Pedro Duque, Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, ha inaugurado esta mañana el seminario “¿Adónde nos llevan la inteligencia artificial y la circulación de datos?” admitiendo que la tarea es ardua: “Haremos camino andando”.

Duque, que ha destacado la participación activa y entusiasta de España en los diferentes programas europeos, ha insistido en que “España tiene una larga tradición de apoyo a la supercomputación. Los otros países europeos ven a España como un activo de Europa, que tendrá un papel relevante en la nueva generación de supercomputación.”

Tras citar a Francia como un modelo, por su Libro Blanco sobre Inteligencia Artificial, el ministro subrayó que España debe prisa “si no queremos quedarnos muy rezagados frente a EEUU y China”.

Un desafío que también ha merecido la reflexión del Embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours. Los gobiernos democráticos, ha dicho, han de afrontar el reto, hace falta no tener miedo y estar preparados. “Si no nos organizamos a nivel europeo, no alcanzaremos nuestras metas. Estaremos no diría perdidos, pero en situación difícil en el mundo.”

La cita, organizada por la Asociación Diálogo de Amistad Hispano-Francesa, y patrocinada por Dassault Systèmes, se ha celebrado en el Aula Magna de la IE Business School de Madrid.

En la primera mesa, titulada “Inteligencia artificial y avance industrial”, los ponentes han intentado explicar cómo la Inteligencia Artificial afecta al día a día de las empresas.

“Cambia la manera en la que hemos venido trabajando, democratiza la toma de decisiones –ha asegurado Pedro Casablanca, Director de Operaciones de Pernod Ricard España-. Bien usada, nos permite trabajar más cerca de las necesidades de nuestros clientes, a nivel de inventario…”

Ha aceptado, eso sí, que “hoy por hoy no toda la industria está preparada para jugar en ese campo”. Un diagnóstico en el que ha coincidido Nicolas Loupy, Director General Iberia de Dassault Systèmes, cuando ha admitido que las empresas pequeñas lo tienen más difícil.

También ha habido coincidencia al señalar que la Inteligencia Artificial “va a cambiar la sociedad –ha dicho Loupy-, va a necesitar más gente formada”. Y eso, en palabras de Borja Regueral, Vicedecano de Data Science and Technology de IE School of Human Sciences and Technology, “la guerra por el talento es todavía más voraz de lo que era antes, es la competición de todos contra todos.”

Por otro lado, Juan Carlos Rodríguez Vázquez, Director de Transformación Digital de Prosegur, ha asegurado que “las personas tenemos menos tolerancia al fallo de una decisión de la Inteligencia Artificial que al fallo humano”.

Rodríguez Vázquez ha tendido el puente hacia la segunda mesa al afirmar que “es fundamental saber cómo protegemos a la Inteligencia Artificial del mal”.

Conocimiento y sabiduría

Esa segunda ronda de análisis y opinión se titulaba “Ética y progreso en la era digital”.

Stéphane Canu, Profesor del INSA de Rouen Normandie, ha empezado recordando que “no hay una sola Inteligencia Artificial, yo distingo tres: la de hoy, la que funciona, basada en datos; la de mañana, que puede funcionar, necesita entender el sentido común para funcionar; la que ni siquiera sabemos cómo podría funcionar, la que tiene conciencia”.

El Profesor de Filosofía Moral de la Universidad de Granada Javier Rodríguez-Alcázar ha querido insistir en lo importante que es abordar las cuestiones políticas (entre otras, la desigualdad) derivadas de los avances en este terreno. “¿En qué tipo de sociedad queremos vivir? ¿En una en la que el comprador de un coche puede decidir qué algoritmos morales van a conducir su coche? ¿O en una en la que haya normas para todos? Al final, es una cuestión política: no basta con el necesario debate moral, tiene que tener una traducción legal.”

Y precisamente al terreno del derecho nos ha llevado Virginie Molinier, Abogada Socia de M&B Abogados, que ha explicado lo difícil que es garantizar un derecho de tutela eficaz. “Si yo no entiendo por qué ha sido tomada una decisión, por qué no me quieren dar un crédito, por qué no me quieren asegurar, cómo la voy a contestar, cómo voy a saber que no he sido discriminada. Eso es el fundamento del derecho.”

En este punto, ninguno de los asistentes confía en la autorregulación. “No soy un gurú –ha dicho Rodríguez-Alcázar-, no sé si vamos a destruir más empleos de los que vamos a crear. Sí sé que tenemos una responsabilidad colectiva, y no cabe esperar que ninguna empresa solucione esto.” Es tarea de todos porque, en palabras de Susana Torres, Profesora y Directora Académica de Humanidades del IE, uno de los problemas derivados de la implantación de la Inteligencia Artificial “es el impacto que está teniendo en el mundo, qué efecto está produciendo en el planeta, en los recursos, en la gestión de la riqueza. Y cómo lo regulamos”.

Al cabo, y aunque el Ministro ya había abandonado la sala, las palabras con las que él había terminado su intervención bien podrían haber puesto punto final al acto. Pedro Duque ha pedido un avance responsable, y lo ha hecho citando a Isaac Asimov: "La parte más triste de la vida en este momento es que la ciencia reúne el conocimiento más rápido de lo que la sociedad reúne la sabiduría".