 nos decía: “De la memoria sólo sube / un vago polvo y un perfume. / ¿Acaso sea la poesía? /”.


Al ser entrevistada hace dos días por el diario ABC, Ida ha reconocido que nunca hubiera imaginado que sus 95 años le iban a llegar tan cargados. En la misma entrevista se muestra deseosa de venir a España a recoger su Premio, si es que vive, nos dice, e insiste, porque “el Premio no me da la inmunidad”, aunque escuchando hablar y leyendo tanto a Ida Vitale como a Paca Aguirre, grandes poetas de la lengua castellana, se nos ocurre pensar que tienen toda la energía por delante para disfrutarlos. Y sus ochenta o noventa años no son nada para impedirlo. ¡Qué hermosura!, que diría mi abuela. 

Noticias relacionadas

Un 23 de abril de 1934, según el diario El Mundo de Buenos Aires, la Sociedad de las Naciones había desmentido actos de canibalismo en las tropas bolivianas que combatían en el Chaco. El New York Times había publicado trascendidos que circulaban en La Paz, dando cuenta de que nativos del Chaco, sin ningún respeto,  habían matado y devorado a oficiales bolivianos, en protesta por el reclutamiento forzozo de los pueblos originarios.

Tenemos un país donde miles de personas votan a asesinos. Algo no está bien. Adoctrinados en el odio a España, desde pequeños, votan. El problema es que representan el 0,7% pero influyen en España al 100%. Poco que hacer. Puede ir a peor. Aficiones y aflicciones del personal de allí, allá o acullá; y el de aquí. Por lo que hay y pueda ocurrir, el resultado importa. En el País Vasco sobre todo, también en el resto de España y en la UE.

Las  conductas de riesgo son aquellos comportamientos que implican un efecto placentero inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores. Es preciso comprender que son los mecanismos cognitivos los que guían al adolescente y joven a la asunción de conductas de riesgo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto