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Psicología y sexualidad
Etiquetas | Remitido | Fantasías | Tabú
Las fantasías ayudan a aliviar el estrés, mejoran la autoestima y tienen incidencia directa en nuestros orgasmos

¿Por qué es bueno cumplir nuestras fantasías sexuales para nuestra salud?

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Sigmund Freud dijo en una ocasión que las personas felices nunca fantaseaban, solo lo hacían las personas insatisfechas, pero todos los estudios recientes sobre sexualidad han demostrado que las fantasías sexuales son buenas para mantener a las personas más activas y satisfechas sexualmente hablando, siempre cuidando que esas fantasías no nos gobiernen y terminen reemplazando nuestra realidad.


Lo que sí es cierto es que el sexo empieza en el cerebro, por lo que es normal que los adolescentes vírgenes lo idealicen en su cerebro mucho antes de llevarlo a cabo, pues esa visualización les permite ejercitar el músculo del deseo y supone un entrenamiento muy útil para el momento en que tengan la oportunidad de hacerlo. En personas activas sexualmente se suelen recomendar terapias que incluyen literatura erótica, sobre todo cuando se atraviesen bloqueos sexuales, pues tanto en hombres como en mujeres las fantasías sexuales son importantes para alcanzar orgasmos.


Las fantasías ayudan a aliviar el estrés, mejoran la autoestima y tienen incidencia directa en nuestros orgasmos, como mencionábamos anteriormente. En el caso de las mujeres, las fantasías constituyen un método infalible para escapar del estrés diario y aunque no supone necesariamente una estimulación física, tiene propiedades calmantes tan importantes como las que ofrece la meditación. La imaginación y la creatividad son los dos únicos elementos que necesitas para crear o recrear tus propias fantasías. Los portales de citas en español o las aplicaciones para ligar funcionan como espacios idóneos para conectar y compartir tus fantasías con personas que tienen los mismos intereses sexuales que tú.


Las más recurrentes

Un estudio de la Universidad de Montreal llevado a cabo con 1.517 participantes, dio como resultado que la fantasía más común entre hombre y mujeres es sentir emociones románticas durante las relaciones sexuales, seguidas de tener sexo oral y del sexo en lugares poco habituales. Otro resultado interesante de dicho estudio es que la mayoría de mujeres dijeron que no tenían intenciones de hacer realidad sus fantasías, mientras que la mayoría de los hombres sí.


Nuestras propias vivencias van tejiendo el repertorio de emociones asociadas a ciertas imágenes que finalmente guían nuestras preferencias eróticas. Son uno de los mejores afrodisiacos, capaz de potenciar el placer sexual en todos los niveles y liberadoras de la monotonía, sobre todo en parejas en las que puede haber situaciones de desajustes eróticos o emocionales.


Hay que tener muy claro que las fantasías son simplemente eso, deseos etéreos que sirven pare recrear la imaginación y explorar la sexualidad. Fantasear con una imagen sadomasoquista no te hace necesaria propensa a vivir una escena similar, pues al hablar de fantasías entramos en un terreno que, como el de los sueños, la lógica y la moral no tienen lugar. Lo que sí es perjudicial es reprimirlas, pues esto puede desembocar en el peor de los casos en un trastorno sexual.


El eterno tabú

Durante mucho tiempo las fantasías sexuales han sido un tema tabú, sobre todo para las mujeres, que cada vez más asumen mejor las riendas de su vida sexual y no temen hablar de ellas. Finalmente, una fantasía es la representación imaginaria de nuestros deseos conscientes o inconscientes, por eso existen tantos tipos y formas de cumplirlas.


En una relación es importante cultivar espacios de confianza para compartir las fantasías personales de cada uno, evaluar la posibilidad de cumplirlas juntos y asegurarte de que ninguna traspase los límites físicos o éticos del otro. Estas dinámicas de honestidad nutren y fortalecen las relaciones, por lo que las fantasías también pueden ser un punto de encuentro y diálogo dentro de la pareja.


¿Por qué es bueno cumplir nuestras fantasías sexuales para nuestra salud?

Las fantasías ayudan a aliviar el estrés, mejoran la autoestima y tienen incidencia directa en nuestros orgasmos
Redacción
miércoles, 10 de octubre de 2018, 08:41 h (CET)

Sigmund Freud dijo en una ocasión que las personas felices nunca fantaseaban, solo lo hacían las personas insatisfechas, pero todos los estudios recientes sobre sexualidad han demostrado que las fantasías sexuales son buenas para mantener a las personas más activas y satisfechas sexualmente hablando, siempre cuidando que esas fantasías no nos gobiernen y terminen reemplazando nuestra realidad.


Lo que sí es cierto es que el sexo empieza en el cerebro, por lo que es normal que los adolescentes vírgenes lo idealicen en su cerebro mucho antes de llevarlo a cabo, pues esa visualización les permite ejercitar el músculo del deseo y supone un entrenamiento muy útil para el momento en que tengan la oportunidad de hacerlo. En personas activas sexualmente se suelen recomendar terapias que incluyen literatura erótica, sobre todo cuando se atraviesen bloqueos sexuales, pues tanto en hombres como en mujeres las fantasías sexuales son importantes para alcanzar orgasmos.


Las fantasías ayudan a aliviar el estrés, mejoran la autoestima y tienen incidencia directa en nuestros orgasmos, como mencionábamos anteriormente. En el caso de las mujeres, las fantasías constituyen un método infalible para escapar del estrés diario y aunque no supone necesariamente una estimulación física, tiene propiedades calmantes tan importantes como las que ofrece la meditación. La imaginación y la creatividad son los dos únicos elementos que necesitas para crear o recrear tus propias fantasías. Los portales de citas en español o las aplicaciones para ligar funcionan como espacios idóneos para conectar y compartir tus fantasías con personas que tienen los mismos intereses sexuales que tú.


Las más recurrentes

Un estudio de la Universidad de Montreal llevado a cabo con 1.517 participantes, dio como resultado que la fantasía más común entre hombre y mujeres es sentir emociones románticas durante las relaciones sexuales, seguidas de tener sexo oral y del sexo en lugares poco habituales. Otro resultado interesante de dicho estudio es que la mayoría de mujeres dijeron que no tenían intenciones de hacer realidad sus fantasías, mientras que la mayoría de los hombres sí.


Nuestras propias vivencias van tejiendo el repertorio de emociones asociadas a ciertas imágenes que finalmente guían nuestras preferencias eróticas. Son uno de los mejores afrodisiacos, capaz de potenciar el placer sexual en todos los niveles y liberadoras de la monotonía, sobre todo en parejas en las que puede haber situaciones de desajustes eróticos o emocionales.


Hay que tener muy claro que las fantasías son simplemente eso, deseos etéreos que sirven pare recrear la imaginación y explorar la sexualidad. Fantasear con una imagen sadomasoquista no te hace necesaria propensa a vivir una escena similar, pues al hablar de fantasías entramos en un terreno que, como el de los sueños, la lógica y la moral no tienen lugar. Lo que sí es perjudicial es reprimirlas, pues esto puede desembocar en el peor de los casos en un trastorno sexual.


El eterno tabú

Durante mucho tiempo las fantasías sexuales han sido un tema tabú, sobre todo para las mujeres, que cada vez más asumen mejor las riendas de su vida sexual y no temen hablar de ellas. Finalmente, una fantasía es la representación imaginaria de nuestros deseos conscientes o inconscientes, por eso existen tantos tipos y formas de cumplirlas.


En una relación es importante cultivar espacios de confianza para compartir las fantasías personales de cada uno, evaluar la posibilidad de cumplirlas juntos y asegurarte de que ninguna traspase los límites físicos o éticos del otro. Estas dinámicas de honestidad nutren y fortalecen las relaciones, por lo que las fantasías también pueden ser un punto de encuentro y diálogo dentro de la pareja.


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