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Ni siquiera sus compañeros le arropan personalmente ni apoyan su gestión. Hasta su jefe se va de erróneas correrías

Lola Delgado, ministra a la deriva y mintiendo

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La ministra de Justicia ya pinta menos que "una mona en el Consejo general del Poder Judicial. Ya no tiene sentido que comparezca en el Congreso de los Diputados porque nadie le va a creer; eso le pasa al mentiroso habitual, como le sucedió a Pedro respecto al lobo. Esta señora ha mentido cada vez que ha comparecido: se ha querido mofar de la audiencia ciudadana tanto como la ciudadanía nos hemos mofado de ella y, finalmente, se ha convertido en el hazmerreír de toda España y Europa. Alguien debería explicarle lo que se dice de ella en el Parlamento europeo, antes de que sus lágrimas encharquen la realidad y ésta vuelva a convertirse en habitual mentira. Lola ya está a la deriva y sin puerto en el que atracar.


Reitero que en Bélgica se han tronchado con ella y de ella. Y si lo hace Bélgica --que es el estercolero de Europa, por su legislación amparadora de terroristas, golpistas y demás tropa degenerada-- imagínense qué no habrán hecho otros países. Lola Delgado ya no borra su nefasta imagen ni con agua fuerte. La prueba del algodón le ha dejado con las posaderas al aire y sin posibilidad de cubrírselas. Prueba de ello es que ni siquiera sus compañeros le apoyan y, mientras tanto, su jefe se va de vacaciones a EE.UU. para que no le maree la oposición con la chapuza de tesis doctoral "cum fraude" que presentó, los plagios que cometió y la acentuada degeneración que ha instalado en cuanto ha tocado, sin contar a sus socios moción (lo más "granado" de la decadencia social y menos apto para la política). Con la que tiene montada el Gobierno entre los ministros y ministras (lo más parecido a un gallinero corrupto) no puedo entender la irresponsabilidad demostrada por Pedro Sánchez "cum fraude". Generalmente, solo se huye cuando se ve tierra quemada detrás.


Nadie duda de que pueda ser la tercera ministra que dimita. No hay otro camino. A esta ministra ya no podemos tomárnosla en serio. Resulta imposible no reírme ante su imagen cuando sale en televisión, como he podido comprobar esta misma mañana. Por si no era suficiente, la mentirosa notaria mayor del reino de España va y lanza cómo -- en uno de sus viajes a Colombia-- sus compañeros acabaron con menores de 17 años; mal está en todos los casos, pero Lola Delgado parece referirse a jueces, fiscales, catedráticos,...


Si ello es cierto, no me queda más remedio que recordar el famoso "¡Joder, qué tropa!" del conde de Romanones. ¿Pero qué sociedad tenemos? ¿Pero qué degenerados pretenden gobernarnos? ¿A dónde vamos a llegar? Con el chivatazo de Delgado --que lo cuenta todo a las claras, y a todos, como debe ser aunque arrope sus palabras con la capa de la mentira--


Lola Delgado, todavía ministra, se ve acorralada por sus andanzas con Garzón ("Balta") y con Villarejo. Parece que ha llegado el momento de lanzar tinta, esputar hacia arriba y defenderse a gorrazos contra todo lo que se mueve y todo el que demuestre correría tras correría. Ha llegado un momento en que la todavía ministra de Justicia tiene menos credibilidad que un concejal en campaña electoral.


Lo publicado hoy por algunos medios es muy grave. Pero estén seguros de que lo que se publicará mañana será aún peor. Compruebo que algunos tienen cabeza únicamente para llevarse las manos a ella o para ponerse el sombrero, pero nada más. 

Lola Delgado, ministra a la deriva y mintiendo

Ni siquiera sus compañeros le arropan personalmente ni apoyan su gestión. Hasta su jefe se va de erróneas correrías
Jesús  Salamanca
jueves, 27 de septiembre de 2018, 08:55 h (CET)

La ministra de Justicia ya pinta menos que "una mona en el Consejo general del Poder Judicial. Ya no tiene sentido que comparezca en el Congreso de los Diputados porque nadie le va a creer; eso le pasa al mentiroso habitual, como le sucedió a Pedro respecto al lobo. Esta señora ha mentido cada vez que ha comparecido: se ha querido mofar de la audiencia ciudadana tanto como la ciudadanía nos hemos mofado de ella y, finalmente, se ha convertido en el hazmerreír de toda España y Europa. Alguien debería explicarle lo que se dice de ella en el Parlamento europeo, antes de que sus lágrimas encharquen la realidad y ésta vuelva a convertirse en habitual mentira. Lola ya está a la deriva y sin puerto en el que atracar.


Reitero que en Bélgica se han tronchado con ella y de ella. Y si lo hace Bélgica --que es el estercolero de Europa, por su legislación amparadora de terroristas, golpistas y demás tropa degenerada-- imagínense qué no habrán hecho otros países. Lola Delgado ya no borra su nefasta imagen ni con agua fuerte. La prueba del algodón le ha dejado con las posaderas al aire y sin posibilidad de cubrírselas. Prueba de ello es que ni siquiera sus compañeros le apoyan y, mientras tanto, su jefe se va de vacaciones a EE.UU. para que no le maree la oposición con la chapuza de tesis doctoral "cum fraude" que presentó, los plagios que cometió y la acentuada degeneración que ha instalado en cuanto ha tocado, sin contar a sus socios moción (lo más "granado" de la decadencia social y menos apto para la política). Con la que tiene montada el Gobierno entre los ministros y ministras (lo más parecido a un gallinero corrupto) no puedo entender la irresponsabilidad demostrada por Pedro Sánchez "cum fraude". Generalmente, solo se huye cuando se ve tierra quemada detrás.


Nadie duda de que pueda ser la tercera ministra que dimita. No hay otro camino. A esta ministra ya no podemos tomárnosla en serio. Resulta imposible no reírme ante su imagen cuando sale en televisión, como he podido comprobar esta misma mañana. Por si no era suficiente, la mentirosa notaria mayor del reino de España va y lanza cómo -- en uno de sus viajes a Colombia-- sus compañeros acabaron con menores de 17 años; mal está en todos los casos, pero Lola Delgado parece referirse a jueces, fiscales, catedráticos,...


Si ello es cierto, no me queda más remedio que recordar el famoso "¡Joder, qué tropa!" del conde de Romanones. ¿Pero qué sociedad tenemos? ¿Pero qué degenerados pretenden gobernarnos? ¿A dónde vamos a llegar? Con el chivatazo de Delgado --que lo cuenta todo a las claras, y a todos, como debe ser aunque arrope sus palabras con la capa de la mentira--


Lola Delgado, todavía ministra, se ve acorralada por sus andanzas con Garzón ("Balta") y con Villarejo. Parece que ha llegado el momento de lanzar tinta, esputar hacia arriba y defenderse a gorrazos contra todo lo que se mueve y todo el que demuestre correría tras correría. Ha llegado un momento en que la todavía ministra de Justicia tiene menos credibilidad que un concejal en campaña electoral.


Lo publicado hoy por algunos medios es muy grave. Pero estén seguros de que lo que se publicará mañana será aún peor. Compruebo que algunos tienen cabeza únicamente para llevarse las manos a ella o para ponerse el sombrero, pero nada más. 

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